Lin Biao

Informe ante el IX Congreso Nacional del Partido Comunista de China

  

 


Pronunciado: El 1 de abril de 1969; aprobado por el Congreso el 14 de abril de 1969.
Datos de publicación en castellano: Aparecio en Pekin Informa, no. 17 (30 de abril) de 1969; luego fue publicado por Ediciones en Lenguas Extranjeras, como Lin Piao, Informe ante el IX Congreso Nacional del Partido Comunista de China (Beijing, 1969) y reproducido también por el Comité Central del Partido Comunista de España, como Lin Piao, Informe ante el IX Congreso Nacional del Partido Comunista de China: hecho el 1o de abril y aprobado el 14 de abril de 1969 (España, 1969) y en la revista argentina Cristianismo y Revolución, de la primera quincena de junio de 1969 (no. 17).
Fuente del Texto Digital: "China: Habla Lin Piao" en Ruinas Digitales: Arqueología comunicacional, 19 de noviembre de 2010; tomado de "China: Habla Lin Piao", revista Cristianismo y Revolución, año III no. 17 (primera quincena de junio 1969) págs. 35 a 49.
Esta Edición: Marxists Internet Archive, agosto de 2013.


  

 

 

Camaradas:

El IX Congreso Nacional del Partido Comunista de China será un congreso de trascendental influencia en la historia de nuestro Partido.

Nuestro Congreso se celebra en momentos en que la gran revolución cultural proletaria, iniciada y dirigida personalmente por el Presidente Mao, ha logrado grandes victorias. Esta gran tempestad revolucionaria ha demolido el cuartel general burgués acaudillado por el renegado, agente enemigo y vendeobreros. Liu Shaochi, ha desenmascarado al puñado de renegados, agentes secretos y dirigentes seguidores del camino capitalista impenitentes dentro del Partido que tienen a Liu Shaoqi como representante general, ha frustrado su conspiración para restaurar el capitalismo, ha fortalecido enormemente la dictadura del proletariado de nuestro pais y ha robustecido grandemente a nuestro Partido, preparando así plenas condiciones en lo político, ideológico y organizativo para el presente Congreso.

 

 

I.  

PREPRACIÓN PARA LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA

La gran revolución cultural proletaria de nuestro pais es una verdadera revolución proletaria de gran envergadura.

El Presidente Mao ha expuesto en términos concisos la necesidad de esta gran revolución: “La presente gran revolución cultural proletaria es completamente necesaria y muy oportuna para consolidar la dictadura del proletariado, prevenir la restauración del capitalismo y construir el socialismo”. Pora comprender a plenitud esta afirmación científica del Presidente Mao, debemos compenetrarnos profundamente con la teoría del Presidente Mao sobre la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado.

En 1957, poco después de clausurado el VII Congreso Nacional del Partido, el presidente Mao publicó su giran obra Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones- en el seno del pueblo, en la que, a continuación de su “Informe ante la II Sesión Plenaria del VII Comité Central del Partido Comunista de China”, trata en todos los aspectos las contradicciones, clases y lucha de clases en las condiciones de la dictadura del proletariado, formula integramente la tesis sobre la existencia en la sociedad socialista le dos tipos de contradicciones de naturaleza distinta: contradicciones entre nosotros y el enemigo y contradicciones en el seno de] pueblo, y la gran teoría sobre la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado. Esta obra ilumina como un faro brillante el rumbo de la revolución y construcción socialistas de nuestro pais y, a la vez, sienta la base teórica para la presente gran revolución cultural proletaria.

A fin de comprender con mayor profundidad la gran contribución histórica del Presidente Mao, es necesario recordar brevemente la experiencia histórica del movimiento comunista internacional.

En 1852, Marx dijo: “Mucho antes que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto ya el desarrollo histórico de esta lucha de clases y algunos economistas burgueses, la anatomía económica de éstas. Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción: 2) que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases”. (Marx, Engels: Selección de correspondencias, pág. 63, edición china). La teoría de Marx sobre la dictadura del proletariado dejó delineados los límites entre el socialismo científico y el socialismo utópico así como el seudosocialismo de todos los colores. Marx y Engels lucharon toda la vida por su teoría y por hacerla realidad.

Después del fallecimiento de Marx y Engels, casi todos los partidos de la II Internacional, a excepción del Partido bolchevique dirigido por Lenin, traicionaron al marxismo. En su lucha contra el revisionismo de la II Internacional, Lenin heredó, defendió y desarrolló el marxismo. El foco de la lucha fue el problema de la dictadura del proletariado. Fustigando a los viejos revisionistas, Lenin señaló en repetidas ocasiones: “Quien reconoce solamente la lucha de clases no es aún marxista”. “Marxista sólo es el que hace extensivo el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado”. (Lenin: Obras completas, t. XXV, pág. 309, edición china).

Lenin dirigió al proletariado ruso en la conquista de la victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre y en el establecimiento del primer Estado socialista. Sobre la base de su gran práctica revolucionaria en la dirección de la dictadura del proletariado, Lenin se percató del peligro de restauración del capitalismo y del carácter prolongado de la lucha de clases: “El paso del capitalismo al comunismo llena toda una ¿poca histórica. Mientras esta época histórica no finalice, los explotadores siguen inevitablemente abrigando esperanzas de restauración, esperanzas que se convierten en tentativas de restauración”. (Lenin: Obras completas, t. XXVIIT, pág. 235, edición china).

Lenin señaló: “…cuya resistencia Lia de la burguesía] se ve decuplicada por su derrocamiento (aunque no sea más que en un país) y cuya potencia consiste, no sólo en la fuerza del capital internacional, en la fuerza y la solidez de los vínculos internacionales de la burguesía, sino, además, en la fuerza de la costumbre, en la fuerza de la pequeña producción. Porque, por desgracia, queda todavía en el mundo mucha, muchísima pequeña producción, y la pequeña producción engendra capitalismo y burguesía constantemente, cada día. a cada hora, de modo espontáneo y en masa”. La conclusión de Lenin fue: “Por todos estos motivos, le dictadura del proletariado es indispensable”. (Lenin: Obras completas, t. XXXI, pág. 6¿edición china).

Lenin señaló también que una “nueva burguesía” surgía de “entre nuestros funcionarios soviéticos”. Lenin: Obras completas, t. XXIX, pág. 162, edición china).

Lenin indicó que el peligro de restauración provenía, además, del cerco del capitalismo: Los países imperialistas “no perderán oportunidad alguna que les permita una intervención militar, como ellos dicen, o sea, asfixiar al Poder soviético”. (Lenin: Obras completas, t. XXXI, pág. 423, edición china).

La camarilla de renegados revisionistas soviéticos ha traicionado por completo estas brillantes enseñanzas de Lenin. De Jruschov a Brezhnev y sus semejantes, todos son dirigentes seguidores del camino capitalista ocultos en el seno del Partido Comunista de la Unión Soviética desde hace tiempo. Una vez en el Poder, convirtieron las “esperanzas de restauración” de la burguesía en “tentativas de restauración”, usurparon la dirección del Partido de Lenin y Stalin, y, mediante la “evolución pacífica”, transformaron al primer Estado de dictadura del proletariado del mundo en un tenebroso Estado fascista de dictadura burguesa.

El Presidente Mao ha sostenido una lucha de medida por medida contra el revisionismo contemporáneo cuyo centro es la camarilla de renegados revisionistas soviéticos, y ha heredado, defendido y desarrollado le teoría marxista-leninista sobre la revolución proletaria y la dictadura del proletariado. El Presidente Mao ha hecho un balance completo de la experiencia histórica de la dictadura del proletariado en sus aspectos tanto positivos como negativos, y ha formulado la teoría sobre la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado para prevenir la restauración del capitalismo.

Poco antes de que la revolución china pasara de la revolución de nueva democracia a la socialista, o sea, en marzo de 1949, el Presidente Mao, en su informe ante la II Sesión Plenaria del Vil Comité Central del Partido, ya señaló explícitamente que, conquistado el Poder en todo el país por el proletariado, la contradicción principal dentro del país sería la contradicción entre la clase obrera y la burguesía”. El centro de la lucha seguía siendo la cuestión del Poder. El Presidente Mao nos advirtió en particular: “Después de eliminados los enemigos con fusiles, quedarán aún los enemigos sin fusiles, quienes entablarán, inevitablemente, una lucha a muerte contra nosotros; jamás debemos subestimarlos. Si ahora no planteamos ni comprendemos el problema de ente modo, cometeremos errores muy graves”. El Presidente Mao, previendo el carácter prolongado y complejo de la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía después de establecida la dictadura del proletariado, planteó a todo el Partido la tarea combativa de luchar contra el imperialismo, el Kuomintang y la burguesía en los terrenos político, ideológico, económico, cultural y de relaciones exteriores.

A la luz de la resolución de la II Sesión Plenaria del VII Comité Central del Partido y de la línea general del Partido para el período de transición trazada por el Presidente Mao, nuestro Partido se entregó a intensos combates. En 1956 culminó en lo fundamental la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción en la agricultura, la artesanía, y la industria y comercio capitalistas. Este fue un momento crucial en que se planteó si la revolución socialista podía proseguir su avance. En vista del desenfreno del revisionismo en el movimiento comunista internacional y de las nuevas tendencias de la lucha de clases en nuestro país, el Presidente Mao, en su gran trabajo Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo, llamó la atención a todo el Partido: “En China, aunque en lo fundamental ha culminado la transformación socialista de la propiedad”, “.subsisten remanentes de las clases derrocadas: la clase terrateniente y la burguesía compradora: subsiste la burguesía, y la transformación de la pequeña burguesía sólo acaba de empezar”. Para replicar absurdo propalado en 1956 por Liu Shaoqi de que “en nuestro país ya está resuelto ahora el problema de quién vencerá: el socialismo o el capitalismo”, el Presidente Mao señaló en particular: “…aún no ha sido resuelta en definitiva la cuestión de quién vencerá: el socialismo o el capitalismo”. “La lucha de clases entre el proletariado y la burguesía, entre las diferentes fuerzas políticas y entre el proletariado y la burguesía en el terreno ideológico, será aún larga, tortuosa y a veces incluso muy enconada”. Así, por primera vez en la teoría y práctica del movimiento comunista internacional, se planteó explícitamente Que, culminada en lo fundamental la transformación socialista de la propiedad de los medios de producción aún existen clases y lucha de clases, y el proletariado debe continuar la revolución.

El cuartel general proletario encabezado por el Presidente Mao condujo a las amplias masas a continuar la gran lucha siguiendo el rumbo señalado por el Presidente Mao. El centro de la lucha —desde la lucha contra los derechistas burgueses en 1957 hasta la lucha para desenmascarar a la camarilla antipartido de Peng Te-juai en la Reunión de Lushan en 1959, desde el gran debate acerca de la línea general del Partido para la construcción socialista hasta la lucha entre las dos líneas en el movimiento de educación socialista— residía en la cuestión de seguir el camino socialista o el capitalista, en la cuestión de persistir en la dictadura del proletariado o restaurar la dictadura burguesa.

Todas las victorias de la línea revolucionaria proletaria del Presidente Mao y la victoria de cada batalla importante librada por el Partido contra la burguesía se han logrado sólo desbaratando la línea revisionista de derecha, o de “izquierda” en la forma y de derecha en esencia, línea representada por Liu Shaochi.

Ahora está comprobado que, ya en el período de la Primera Guerra Civil Revolucionaria, Liu Shaoqi renegó del Partido y se entregó al enemigo, convirtiéndose en agente enemigo y vendeobreros, que es un lacayo del imperialismo, del revisionismo contemporáneo y de los reaccionarios kuomintanistas que ha cometido innumerables crímenes, y que es el representante general de los dirigentes seguidores del camino capitalista. El tenía una línea política con la que intentaba en vano restaurar el capitalismo en China y hacer de ella una colonia del imperialismo y del revisionismo. Tenía además una línea organizativa al servicio de su línea política contrarrevolucionaria. Durante muchos años, reclutando gentes de su calaña, Liu Shaoqi reunió toda una banda de renegados, agentes secretos y dirigentes seguidores del camino capitalista. Todos ellos ocultaron sus antecedentes políticos contrarrevolucionarios, se ampararon entre sí, se confabularon en sus fechorías, usurparon importantes cargos del Partido y del Estado y controlaron la dirección en muchas entidades tanto centrales como locales, formando así un cuartel general burgués clandestino en oposición al cuartel general proletario encabezado por el Presidente Mao. En contubernio con el imperialismo, el revisionismo contemporáneo y la reacción kuominista, ellos desempeñaron un papel destructivo que no podían el imperialismo norteamericano, el revisionismo soviético y la reacción mundial.

En 1939, cuando la guerra de liberación nacional contra el Japón dirigida por el Presidente Mao se desarrollaba impetuosamente. Liu Shaoqi sacó su siniestro libro sobre la “autocultivación”. El elemento esencial de este libro es la traición a la dictadura del proletariado. En el libro no habló en absoluto de la lucha por derribar al imperialismo japonés, de la lucha contra los reaccionarios del Kuomintang, y del principio fundamental marxista-leninista de tomar el Poder mediante la fuerza armada, sino que. por el contrario, exigió a los comunistas que se apartaran de la gran práctica revolucionaria y se entregaran a la “autocultivación” idealista, lo que era en realidad exigir a los comunistas que, mediante la “autocultivación”, se convirtieran en servidores jostrados ante la dictadura contrarrevolucionaria del imperialismo y de los reaccionarios kuomintanistas.

Después de la victoria de la Guerra de Resistencia contra el Japón, cuando las tropas contrarrevolucionarias de Chiong Kai-shek, pertrechadas por el imperialismo norteamericano, se disponían a desatar ofensivas en gran escala contra las regiones liberadas, Liu Shaoqi, respondiendo a las necesidades de los reaccionarios norteamericanos y chiang-kaishekiatas, lanzó la línea capitulacionista que sostenía que “China ha emprendido una nueva etapa, la de paz y democracia”, para oponerse a la línea general de “movilizar audazmente a las masas y robustecer las fuerzas populares a fin de que, bajo la dirección de nuestro Partido, derroten a los agresores y construyan una nueva China” y a la política de “responder medida por medida y luchar por cada pulgada de terreno” ante los ataques de los reaccionarios norteamericanos y chiangknishekistas, formuladas ambas por el Presidente Mao. Pregonó que “en estos momentos la forma principal de lucha de la revolución china ya ha pasado de la lucha armada a la lucha no armada, de masas y parlamentaria”, pretendió suprimir la dirección del Partido sobre el ejército popular, integrar en el “Ejército Nacional” de Chiang Kai-shek, mediante la “unificación” al VIII Ejército y al Nuevo 4° Cuerpo de Ejército, antecesores del Ejército Popular de Liberación, y desmovilizar a gran cantidad de soldados de las fuerzas obrero-campesinas dirigidas por el Partido. Con todo ello trató de liquidar de raíz al ejército popular, estrangular la revolución china y ofrecer en bandeja de plata al Kuomintang los frutos de la victoria conquistados a costa de sangre por el pueblo chino.

En abril de 1949, es decir, cuando el Ejército Popular de Liberación de China estaba listo para cruzar el rio Yangtsé y la revolución de nueva democracia de China se avecinaba a la victoria en todo el país, Liu Shaoqi fue a Tientsín en donde se lanzó al regazo de los capitalistas. Oponiéndose frenéticamente a la política de utilización, limitación y transformación de las industrias capitalislas privadas, política acordada en la II Sesión Plenaria del VII Comité Central del Partido que acababa de clausurarse, pregonó a los cuatro vientos que “hoy él capitalismo en China está aún en su juventud”, que estaba destinado a un “gran desarrollo” sin límites, y que “la explotación capitalista hoy no es un crimen, sino un mérito”; alabó descaradamente a la burguesía afirolando que “cuanto más explote tanto mayor será su mérito”, y predicó con gran celo la teoría revisionista de las fuerzas productivas, en un vano intento de llevar a China al camino del capitalismo.

En resumen, en muchas importantes coyunturas históricas de la revolución de nueva democracia y de la involución socialista, Liu Shaoqi y su banda se opusieron con furia a la línea revolucionaria proletaria del Presidente Mao e intrigaron realizando actividades contrarrevolucionarias de zapa. No obstante, siendo ellos contrarrevolucionarios, su conspiración tenía que revelarse. Ellos se volvieron aún más desenfrenados después que Jruschov subió al Poder, sobre todo cuando los revisionistas soviéticos, coludidos con los imperialistas norteamericanos y los reaccionarios de la India y de otros países, desencadenaron campañas antichinas en vasta escala.

El Presidente Mao fue el primero en percatarse del peligro de la conspiración contrarrevolucionaria de Liu Shaoqi y su banda. En la reunión de trabajo del Comité Central del Partido celebrada en enero de 1962, el Presidente Mao señaló la necesidad de estar alerta contra el surgimiento del revisionismo. En la reunión de trabajo del Comité Central en Pei-taije y en la X Sesión Plenaria del VIII Comité Central del Partido, celebradas respectivamente en agosto y septiembre de 1962, el Presidente Mao formuló en forma aún más completa la línea fundamental de nuestro Partido para toda la etapa histórica del socialismo. El Presidente Mao señaló: “La sociedad socialista cubre una etapa histórica bastante larga. Durante la etapa histórica del socialismo, aún existen clases, contradicciones de clase y lucha de clases; existen la lucha entre el camino socialista y el capitalista y el peligro de una restauración capitalista. Es preciso comprender lo largo y complicado de esta lucha y elevar nuestra vigilancia. Es necesario realizar la educación socialista. Es necesario comprender y tratar de manera correcta el problema de las contradicciones de clase y de la lucha de clases y distinguir acertadamente las contradicciones entre nosotros y el enemigo de las existentes en el seno del pueblo, y tratarlas de manera correcta. De otro modo, un país socialista como el nuestro, se convertirá en su contrario, degenerará, y se producirá la restauración. De ahora en adelante, debemos hablar de esto cada año, cada mes y cada día, de modo que tengamos una comprensión relativamente clara de este problema y sigamos una línea marxista-Leninista.” Esta línea marxista-leninista formulada por el Presidente Mao es la arteria vital de nuestro Partido.

A continuación, en mayo de 1963, fue elaborada bajo la dirección del Presidente Mao la “Decisión del Comité Central del Partido Comunista de China sobre algunos problemas en el actual trabajo rural (proyecto)” (es decir, la “Decisión de 10 Puntos”) en la cual se establecieron la línea, principios y políticas del Partido para el movimiento de educación socialista. Además, el Presidente Mao advirtió de nuevo a todo el Partido: De olvidar las clases y la lucha de clases, de olvidar la dictadura del proletariado, “entonces no haría falta mucho tiempo, tal vez unos cuantos años, o una década, o varias décadas a lo sumo, para que se produjera fatalmente una restauración contrarrevolucionaria a escala nacional, el partido marxista-leninista se transformara en partido revisionista o en partido fascista, y toda China cambiara de color. Que lo piensen los cantaradas: “¡cuan peligrosa sería esa situación!” El Presidente Mao mostró así con mayor claridad a todo el Partido y a todo el pueblo el peligro de restauración del capitalismo.

Todas estas advertencias y luchas no cambiaron ni podían cambiar en lo más mínimo, la naturaleza de clase reaccionaria de Liu Shaoqi y su banda. En 1964, en el gran movimiento de educación socialista, Liu Shaoqi saltó a la palestra para reprimir a las masas y proteger a los dirigentes seguidores del camino capitalista, atacó abiertamente el método científico marxista propugnado por el Presidente Mao de investigar y estudiar las condiciones de la sociedad, calificándolo de “anticuado”, y disparató afirmando que quien no seguía la línea de Liu Shaoqi “no está calificado para ser dirigente”. Ellos desesperaban por restaurar el capitalismo. A finales de 1964, el Presidente Mao convocó una reunión de trabajo del Comité Central, presidió la elaboración del documento “algunos problemas actuales planteados en el movimiento de educación socialista en el campo” (es decir, el “Documento de 23 Puntos”), censuró severamente la linea reaccionaria burguesa de Liu Shaoqi de “izquierda” en la forma y de derecha en esencia, criticó las peregrinas afirmaciones de Liu Shaoqi tales corno el “entrelazamiento de las contradicciones internas del Partido y las de fuera del Partido” y la “contradicción entre cuatro limpiezas y cuatro no limpiezas”, y por primera vez estableció sin equívoco que “el blanco principal del movimiento actual son aquellos dirigentes seguidores del camino capitalista dentro del

Partido”. Esta nueva conclusión a que llegó el Presidente Mao resumiendo la experiencia histórica de la dictadura del proletariado en China y en otros países corrigió el rumbo del movimiento de educación socialista y señaló la orientación para la gran revolución cultural proletaria venidera.

Pasando revista a la historia de este período, podemos comprender que, de ningún modo, es casual esta gran revolución cultural proletaria en que han participado los centenares de millones de integrantes de las masas revolucionarías. Ella es la consecuencia inevitable de la prolongada y aguda lucha entre las dos clases, los dos caminos y las dos líneas existentes en la sociedad socialista. Esta es “una gran revolución política sostenida por el proletariado contra la burguesía y las demás clases explotadoras; es la continuación de la prolongada lucha entre el Partido Comunista de China y las amplias masas populares revolucionarias bajo su dirección, de un lado, y los reaccionarios kuomintunistas, del otro, y es la continuación de la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía”. El proletariado, los campesinos pobres y campesinos medios de la capa inferior, el Ejército Popular de Liberación, los cuadros revolucionarios y los intelectuales revolucionarios de China, heroicos y decididos a seguir (Je cerca al gran líder el Presidente Mao por el camino del socialismo, ya no podían contenerse ante las actividades de restauración de Liu Shaoqi y su banda, y una gran batalla de clases se hacia inevitable.

Justamente como lo señaló el Presidente Mao en una conversación en febrero de 1967, “en el pasado libramos luchas en las zonas rurales, en las fábricas, en los círculos culturales, y realizamos el movimiento de educación socialista. Sin embargo, todo esto no pudo resolver el problema, porque no habíamos encontrado una forma, un medio para movilizar a las amplias masas de manera abierta, en todos los terrenos y de ahajo arriba a exponer nuestro lado oscuro”. Ahora hemos encontrado tal forma, y ésta es la gran revolución cultural proletaria. Sólo movilizando a centonares de millones de integrantes de Jas masas en la plena y franca exposición de opiniones, en el pleno uso del dazibao y en los grandes debates, se logra desenmascarar a los renegados, agentes secretos y dirigentes seguidores del camino capitalista infiltrados en el Partido, y hacer añicos su conspiración de restaurar el capitalismo. Precisamente con la participación de las amplias masas, se logró identificar la verdadera catadura del renegado, agente enemigo y vende-obreros Liu Shaoqi, como contrarrevolucionario de viejo cuño. La XII Sesión Plenaria Ampliada del VIII Comité Central del Partido decidió destituir a Liu Shaoqi de todos sus cargos dentro y fuera del Partido y expulsarlo para siempre de él, lo que constituye una gran victoria de los centenares de millones de integrantes de las masas. Esta gran revolución cultural proletaria, que nuestro gran maestro el Presidente Mao ha iniciado y dirige personalmente de acuerdo con la teoría sobre la continuación de la revolución bajo la dictadura del proletariado, en verdad “es completamente necesaria y muy oportuna”, es una nueva y gran contribución a la teoría y práctica del marxismo-leninismo.

 

II.

PROCESO DE LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA

 

III.

HACER CONCIENZUDOS ESFUERZOS POR CUMPLIR BIEN LA TAREA DE LA LUCHA-CRITICA-TRANSFORMACIÓN

 

IV.

LA POLÍTICA DE LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA

 

V.

VICTORIA FINAL DE LA REVOLUCIÓN EN NUESTRO PAÍS

 

VI.

CONSOLIDACIÓN Y CONSTRUCCIÓN DEL PARTIDO

 

VII.

LAS RELACIONES DE CHINA CON LOS PAÍSES EXTRANJEROS