Ludovico Hurtado


 

Sobre Izquierda Unida y Patria Roja

Entrevista de Maruja Barrig, para El Caballo Rojo

 

 


Fuente del Texto: Maruja Barrig, “Patria Roja pone los puntos sobre las íes.” En El Caballo Rojo, No. 60, Año 2, suplemento dominical de El Diario de Marka, 5 de julio de 1981 (Lima, Perú); págs. 6 y 7.
Esta Edición: Marxists Internet Archive, junio de 2024. El título dado arriba es nuestro.
Transcripción y HTML: Juan R. Fajardo, junio de 2024.



  
 

 


Lima no había sido destruida. Garuaba sin embargo el domingo, tarde en la noche, cuando el dirigente de Patria Roja, Jorge Hurtado —más conocido por la “chapa” de Ludovico llegó a mi casa. Venía precedido por la aureola de ser uno de los hombres duros de su partido; hoy ubicuo, hasta hace un par de años, absolutamente clandestino. Lo precedía también un acompañante joven que cargaba una grabadora estereofónica, sembrada de controles y ventanillas y un micrófono gigantesco; mi grabadora empequeñeció de pronto como cuando uno va a la zapatería con la certeza de que no necesita zapatos nuevos y, al probarse un par flamante, los que tenía puestos envejecen lastimosamente.

Mientras esperaba a Ludovico, me acordé de un testimonio recogido por Goyo Martínez en Canto de sirena: “por qué en el cinema no se ve que hacen piche, que hacen caca”. ¿Por qué los dirigentes políticos parecen unidimensionales? Hay veces que me aburre hacer entrevistas políticas, tanto como a algunos leerlas. Me hubiera gustado preguntarle a Ludovico si era casado, si tenía hijos, si bailaba salsa, si lo jalaron en el colegio, si coleccionaba estampillas de ajedrez. Saber cómo la había pasado de clandestino, no es broma eso. No tener casa, nadie lo puede visitar a uno, hay que cuadrar el carro dos cuadras más abajo o a la vuelta, cambiarse de sacos, ponerse peluca o gorrita si la situación lo requiere y hacer enmudecer a los hijos cuando en el colegio le preguntan: ¿en qué trabaja tu papá?

Pero no. La entrevista era sobre Izquierda Unida y Patria Roja y el diálogo y esas cosas. Pero qué tentación preguntarle a Ludovico dónde consiguió ese polo azul marino de “plush” que tenía puesto (para los no iniciados, el plush es terciopelo sintético), estaba bonito, para qué, y su abrigo beige, quizá un poco excesivo para el clima limeño, pero bien cortado. Contra lo que Chandler opina, creo que el “Bernales look” se está imponiendo en los dirigentes de izquierda; Hugo Blanco tendrá que comprarse una correa por lo menos.

Porque pese a toda esa mitología sobre Ludovico —a quien conocía sólo de referencias y por foto— el dirigente de PR nada tiene que ver con esa imagen de los “rabanitos” que perpetraba un caricaturista de La Prensa hace años; para ese dibujante, los comunistas eran tipos feroces, gordos, de cejas gruesas y barba de cuatro días. Ludovico nada tiene que ver tampoco con su hermano, un magistrado lleno de corbatas y sarcasmo inteligente. Mucho menos nada que ver con su primo hermano, un joven desgarbado y palidísimo de tanto leer a Borges, cuyo estilo imita cuando escribe y que inauguró en Marka el periodismo irónico. No. Este Hurtado es alto, corpulento, de manos extraordinariamente pequeñas para el tamaño de su cuerpo y de uñas chiquitas y negras. Cara mofletuda, patillas, una calvicie que ya llega y un sano buen humor. Hablaba quizá un poco rápido, pero lo que decía sonaba coherente o al menos cumplía con el requisito mínimo de coherencia esperada en un político que, como todo el mundo sabe, es algo menor que lo que se exige a una persona normal.

Cuando hablaba de lucha de clases, programas o desacuerdos no arrugaba las cejas como suele hacerlo Diez Canseco, que cada vez que dice “nosotros pensamos que...” pone una cara temible que hasta a mí me asusta, pese a que hace quince años que lo conozco. No, Ludovico no se exaltaba. En algunas preguntas meditaba, antes de responder pero se le notaba Seguro de sí mismo; juraría que lo vi ruborizarse cuando, turbado y humilde, negó ser uno de los “cerebros” de Patria Roja. No sé si será malhumorado en su casa o intransigente en su partido, pero a mí me pareció buena gente. Más aún, demostró una infinita paciencia y una insólita “sangre” para los animales —como dicen los viejos— porque Homero, mi gato, insistió en acurrucarse y ronronear en sus rodillas todo el tiempo que duró la entrevista. Conversamos algo más de una hora, tomamos café y se fumaron mis cigarros. Lo que sigue es, necesariamente, una edición de lo grabado. En todo caso, con esa precaución que sólo había encontrado en Augusto Zimmermann, secretario de prensa de Velasco, sobre no me acuerdo qué, aleo que tenía que ver con Tantalean, Frías o algo así (qué tiempos aquellos), Ludovico tiene también grabada esta entre vista y podrá decir si hubo error u omisión importante.

—En una carta enviada al Dr. Alfonso Barrantes con fecha 25 de junio, el secretario general de fu partido expresa su preocupación porque el pronunciamiento de IU sobre el diálogo "no haga ningún llamado al pueblo a mantenerse en guardia ni se sugiera su preparación para la lucha". ¿Puedes explicar el sentido de esta carta cuando en el comunicado de IU sobre el diálogo, publicado en "El Diario" el 18 de junio, está la firma de Rolando Breña, dirigente de Patria Roja y presidente de UNIR?

— En la carta hay tres puntos. Nuestra apreciación respecto al diálogo, lo que ha dejado de hacer el Comité Directivo de IU y, en tercer lugar, los mecanismos de funcionamiento del CDN de Izquierda Unida con los que nosotros no estamos de acuerdo, pues creemos que le resta autoridad y no lo consolida. El Comité Directivo de IU ha tenido que partir de la pregunta: ¿por qué el gobierno llama al diálogo, qué objetivos persigue?; en segundo lugar, ¿cuál es la situación del gobierno?, y, en tercer lugar, ¿cuál es la situación de la izquierda y el movimiento popular? Creemos que el CDN de Izquierda Unida no ha evaluado lo suficiente los objetivos del gobierno y qué es lo que consigue la izquierda al aceptar el diálogo. El pronunciamiento señala sólo la necesidad de concurrir a la conversación, con lo cual nosotros estamos de acuerdo, pero debió también haber señalado que no se pactará con el gobierno. Nuestro partido no está dispuesto a aceptar un pacto con el gobierno; no podemos pactar con un gobierno que implementa un programa antipopular y una política antidemocrática. La política del gobierno es muy coherente: habla de democracia y reprime, es sólo una demagogia encubridora que debió haberse señalado.

—Perdón, una interrupción. Mi pregunta fue muy concreta, en este pronunciamiento está la firma de Rolando Breña, dirigente de Patria Roja.

—Sí, nosotros hemos discutido ese problema

—Y si está su firma quiere decir que está de acuerdo con los puntos de la declaración.

—Nosotros no hemos participado en esa reunión.

—Al decir nosotros, ¿te refieres a ti o te refieres a Patria Roja?

—Concretamente a Patria Roja. En segundo lugar, los miembros de mi partido que conformamos el Comité Directivo de IU somos dos, el que habla, miembro titular, y el c. Rojas, que es el suplente. El compañero Breña no es miembro del CDN de Izquierda Unida. No digamos que Rolando ha sido sorprendido, pero si firmó ese comunicado ha sido por dos razones: porque hay un aspecto positivo en el comunicado que no podemos negar, que es la aceptación del diálogo y, en segundo lugar, por mantener el sentido de la unidad dentro de IU, pero siempre con el criterio de que esta posición sea desarrollada y enriquecida con un nuevo pronunciamiento que ponga los puntos sobre las íes. En la última reunión de IU hemos acordado esto último.

—Esta puede parecer una pregunta ingenua, pero no comprendo: ¿si tú eres miembro del Comité Directivo, acaso no tenías conocimiento de esta reunión?

—Teníamos conocimiento, pero hay un problema. Lo que nosotros estamos planteando al Dr. Barrantes en esa carta es la consolidación del Comité Directivo de IU. Porque se dio la situación de una reunión, no del CDN propiamente dicho, sino de los secretarios generales de los partidos, que no son necesariamente miembros del Comité Directivo. Si hubiéramos seguido la convocatoria, hubiera tenido que ir el secretario general nuestro, pero como es un compañero clandestino, no podíamos sacrificarlo por una reunión de esa naturaleza. Esta forma de organización que se le quiere dar a IU no ayuda a fortalecer su Comité Directivo.

—Si esto era así, lo lógico hubiera sido que fuera el titular o el suplente.

—Hasta cierto punto lo lógico hubiera sido eso, pero nosotros no teníamos conocimiento pleno de que se trataba de discutir y firmar el comunicado. Era simplemente una reunión de consulta y como reunión de consulta estuvimos de acuerdo en que vaya el compañero Breña como presidente de UNIR.

—En la carta, ustedes plantean la necesidad de un plan nacional de movilización, ¿a qué se refieren con plan de acción, a un programa?

—No específicamente. La ofensiva del gobierno contra la izquierda agita el fantasma del terrorismo, achacando a IU la responsabilidad de propiciar el terrorismo. Frente a esta situación, IU, en lugar de tomar la iniciativa y dar una respuesta al gobierno, se queda en la pasividad y le cede una apreciable ventaja política al gobierno. Lo que nosotros planteamos fue que Izquierda Unida organice un proceso de movilización política de las masas con un pronunciamiento que desenmascare al gobierno, con la planificación de acciones de masas como mítines, marchas no sólo en Lima sino también en las ciudades importantes del país; llevar adelante una campaña de agitación y propaganda impartiendo directivas a las bases para generalizar esa campaña, un fórum donde se discuta el problema del terrorismo y un mitin popular. Esto fue lo que planteamos y al final el plan de movilización quedó reducido a un simple seminario que incluso no tuvo la gravitación ni el peso que debió tener.

—¿Patria Roja está por la modificación o la derogatoria del decreto 046?

—Por la derogatoria. Nosotros no estamos de acuerdo con algunos planteamientos que se hacen por ahí, de que lo único que se requiere es una modificación del articulado; pedimos la derogatoria.

—¿Pero con todo este plan de movilización no irán a desestabilizar al gobierno?

—Me parece que la izquierda no debe plantearse el problema de que no busca la desestabilización del gobierno, porque si esto no es lo suficientemente explicado puede ser entendido que estamos por la estabilización del gobierno. El problema de la estabilidad o no del gobierno, depende principalmente de su política y la reacción de las masas frente a ella.

Para nosotros el eje de la lucha de clases hoy día está en la defensa de las libertades democráticas conquistadas. La izquierda está en la obligación de defender esas libertades logradas en doce años de combate antidictatorial, no hacerlo es un suicidio político. En segundo lugar, la defensa de esas libertades no puede hacerse pensando que se va a resolver con el diálogo con el gobierno o en la lucha parlamentaria, más aún en las condiciones actuales en que el Legislativo es el apéndice del Ejecutivo y hemos devenido en una dictadura civil. El campo fundamental donde se define la defensa y ampliación de las libertades democráticas es a través de ¡a acción directa de las masas, lo cual no debe negar otras formas secundarias de lucha, como el Parlamento, el diálogo, etc.

—Si esto es así, tú que eres miembro del Comité Directivo de IU quizá me podrás explicar por qué IU no se ha pronunciado contra la reciente agresión a tres parlamentarios de izquierda.

—Eso es un error de los muchos que comete IU y su Comité Directivo. El comunicado publicado en relación al diálogo debió contener un acápite denunciando la agresión a los parlamentarios y así defender el derecho de las masas a movilizarse y también defender el papel de los parlamentarios de izquierda de ser. no sólo combatientes en el Parlamento, sino también colocarse a la cabeza de la movilización popular. IU debe rectificar ese error, porque el problema no es si fue agredido el compañero Hugo Blanco, o el compañero Haya, es un problema de principios, y esta agresión la pueden sufrir también otros compañeros parlamentarios como Rolando Breña, Zevallos, Murrugarra o Bernales.

—En la carta del Comité Central de Patria Roja se menciona que las deficiencias en el funcionamiento del CDN de Izquierda Unida producen lo que podríamos llamar malos entendidos ¿qué refleja este mal funcionamiento?

—La debilidad orgánica de IU es responsabilidad de todas las organizaciones que integramos el Comité Directivo, desde allí nosotros adoptamos una actitud autocrítica y además estamos planteando algunas alternativas para solucionarla. Ahora bien, lo orgánico siempre refleja un problema político, mientras exista inorganicidad en el funcionamiento del Comité Directivo estarán dadas las condiciones para que cualquier representante de cualquiera de las fuerzas o partidos de IU pueda emitir sus criterios o los de su organización y pasarlos como si fueran los criterios de Izquierda Unida, una opinión compromete así al conjunto de las fuerzas de IU. La consolidación orgánica del Comité Directivo de IU permitirá superar este estado de cosas y las opiniones que se hagan desde el Comité Directivo de IU serán expresiones que respondan a la opinión del conjunto de las fuerzas.

—¿Pero eso en la práctica no podría significar un relativo enmudecimiento del Comité Directivo de IU? Hay varias posiciones que confluyen ahí.

—Es cierto que existen varias posiciones en las cuales muchas veces no hay coincidencias, pero si la existencia de Izquierda Unida es posible es porque hay aspectos donde hay unidad de criterios y puntos de obligación en el comportamiento orgánico y político de las fuerzas de IU; pero con un comité directivo consolidado, cuando un partido político exprese su opinión respecto a un problema equis de la situación política, será la opinión de ese partido y no la opinión de IU.

—¿En tu opinión, qué es lo que está trabando el accionar de IU como un frente político con organicidad, alternativas y capacidad de conducción del movimiento popular?

—Las diversas fuerzas políticas que formamos parte de IU hemos cometido algunos errores de apreciación política. Después del triunfo de las elecciones municipales, donde es evidente el repunte de la izquierda y el desprestigio del gobierno, se crean las condiciones para que IU tome la iniciativa política y se coloque a la cabeza del movimiento popular, las fuerzas de IU pierden el ritmo, se sobreestima el triunfo electoral y caemos en la pasividad. En segundo lugar, existe el problema de la falta de un programa; IU no tiene programa, lo que tiene es una declaración política flexible hecha con objetivos eminentemente electorales, incluso para permitir la incorporación de los sectores trotskistas. Si IU quiere avanzar tiene que dotarse de un programa, de un plan de acción con objetivos muy claros y concretos y de una forma organizativa que permita realizar esos planes y esos objetivos.

—¿Cuál es tu opinión frente a la carnetización de ¡os simpatizantes de IU?

—Nosotros no estamos de acuerdo, tajantemente. La idea que IU pueda devenir en el partido de la revolución, si existiese esa apreciación, nosotros estaríamos en desacuerdo. Para nosotros, IU es un frente que reúne en su seno al conjunto de las fuerzas populares que han dado un avance político a la izquierda; ahí se expresan los intereses del proletariado, del campesinado, de la pequeña burguesía. Las fuerzas políticas que conforman IU tienen diferencias importantes no sólo en el aspecto táctico sino en aspectos fundamentales como el programa. IU puede ser cualquier cosa menos el partido de la revolución. Nosotros creemos que se debe consolidar el carácter de frente de IU; quizá en un futuro devenga en el frente único revolucionario.

—¿Eso significa que Patria Roja tiene miedo a desaparecer?

—No, nosotros rechazamos la carnetización porque IU debe mantenerse como frente político. Nosotros creemos que es suficiente la existencia de comités departamentales, provinciales, distritales donde participen las fuerzas independientes que se orienten hacia la izquierda.

—Pero compañero, por favor, si Izquierda Unida ni siquiera tiene un local central.

—Bueno, eso es un problema que tenemos que resolverlo. Pero se da el caso que en el interior del país están surgiendo comités de IU con una organicidad mucho más avanzada que lo que sucede en el comité directivo nacional; es importante alentar la formación de estos comités pero existe el riesgo de que el debilitamiento de la cabeza pueda llevar a una suerte de diferentes líneas con tendencia a la fragmentación.

— Me han dicho que tú eres uno de los “cerebros” de Patria Roja. ¿Es cierto eso?

—No, las cosas no son así, pero sí soy uno de los dirigentes más antiguos del partido, se puede decir que uno de los fundadores y en ese sentido, la experiencia de trabajo y lucha dentro del partido me da una cierta autoridad dentro de la organización, como la tienen otros compañeros. En nuestro partido no existe sentido caudillista ni líderes predestinados; una de las condiciones que nos ha permitido desarrollarnos y ser lo que somos hoy es que la dirección y el trabajo colectivo han sido una de las piedras angulares de la dirección de nuestro partido.