Eugenio Chicas

 

 

Partidos militares de década de los 70,

creadores e impulsores del movimiento de masas

 


Fecha: No consta.
Fuente: "Concepcion Frentista de la Resistencia Nacional (RN)" en MarcialTeniaRazon.org, publicado el 23 de julio de 2013.
Esta edición: Marxists Internet Archive, octubre 2013.  Al citar o reproducir el documento, favor de citar a  http://marcialteniarazon.org como la fuente original de la versión digital.


 

 

 

La lucha por las Tierras de los Indígenas y Campesinos Salvadoreños

Creo que hablar del origen del movimiento social, es hablar del origen del conflicto, en el sentido que en buena medida, la organización social de esa época, fue una reacción al estado de injusticias económicas, políticas y sociales imperantes. Hasta donde yo recuerdo, los orígenes de la lucha social de la década de los 70, tiene sus raíces en hechos históricos que 

dejan muy marcada a nuestra sociedad. Ello se da en dos tipos de entornos: uno, los hechos propios dados por el estado de injusticia en nuestro país, y dos, algunos hechos internacionales, que a lo largo de la historia, y en particular en la década de los 70, incidieron decisivamente en el pensamiento, en el debate y en la orientación de la lucha social.

Al buscar las raíces de nuestra lucha, y si investigamos detenidamente, encontramos la gesta heroica de Anastasio Aquino y los Nonualcos –hechos ocurridos inmediatamente después de alcanzada la independencia--, empeñados por recuperar sus tierras que fueron arrebatadas durante la colonia. Su objetivo central era el acceso a la tierra, una lucha muy sentida, causada por la estrechez territorial y la mala distribución de la misma en nuestro país, y además, agravada por una alta densidad poblacional, por lo que siempre, a lo largo de nuestra historia -como lo han afirmado distintos historiadores-, encontraremos ésta contradicción de manera muy recurrente: mucha población y poca tierra mal distribuida. Esta historia de lucha por el acceso a la tierra, se continuó manifestando siempre de manera trágica en distintas épocas, y coincidentemente en los mismos territorios.

En los mismos escenarios encontramos las batallas de Francisco Morazán; era la misma lucha social y reivindicativa, en este caso, con el objetivo de alcanzar la unidad regional y la patria grande, en los mismos lugares y territorios de Cabañas, Morazán, Guazapa, porque seguía siendo la misma historia y cultura, la misma gente, los mismos pobres. Los problemas seguían siendo los mismos y cada vez más graves, en la medida que aumentaba la población y disminuían los recursos naturales: el problema sensible del acceso a la tierra para el sustento y la vivienda, el tema de las libertades y la democracia, el profundo abandono social manifiesto en el analfabetismo, y el nulo acceso a la salud entre otros.

Remitiéndome a una raíz más cercana, es importante traer a la memoria los hechos de la insurrección de 1932, cuando los campesinos e indígenas se levantan para recuperar las mismas tierras de antaño, de las que habían sido desprovistos y recordaban en cada ayuno familiar.

Ya a esas alturas la sociedad salvadoreña estaba afectada por una profunda crisis económica, causada por un modelo que no fue capaz de resolver sus necesidades, en este caso, el mono cultivo de café, agravado por la depresión económica de los años 20 y afectada también por la falta de libertades democráticas. En este contexto también hubo hechos internacionales significativos, que contribuyeron al desarrollo nuestra propia historia, tal es caso de la revolución Mexicana y la revolución Rusa en 1917. Las repercusiones inmediatas de éstos fenómenos, fue el auge de un incipiente pero activo movimiento obrero en 1920, que a su vez culminó con la organización de los partidos Comunistas en El Salvador, Honduras y Guatemala. En esos tres hechos históricos estuvo involucrado Farabundo Martí, lo cual dio un nuevo impulso al movimiento social.

 

Acontecimientos Nacionales e Internacionales que Inspiraron el Inicio de las Luchas Populares de la Década de los 70

Los fenómenos mundiales de 1932, también incidieron en los aspectos internos del país, lo que tiene como repercusión trascendental, el ascenso y posterior caída del dictador Maximiliano Hernández Martínez, entre 1931 y 1944. También es muy importante analizar los hechos ocurridos durante el año 1944, que es cuando se produce un nuevo auge social, que culmina con el derrocamiento del dictador Hernández Martínez, con lo que se abre un breve proceso democrático que dura muy poco, ya que luego se continua en el camino de las dictaduras.

Quizá sea importante señalar, que uno de los aspectos relevantes de esa historia es, que el dictador Martínez apoyó a los fascistas en el marco de la Segunda Guerra Mundial -1939-1945- y que fueron oficiales alemanes quienes formaron a la Guardia Nacional de nuestro país, hecho político que lo volvió vulnerable y abrió un espacio que fue aprovechado por el movimiento social de la época, para luchar por el derrocamiento del dictador mediante una huelga de brazos caídos.

Este episodio es muy importante para poder interpretar mejor el fenómeno político y social de los años 70, porque estos están ligados a sucesos internacionales, que fueron significativos para el rumbo que nuestro país tomaría en el futuro.

Por ejemplo, Costa Rica hace su forma de revolución en 1948 y asume importantes transformaciones; luego los conflictos en el resto Centroamérica -Guatemala, Nicaragua y en sentido diferente Honduras-. Hay que sumarle otros hechos históricos, paralelos desde el contexto internacional, como la Segunda Guerra Mundial y la caída del fascismo alemán.

En éste mismo periodo se da la derrota de los colonialistas franceses en la batalla de Dien Bien Fu el año 1945, que conllevó la liberación de Vietnam del norte, y al inicio de un largo proceso de lucha heroica, que culminó con la liberación de Viet Nam del sur y la derrota de las tropas de ocupación norteamericana.

Otros hechos que incidieron en nuestro ánimo de lucha fueron, el triunfo de la revolución china en el año 50, la guerra de Corea también en el año 50 y un poco más adelante -en el año 59- el triunfo de la revolución cubana y la gesta del Ché a finales de los años 60, que culmina en el 67. No podemos olvidar otros fenómenos latinoamericanos como las luchas del ERP argentino y la de los Tupamaros en Uruguay.

Todos estos acontecimientos fueron muy significativos, se convirtieron en un espejo comparativo de nuestra propia realidad, porque abrieron el debate en la izquierda salvadoreña, alrededor de dos grandes temas: uno, salir de la lucha política electoral a la lucha militar –este cuestionamiento de fondo se da dentro del Partido Comunista en los años 1966, 67, hasta la salida de su seno de un grupo en 1968-.

El segundo gran tema era, pasar de la lucha pacífica del movimiento social, a una lucha más activa y de auto defensa, que incorporaba acciones milicianas. Para definir ese debate fueron determinantes dos acontecimientos: la lucha de los panaderos del año 67-68 y las luchas de ANDES 21 de Junio, así como las acciones campesinas, nuevamente por la tierra.

Entonces, estamos hablando de que ya había un concepto y practica internacional, que cuestionaba los métodos tradicionales de lucha política y social que se venían aplicando en nuestro país, los cuales estaban muy marcados por el trauma y fatal desenlace de la insurrección campesina e indígena de 1932, que terminó en una brutal masacre a manos de la criminal dictadura de Maximiliano Hernández Martínez, lo que conllevó a la idea de que en El Salvador no había condiciones para otras formas de lucha, y menos para la guerra de guerrillas. Esto pudo limitar la visión de la izquierda de esa época, respecto a las posibilidades y limitaciones de lo que se podía hacer en El Salvador.

Con ese contexto es que ingresamos en la lucha integral de los 70.

 

Reacomodo de la Izquierda. Nuevos Métodos de Lucha Política y Social

Es conocido pues, que en los 70 surge, en su primera etapa - entre 1970, 75, y 76-, un proceso de transición muy importante en nuestro país, que es el período de recomposición de la fuerza revolucionaria y de la aparición de nuevos métodos de lucha.

En ese período se da la fractura en el Partido Comunista con la salida de Marcial -quien pasa a formar las FPL- y asume el debate respecto a los temas que ya hemos planteado.

De esa ruptura también salen del PC algunos miembros de la Juventud Comunista, entre ellos Fermán Cienfuegos, mas una parte la Juventud Demócrata Cristiana, entre los que están Joaquín Villalobos y Ana Guadalupe Martínez, que inmediatamente se involucran en la formación de “El Grupo” en 1970, que luego, en 1972, se transforman en el ERP. En 1975, luego de la ruptura del ERP, tras el asesinato de Roque Dalton, surge la Resistencia Nacional. Este período se cierra con la formación del PRTC el año 1976.

Esta época de los años 67 al 77, es la que marca todo el reacomodo de la izquierda salvadoreña, ya que el país, durante los años posteriores al 44, no había podido encontrar un camino que orientara la democratización mediante un proyecto alternativo, por el contrario, la dictadura se fortalecía y profundizaba la represión. Estamos por tanto, ante el surgimiento de una nueva etapa, en la que se fortalece la lucha política y lucha social. Es el poder oligárquico y sanguinario lo que lleva a plantear una acción revolucionaria diferente, en ascenso y más cualificada.

 

La Concepción Frentista de Roque Dalton y la RN

En 1972 ocurre un hecho histórico sumamente importante, y es el regreso a nuestro país del poeta Roque Dalton - por 1972-, quien traía en su bolsón un cúmulo de ideas nuevas, relacionadas, en su mayoría, a las luchas de Cuba, de Vietnam, de las luchas que se estaban dando en Europa y en otras partes de América Latina. Roque era un hombre muy sistematizado y con gran capacidad investigativa, lo que le permitió asimilar otras experiencias de lucha popular. De ahí que es él quien trae la tesis frentista, relativa a que el triunfo y la victoria popular solo podían ser posibles, si se lograban combinar dos grandes elementos, uno era, la lucha guerrillera o lucha militar, y el otro –paralelo-, la construcción de un frente político o frente social, que incorporara de manera activa la auto-defensa del pueblo y aglutinara a importantes contingentes que dieran un vuelco a la situación; en otras palabras, planteaba trabajar la guerra revolucionaria y la insurrección, por la vía de la lucha social y política de masas. En síntesis, de lo que se trataba era de organizar por un lado, grupos guerrilleros y por otro, organizar grupos de masas luchando por sus reivindicaciones, pero con banderas políticas y de auto-defensa, en una articulación armoniosa con la vanguardia política.

Roque llevó este planteamiento y debate al interior del ERP, pero su tesis chocó frontalmente con las posiciones militaristas de Sebastián Urquílla, que tenía otra visión de la realidad y de la lucha.

Esta confrontación llevó al asesinato de Roque y al aceleramiento de la ruptura del ERP en el año 1975. Sin embargo, los motivos de la ruptura ya venían gestándose desde antes, cuando la Resistencia Nacional antifascista constituida dentro del ERP, a través del Frente Popular Unificado (FAPU) -frente abierto de la Resistencia Nacional, que tiene sus orígenes en 1974- ya planteaba un esquema de lucha social; no era un planteamiento solo guerrillero, sino una concepción frentista, abierta, una forma de cómo organizar la resistencia nacional antifascista mediante la lucha organizada de amplios sectores, porque se creía que el fascismo era el esquema de poder que en esos momentos se estaba instaurando en el país. Entonces, la Resistencia Nacional no surge como un planteamiento solo guerrillero, sino como un planteamiento integral de lucha social, política y militar, que combina lo abierto y lo clandestino.

En ese momento ya había claras diferencias en el análisis y puntos de vista muy pronunciados, respecto a las formas de lucha por parte de todas las organizaciones. Las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) hablaban de que había una escalada fascista, que el fascismo se iba construyendo en el país y que había que enfrentarlo con una lucha más desde el punto de vista clasista y con una composición clara de obreros y campesinos. En cambio, la Resistencia Nacional (RN) planteaba, que no, que ya había un gobierno fascista, y que por lo tanto, lo que procedía era la organización de una resistencia antifascista, una resistencia nacional con un enfoque plural. El análisis del momento era, que en El Salvador ya estaba instaurado el fascismo y que lo que correspondía no era una lucha radical desde el punto de vista clasista político-ideológico, sino la organización amplia de todos los sectores sociales -no necesariamente de izquierdas- para derrotar al fascismo. Este concepto es muy importante, porque eso explica los contactos que se tuvieron con la juventud militar el año 1975; y también explica las consiguientes desconfianzas que en el seno de la izquierda de esa época causaba éste planteamiento muy plural.

Es importante analizar ese fenómeno, o pensamiento de La RN que se gestaba dentro del ERP.

Roque Dalton y Carlos Arias explicaban, que el trabajo con la juventud militar, aunque era visto como un tema polémico, en el sentido de que, si bien el ejército no era, en ese momento, un instrumento de represión como lo eran los cuerpos de seguridad (Guardia Nacional, Policía de Hacienda, Policía Nacional, Policía de Aduanas.), lo podría llegar a ser. Pero que había un espacio para hacer trabajo dentro de un sector del ejército, desde el punto de vista de lucha nacional -no necesariamente de izquierda-, con sentido patriótico para oponerse al fascismo.

Esta búsqueda de contactos con el ejército, podría lindar, en algún punto, también con las tesis militaristas de Sebastián Urquílla, sobre que al fascismo se le puede derrotar por la vía militar y no socialmente, dadas las características topográficas, geográficas y poblacionales de El Salvador. De aquí viene la concepción de la creación de los famosos Comités Militares del ERP en el año 1975, los cuales tenían la estricta tarea de derrotar militarmente a la dictadura. En cambio la tesis de Roque, Lil Milagro, Fermán, Ernesto Jovel y Carlos Arias era, que la lucha antifascista no tenía que ser una lucha radical desde el punto de vista clasista, sino el agrupamiento de contingentes amplios de masas multisectoriales, en donde participaran la capa media, la burguesía, el ejército, etc. para organizadamente enfrentar al fascismo. Esta concepción estratégica es la que le crea la desconfianza a Sebastián Urquílla, planteando que lo que Roque está haciendo es descomponer la fuerza guerrillera; incluso, surge el elemento de que Roque se había unido a personeros de la Embajada Norteamericana, para meter la quinta columna dentro de la organización y dividir al ERP.

Con la sospecha de Sebastián Urquílla y su camarilla, de que Roque Dalton estaba haciendo un trabajo enemigo al interior del ERP para quebrar la organización guerrillera, le montan un juicio en el que Fermán Cienfuegos fue su defensor. El juicio fue manejado por esa camarilla y concluyó con el asesinato de Roque y de Pancho (Armando Arteaga).

 

Separación de la RN del ERP. Proyecto FAPU

A partir de esa crisis es que la Resistencia Nacional se separa del ERP. La RN era un agrupamiento más político y social, con una visión antifascista y, para ese tiempo, ya tenía como brazo más publico al Frente de Acción Popular Unificado (FAPU). Se empieza a crear una organización con una red de otras organizaciones, en donde estaban Vanguardia Proletaria (VP) –de obreros-, que a su vez tenía como núcleo abierto a FENASTRAS, al Movimiento Revolucionario Campesino (MRC), al Frente Universitario de Estudiantes Revolucionarios “Salvador Allende” (FUERZA), que a su vez aglutinaba a la sociedad de estudiantes de medicina “Raúl Hernández”, a la AED (Asociación de Estudiantes de Derecho “Roque Dalton”) y Acción Revolucionaria de Estudiantes de Secundaria (ARDES). Todas estas organizaciones estaban en el mismo nivel jerárquico y dependían del FAPU que las unía todas.

El FAPU tenía su propio periódico que se llamaba “Pueblo”, pero había distintas publicaciones, entre ellas una publicación mensual del movimiento campesino que se llamaba “Las Cartas de Domingo Beltrán”. Domingo Beltrán era un campesino imaginario que escribía a los campesinos. La Resistencia Nacional, como partido, tenía “La revista Polémica”, un material de debate político-ideológico, y el periódico mensual “Por La Causa Proletaria”.

Entre los éxitos más importantes de la Resistencia Nacional de este periodo fue, el haber Incidido en FENASTRAS como agrupamiento obrero y símbolo importante de lucha del movimiento obrero. FENASTRAS tenía como expresiones más sólidas, todo el trabajo del sindicalismo en la empresa privada y en la estatal, trabajo en el Sindicado de la energía eléctrica, en la fábrica Diana, en el Sindicato de la Industria de la Construcción, etc.

Desde el año 1975, también se vino configurando una organización campesina muy fuerte en Guazapa, era el Frente Obrero Campesino (FOC), una organización que situaba su trabajo fundamentalmente en la zona de Cuscatlán y principalmente en Suchitoto. Este frente venia constituyéndose como un esfuerzo político-militar, paralelo a las otras organizaciones, y fue en el año 1976 que lo absorbimos como RN. Del FOC provienen importantes cuadros campesinos que llegaron a ser dirigentes, como es el caso de Chano Guevara y Salvador Renderos -desaparecido el año 1982-, que llego a ser miembro de la Comisión Política de la RN. Un importante dirigente en esa época fue el médico Juan Hércules, que murió en Apopa durante un enfrentamiento con los militares a finales de 1976. Otro médico de ese grupo fue Elías Vásquez, caído mientras defendía la retirada del pueblo en una movilización sobre el Bulevar del Ejército a finales del 77. También en esa época, estuvieron vinculados al movimiento campesino, los curas Chencho Alas e Higinio Alas, promoviendo el trabajo desde su proyecto cristiano. Era un esfuerzo cristiano-campesino.

En 1977 también se integró a la RN, la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT), con su brazo armado Frente Revolucionario Armado del Pueblo (FRAP), de donde vienen el médico Eduardo Solórzano, el compañero Medico Ramón (seudónimo) que murió en Usulután -1982-, la compañera Irma Najarro, de seudónimo María -fue representante de la RN en Cuba-. Otros líderes sociales de destacada trayectoria y participación política han sido Héctor Bernabé Recinos –que fue Secretario General de FENASTRAS-, Alberto Ramos, que fue secretario general del FAPU y que venía de la división del ERP; Napoleón Rodríguez Ruiz –de seudónimo Feliciano-, que fue miembro del Frente Democrático Revolucionario (FDR) y que milagrosamente se salvó, junto a Leoncio Pichinte –LP-28- de la matanza perpetrada por los militares del gobierno en 1980.

 

Recordando a Algunos Compañeros Cuadros de la Resistencia Nacional

De la gesta social de esa época, tenemos que recordar también a grandes compañeros que jugaron un papel muy destacado en la lucha gremial, social, política, militar y diplomática, como a Roberto Cañas, al Chino José Luís Quan, a Julia Rodríguez, a Ricardo Vázquez (su seudónimo era Leo Cabrales), a Oscar Acevedo, a Salvador Sili (Santiaguito), al Poeta Alfonso Hernández (Gonzalo) y a Misael Gallardo, entre otros.

En mi caso, provengo de sectores cristianos de la iglesia evangélica y tuve participación en la lucha estudiantil de secundaria desde 1974, hasta que fui designado a la lucha guerrillera a finales de 1976 y de ahí todo el período de la guerra.

Como RN tuvimos momentos angustiosos, propios de los que se vivían en la clandestinidad y en ese período de la represión.

En 1982, la Policía de Hacienda montó un operativo militar sobre una casa clandestina que teníamos en la colonia Miralvalle; ahí capturaron y después desaparecieron a los compañeros Raúl Villalta -que era abogado laboralista-, a su compañera de vida América Fernanda - dirigente de la Comisión de Derechos Humanos- y a la esposa de Bernabé Recinos con su hija, de la que nunca se supo más. En ese mismo evento desaparecieron al compañero Salvador Renderos que estaba de paso por la ciudad.

Como anécdota a parte, quiero decir que hace cuatro años –por el 2004- apareció la hija de Bernabé Recinos. Bernabé me dijo: “Mirá hermano, mi hija apareció, el problema es que no quiere hablar de nada del pasado. Yo he hablado con ella y rechaza toda conversación sobre ese tema -ella era una niña cuando fueron desaparecidos-; no quiere saber de nada y en alguna medida me culpa de lo que le pasó. Ahora ella es una mujer casada y con hijos. Pero ¿qué pasó con ella durante todos esos años? Ella fue una niña testigo de los desaparecidos’’. Es muy doloroso, porque Bernabé perdió a su familia mientras estaba en la cárcel.

Otro caso doloroso es la captura de Doroteo Gómez Arias, en una oficina clandestina que teníamos en el Condominio Cuscatlán –en frente del Parque Cuscatlán-. Ahí capturaron a otro compañero –no recuerdo su nombre- que era responsable de la oficina; lo esposaron, pero él, consciente de su compromiso revolucionario y sabedor de que nosotros íbamos a llegar a una reunión a esa casa, se tiró de la tercera planta y se mató, supongo que para generar un escándalo que nos alertara y de esa manera evitar que fuéramos capturados.

Durante el mes de noviembre de 1989, en los preparativos de la “Ofensiva Hasta el Tope”, los oficiales de la Policía Nacional pusieron una poderosa bomba en la sede de FENASTRAS, que destruyó toralmente el edificio. Ahí murieron los compañeros Febe Elizabeth Velásquez, una mujer joven y luchadora, y el Secretario de la Industria de la Construcción. Fueron pérdidas irreparables.

Una de las operaciones muy importantes del FAPU fue la toma de la iglesia San Francisco, el 28 de enero de 1979. Esta acción fue para exigir la libertad del compañero Romel Bonilla, un dirigente estudiantil que en esos momentos estaba preso en San Miguel. Era una toma claramente armada, por lo que fue cercada por la Guardia Nacional; el combate duró más de 24 horas. Ahí murieron un hermano de Eduardo Solórzano, Carlos Alberto Ramírez –un primo mío- y muchos compañeros. Hay datos periodísticos que revelan, que cuando el juez hizo la inspección de los cuerpos, todos murieron, nadie sobrevivió; estaban las armas pero no había ni un solo tiro, ni un solo cartucho. La Guardia masacró a todos los compañeros.

En esa misma época, se hicieron tomas simultaneas de iglesias, tanto la de Suchitoto, como la de Ilobasco y otras de San Salvador, solo que estas eran tomas con objetivos reivindicativos. Pero por la escalada de represión que existía, no podían ser tomas pacificas, sino armadas.

 

Funcionamiento y Métodos

Muchos de esos compañeros que dirigían el trabajo social y se involucraban directamente con los trabajadores en la organización y en las actividades, eran miembros de la dirección de la RN, como es el caso de Alberto Ramos, miembro de la Comisión Política de la Resistencia Nacional, y que en lo abierto era el Secretario General del FAPU. O sea, cada uno de los secretarios de las diferentes organizaciones, formaban parte de la dirección del FAPU. Así como Alberto Ramos, Bernabé Recinos también era dirigente general para la lucha obrera; Salvador Renderos y otros compañeros, estaban en el agrupamiento campesino. Por la lucha estudiantil universitaria -la Sociedad de Estudiantes de Medicina-, estaba el compañero Marcos (Raúl Hernández), que después fue desaparecido en el occidente del país. En ese núcleo de dirigentes obreros del FAPU, que trabajaban en lo abierto, estaba también el compañero Sergio Hernández, que fue capturado en las inmediaciones del Palacio Nacional en 1982, y luego desaparecido.

El FAPU fue producto de una inyección de importantes cuadros que trabajaban con los obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales, y con los profesionales. Era una actividad compleja, porque eran cuadros de dirección, que por un lado tenían una vida clandestina, y por otro, daban la cara haciendo trabajo en lo social de manera abierta, como es el caso de Alberto Ramos -y muchos otros compañeros que daba conferencias en los distintos espacios de la Universidad y luego vivían como el gato y el ratón, escondidos en cualquier lugar y saliendo a sus tareas.

La dinámica del trabajo lo exigía así, porque la represión era cada vez más fuerte, y si esos métodos de compartimentación y seguridad no se cumplían, se ponía en riesgo la vida de uno, la de los demás y, en general, de la organización. Lo que siempre se procuraba era, que no tuvieran armas en sus casas ni propaganda de la RN, porque la inteligencia del enemigo sabía que la lucha social y la lucha armada eran la misma cosa. Gracias a esos métodos fue que pudimos proteger nuestra estructura de dirección, a nuestros cuadros y todo el trabajo de masas, lo cual nos permitió llegar con capacidad al inicio de la ofensiva del 10 de enero de 1981 y continuar con fuerza todo el período de lucha armada de la década de los 80.