Poemarios de Javier Heraud: Poemas dispersos
Javier Heraud
Poemas dispersos de Javier Heraud
Inclusión en Marxists Internet Archive: En 2003, gracias a Grupo de Trabajo y Propaganda "Amanecer Comunista Será" (Perú) .
Índice
Prologo
Nadie te molesta, hermano
Poema a una amigo
Los visitantes de la noche
Imagen nueva
Krishna o los deseos
Poema
Poema
Poema
Poema
Dos preguntas
Balada escénica sobre la revolución cubana
Plaza Roja 1961
En la plaza Roja
Palabra de guerrillero
Poema a Rafael Alberti
Poema en las calles de La Habana
Oda a Pablo Neruda
Refugienme como siempre en vuestros pechos
Poema en el avión
Poemas en las calles de Madrid
¿Dónde está Combray?
Canción del amigo
Prólogo
Ha llegado ya el
hombre de los mares
Señor, abre tu puerta
Señor, abre tu corazón
que ha llegado ya
el hombre de los mares..Gabier Eró
1960
Nadie te molesta, hermano
Nadie te molesta,
hermano.
Hoy duermes en tu cuna
Y en tu leche,
hoy duermes en tu sueño
y en tu noche.
¿Qué espantos, qué
miedos te cogerán
en madrugada y
te sacudirán en
viernes o en sábados
o en sábados convulsos?
No. Aquí estoy yo,
hermano,
velando tu tranquilidad
y tus noches,
mirando tus manos
enlazadas con
la luna,
mirando tu rostro
hundido en tus
sus otoñales.Invierno. Y aquí
está tu hermano,
tu colcha, tu
sábana, y
tu almohada,
y tu hermano
para evitar que
ángeles perversos
paseen por tus
ojos
para coger tus
sueños y arrullarlos
fieramente.
Hoy, durmiendo,
cuidando tu muerte
por momentos,
evitaré que nuevos
soles nazcan en tu
frente, evitaré
las tinieblas y las
ruinas,
las miserias y,
los males,
(que hoy se vislumbran
en mis ojos)
para hacer de ti,
hermano,
un nuevo hombre
nacido aquí en
la aurora.Junio. 1960.
Poema a un amigo
Jueves, día último de la
infancia
Jueves, viernes días dulces
y amargos para el oído
qué sombra que luces
qué soles
descansaban
en
tu
frente
qué soles te acercaban
al pasado,
jueves,
doce,
último, día de
los lunes
poesía,
martes de la
semana.
Luis, hermano,
hoy la humanidad
me sabe fuerte
hoy descanso
en mis ojos
y en mi voz.28 de junio 1960
Los visitantes de la noche
Me has dado de beber
en tus manos el agua
que sale de la fuente,
la fuente para aplacar,
mi sed de caminante,
mi sed que corría por
los campos cubiertos y
tejidos de sol,
la fuente para calmar
mi sed de vida y muerte.
mi sed de tus manos frescas,
la fuente clara,
la fuente que reía con Machado,
la fuente que me adentraba con sus besos
Esta fuente ha llenado de piedras
mi seco corazón,
la fuente y tus manos.
el agua que me ofreciste
a beber aquella tarde de
Pájaros entre el desierto,
la fuente y la piedra,
el amor destruye como la muerte,
el amor llena de agua fresca mi
rostro y mi aliento,
la fuente como un día en tus manos,
la fuente de la tarde y de la noche,
la fuente y mi sed,
tus manos y la fuente de la tarde.
Imagen nueva
Para Armando Zubizarreta
A veces me parezco un poco
a la imagen de la muerte
que mi madre descubría
entre sus cuentos.
Con mis ojos hundidos y
mis manos señalando
blancas calles
me suelen confundir
con la muerte devoradora,
y entonces,
para jugar,
penetro en algunas
casas,
aliviando a carpinteros y
artesanos del dolor,
cogiendo tierras
y hundiéndolas
en el mar.
Soy la muerte a ratos,
y a ratos conservo mi belleza
y mis vestimentas
y asusto perros, gatos,
y al final,
como siempre,
a la higuera estéril y solitaria
la quemo con el rayo de mis manosKrishna o Los deseos
A C. B., interminable amigo.
Keshava, ¿con qué objeto mataría
a los míos? No deseo la victoria,
los reinos ni los placeres.
Bhagavad-Gita. I, 31
I
No deseo la victoria.
La victoria es siempre pasajera,
no queda después sino la muerte,
el regocijo, el gozo falso de la vida:
una hierba caída sobre el hombro,
un refugio que aguarda su retorno,
un escondido llanto después de la
batalla y la victoria.
Un vaso palpitante,
un cuerpo en perpetuo movimiento,
un cenicero vacío eternamente
son más efímeros quo la victoria,
efímera y vana, cansada y agotante.
Difícil es remar a remo suelto,
difícil llenar el vaso lleno,
difícil cambiar el tiempo ajeno.
No deseo la victoria ni la muerte,
no deseo la derrota ni la vida,
sólo deseo el árbol y su sombra,
la vida con su muerte.
II
No deseo los reinos.
Un reino es siempre mensurable:
tantos metros y distancias,
tantos bueyes y caballos lo
separan de otros reinos pasajeros.
No deseo ningún reino:
mi único reino es mi corazón cantando,
es mi corazón hablando,
mi único reino es mi corazón llorando,
es mi corazón mojado:
mi reino es mi seco corazón (ya lo dije)
mi corazón es el único reino
indivisible,
el único reino que nunca nos traiciona,
mi reino y mi corazón,
(ya tengo el corazón)
no deseo los reinos si tengo mi
pecho y mi garganta,
no deseo los valles ni los reinos.
III
No deseo los placeres.
No existe el placer sino la duda,
no existe el placer sino la muerte,
no existe el placer sino la vida.
(El mar lavará mi espíritu en las arenas,
lo lava todos los días en el recuerdo,
lo ha lavado con palabras,
el mar no es un placer sino una vida).
El mar es el reino de la soledad y el naufragio.
IV
No deseo sino la vida,
no deseo sino la muerte.
V
Descansar en el valle
que baña el río todas las tardes,
en las arenas que cubre el. mar
todas las noches,
en el viento que sopla en los ojos,
en la vida que alienta ya sin fuego,
en la muerte que respira el aire lleno,
en mi corazón que vive y muere diariamente.Noviembre, 1960.
Poema
El valle de
Tarma es grande.
Pero más grande
es mi corazón
cuando lo miro,
pero más amplio
es mi pecho cuando
aspiro aire, y aire,
cielo y cóndor,
martes y jueves,
más grande que el
río es el hombre,
más grande que el
valle son los ojos
de tantos caminantes
de costado.
Poema
Un eucalipto, alto,
espigado, contiene
para siempre mi corazón.
Eucalipto,
alto germen de la
tierra, espiga y
piedra de ríos,
fruto eterno y sagrado
de los hombres.
Bosques, valles,
campos y quebradas,
quebradas que bajan
como un hombre,
quebradas que bajan
en los pechos,
sombras que descienden
como cuerpos
sombras que descienden
como sombras.
Poema
Lentamente caminé‚
por la ciudad
Y por sus calles.
Cálidas piedras sostenían
mis zapatos,
sostenían mi cuerpo
tiernas manos anochecidas
como estrellas.
Poema
Mil países que
yo no conozco
mil est:rellas y
túneles,
mil países y pueblos,
mil y un puentes
incontables,
desconocido país:
en tus puertas ya
me siento torturado,
en tu boca ya me
siento masticado,
en tus ríos ya
me siento ahora
y siempre y nunca
ahogado.
Dos preguntas
primera pregunta
"¿En qué lugar de Lima, la dorada,
vivían los que la coristruyeron?"
(Bertolt Brecht)
segunda pregunta
¿Por qué será que todavía existen
infelices que nos hablan de una Lima
señorial, antigua, colonial y bella?
¿Por que quedan todavía desgraciados
que anhelan sin cesar la ciudad de los Reyes,
las tapadas, los balcones, la alameda,
si de eso sólo queda un basural de hambre,
de miseria y de mentira?
Ciudad de los Reyes
de la explotación y el hambre,
tres veces coronada por la sumisión,
ciudad triste, hambrienta, mísera
por todos lados,
salvo pequeños rinconcitos
donde se canta "la flor de la canela"
"viva el Perú y sereno" y se bebe whisky
con hielo y cocacolas.
Balada escénica sobre
la revolución cubana
Personajes: un norteamericano y
un miliciano cubano.
Aparece un funcionario yankee
mascando chicle - Habla.Hablo entre las lunas llenas
de comunistas.
Han ocupado el Caribe
hemos perdido una isla.
Pero con nosotros no se atreven.
¿Recuerdan todavía que hicimos
hervir a 300 mil japoneses, já?Pero ay la libertad,
la democracia, la justicia,
la igualdad entre los hombres
han sido victimados por tanques rusos.Castro, ah sí, es un barbudo loco,
debe morir en la cámara de gas,
¿por qué no se afeita?Debemos poner a Cuba de rodillas,
y por eso yo también me arrodillo,
porque mi nuevo pesidente es católico,
cree en el dios único existente,
y tiene además una esposa bonita y hacendosa.
(aparte)
me perdonan ustedes por un instante,
pero me han venido ganas de orinar.
(aparece una puerta portátil
que lleva un letrero:
'For white men, only"
(A lo lejos se escuchan voces. Se van acercando.
Aparecen funcionarios, de diferentes países Latinoamericanos
y periodistas a sueldo vestidos de saltimbanquis. Se ponen en
fila y repiten a coro lo dicho por el yankee).
Salen.Aparece un miliciano con su uniforme verde olivo y un fusil.-
Habla:Porque mi patria es hermosa
corno una espada en el aire,
y más grande ahora y aun
más hermosa todavía,
yo hablo y la defiendo
con mi vida.
No me importa lo que digan
los traidores,
hemos cerrado el pasado
con gruesas lágrimas de acero.
El cielo es nuestro,
nuestro el pan de cada día,
hemos sembrado y cosechado
el trigo y la tierra,
y el trigo y la tierra
son nuestros,
y para siempre nos pertenecen
el mar
las montañas y los pájaros.(Sale)
(1961)
Plaza Roja 1961
Plaza Roja 1961.
verano de Otoños incendiados.
Palomas que circundan el aire
a cada Paso nuestro.
Hombres que se detienen.
Aire libre y puro y sano.(San Basilio canta su hermosa
balada de colores).
Lenin, dormido,
vigila la marcha de su pueblo.
(Allí está. Pueden verlo.
No es engaño).Adoquines y pasos.
Gente que se reúne:
Gagarín que regresa de su vuelo
con una flor que arrancó a las estrellas.
(Titov besa a las mujeres y a los niños).Plaza Roja 1961
El Kremlin reposa con su muralla
exprimida del fondo de los siglos.
Gorki en la pared
canta a los niños su historia
(En los jardines del Kremlin
los niños juegan con helados
de frutas y con globos)Los enamorados se besan
bajo árboles frondosos.
La campana rota calla su sonido.
(Del cañón salen palomas
que juegan a los trinos).Plaza Roja 1961.
Aquí yo he estado en el centro del incendio,
en plena Plaza Roja y varias veces,
tragándome mis penas
y forzando mi pequeñísima alegría.
He dicho Paz en rojo, en calles,
en plazas y jardines.Y digo paz en Moscú, en Tashkent,
o en el corazón herido de mi pueblo.
En la Plaza Roja
A estas horas, en estos días,
estuve en Moscú,
y desde mi piso 23 del hotel Ucraína
vi al río Moscu de noche
y a una ciudad de noche
que vive y duerme en la paz
de sus auroras.
A estas horas, Arturo y Mario
pasearán Moscú.
Pero es diferente.
Ellos hablarán con Marcos Ana,
hablarán de España,
verán en los ojos más abiertos
de su pueblo
el renacer y la esperanza
(Pero es diferente
estamos en 1962
Nicolaiev y Popóvich
suman más de 100 vueltas,
Ellos caminarán por la Plaza Roja,
hablarán de mí entre adoquines.
Yo también quisiera hablar
con Marcos Ana,
contarle de mi pueblo y de su lucha.
Pero ahora
(no es demagógico decirlo)
hay otras luchas que hacer,
y Arturo y Mario hablarán por mí
con las palomas.
Palabra de guerrillero
Porque mi patria es hermosa
corno una espada en el aire,
y más grande ahora y aun
más hermosa todavía,
yo hablo y la defiendo
con mi vida.
No me importa lo que digan
los traidores,
hemos cerrado el pasado
con gruesas lágrimas de acero.
El cielo es nuestro,
nuestro el pan de cada día,
hemos sembrado y cosechado
el trigo y la tierra,
y el trigo y la tierra
son nuestros,
y para siempre nos pertenecen
el mar
las montañas y los pájaros.
Poema a Rafael Alberti
(Compuesto en su presencia, el 5 de mayo de 1960, en el Instituto José Carlos Mariátegui).
Rafael,
Alberti,
déjame llamar a tu voz
desde mi voz,
a tu canto desde mi canto
naufragado,
déjame aprender en tus ojos
la palabra ardiente,
la poesía viva y despejada.
Rafael,
Marinero en tierra y cielo,
marinero y ángel
marinero y tierra,
tierra y cielo,
Alberti y rafael.
Alberti,
a tu cielo, a tu voz,
a tu rostro
emocionado,
ahora, he de cantar
en la voz de las palomas.
Hueso en el árbol, pedro,
federico, rafael,
venidos de tan lejos y
tan cerca.
Alberti,
que tus aguas vengan puras
a tu cielo, que tu
lluvia caiga suave
hoy en mi
pecho,
que tu cielo llueva fértil
en España,
que tu voz riegue en América,
y en la tierra dé sus
frutos, de flor en los océanos,
siembre árboles en los
hombres. Llene de flores
este mundo.
Nada podrá la muerte
contra tí.
Rafael,
la muerte ya no existe
en tus praderas,
ya no reina en tus campos
azules,
el olvido ya no te olvidará
en sus aguas tormentosas.
Alberti,
rafael,
en la palabra, en el rostro
de tu poesía,
pusiste tu voz y tu garganta,
dejaste tu alma y tu sangre
abierta,
Rafael en tu voz
te quedaste tú.
Eternamente.
Poema en las calles de La Habana
"Partir por mi patria sometida
y por ti, mi bien"
Vals "Melgar".
Un día me alejé de casa
Dejé a mi madre en la puerta
con su adiós mordiéndome los ojos.
(Mi hermano, el pequeño,
no comprendía nada y creía
que volvería pronto).
Yo sabía que ese viaje era
para mucho
y por eso abracé bastante
a mi padre y saludé
futuros matrimonios de mis hermanas.
El carro ya partía,
me fui, me marché, me largué
rápido de casa,
cumpliendo amenazas pasadas
que yo profería.
No quise despedirme de Amaranta
porque "el tiempo del amor no vuelve más".
Yo lo sabía,
y así entre amargura y desconsuelo,
me marché una tarde,
abandoné todo,
mi patria, mi país, mi casa,
"el mundo que a escondidas miro".
Y así llegué a La Habana,
recordando episodios transcurridos
entre cantos y risas.
[Este poema fue escrito por Javier en La Habana en 1962. Él habla de su partida de Lima en marzo del mismo año.]
Oda a Pablo Neruda
I
Viniste a mí como un
rápido corcel. Me traías
uñas duras y doradas,
uvas secas e
invisibles.
Eras enredadera en
tu pelo, te mezclaste
árbol, te volviste
oro, alma te tornaste
en mi alma.
II
Ahora eres la rosa
de hoy en el anuncio.
Luego fuiste la voz
seca del roble
endurecido.
De nuevo eres la
luz y la luz
esclarecida.
III
Tú eras canto en el
mundo ofrendado. Tú
eras pan y piedra
agujereado. Eras
fresco, innumerable,
escribiendo en el
corazón, en el
pájaro, en el
agua rugosa.
IV
A ti, enjambre
nunca entendido, a
ti padre Vegetal,
a ti semilla
germinada,
yo canto,
yo árbol,
yo cielo.
V
En ti la muerte es
piedra recostada
en la vertiente,
canto puro, tornasolado
llanto, hoja mojada
en el río perpetuado.
La voz del viento era
dulce en tus oídos.
El mar en olas te
traía a diario geranios
en su boca,
las moras florecían
en árboles cuando
tú las nombrabas.
VI
Empero la vida,
la luz y las corrientes,
no te hacían feliz.
Luchabas en tu
patria, o patria,
volvías hacia ella la
sangre, acercabas
tu mejilla a su
alma, a su nombre
de nieve.
Querías dormir en su
substancia, querías
mudar de sombra.
Escoge las flores duras
del nitrato.
Hila el estambre
glacial de la campana,
teje tu ramo
a la belleza.
VII
Eran los ríos, ríos
arteriales, humedad,
espesura y trueno.
El viento no te
olvidará, ni el
silencio cubrirá
tu rostro.
América, amor
américa te llenó
de frutos, te dará
la cosecha, el trigo,
la espada y empuñadura.
Tu nombre está
escrito en las secas
arterias de tu América.
VIII
Si solamente escondieras
tu armadura,
si solamente callaras
tu boca ante el
sonido de la flecha,
no habría ni Pablo,
ni canto, ni verso,
ni esperanza.
IX
Como un fantasma
desencadenado, como
una huella en la
orilla, como
presencia pura extendida
al mar,
serás toda la
vida,
costa,
lluvia,
relámpago
esperanza.
X
Te cansabas de
ser hombre en las
camisas,
la sangre chorreaba
por sus puños
y llorabas.
Reías al son
de la guitarra.
No, no duermes
todavía.
No, no sueñes
victoria,
esconde tus puñales,
muerte,
nada podrás contra
la roca
despejada.
Pura poesía,
aladak
húmeda.
XI
Durmiendo en
cenizas apagadas
eras ciudad en
los crros de la
noche de hojas,
no detuviste el
mar en tu agonía,
dormías bajo el
bosque de las
hojas verdes,
a la estrella de
la eternidad.
XII
A veces pregunto,
¿cómo te llamas?
¿fundaste tu
piedra en la
lágrima, o en
la madera,
o en la abeja,
o en la piedra
misma?
¿Fundaste tus
libros en tu
alma, en tu
corazón, o sentiste
estremecerte ante
el influjo del
llanto?
XIII
Tú, americano de
las torres altar,
tú, americano
de la muerte
oscura, tú
americano,
de la puerta
eterna.
XIV
En el canto
que edificaste
a los pétalos,
en el canto
edificado a las
puertas de Varsovia,
el fuego, el
árbol,viven en
tu alma de
nogales.
Devuélvete la
torre, abre tu
corazón ya tan
abierto,
y renuévate
al nido de tu
luz sagrada.
XV
Era en ti España
dulce consuelo.
¿ A quién pudiste llamar
sino
a su boca?
¿ a quién imploraste
sino a su sangre
clara?
¿ a quién le
pediste sino
a sus labios?
XVI
Eras arena de
España en los
osarios,
eras rosa desatada,
eras tú
solo,
pueblo espantado
en la [*]
alborotada.
[* Palabra no descrifada en el manuscrito original.]
XVII
Serás feliz con
el canto de las
aguas.
Serás feliz con
el pecho endurecido
con las rodillas y la
arena.
El mundo es hoy
tu alma,
es hoy tu boca,
en el aire, en
la tierra,
en la piel
de tu frescura.
XVIII
Caminaste cerca
de cincuenta años
con ella,
poesía.
La derramaste poco
a poco en tu
agua inagotable,
en tu
corazón
quemado,
reviviendo
desde las
cenizas.
XIX
El tiempo poco
a poco te
convertirá en
tierra y
dejará correr
eternamente
las aguas
de tu
río, en
poesía
sin muerte
retomada,
en nuevos
albores del
ocaso entristecido.
XX
El tiempo es tu
amigo inseparable,
no te separará
del alma de
las primaveras,
ni de la
tierra semejante.
Sobre tu tiempo,
los hilos de las
briznas, dejarán
la huella nunca
borrada: una
madreselva frangante
y viviente como
el fuego.
El tiempo borrará
la identidad
que te separa,
y el mismo
que elevó dos
llamas como
espigas,
te dará la
victoria, eterna
y serás un solo
ser final bajo
la tierra.
REFUGIENME COMO SIEMPRE EN VUESTROS PECHOS
ES IMPOSIBLE
(A mis amigos)
Sólo quiero conocerme
a fondo como siempre,
sólo quiero
descansar en tierra muerta y en olvido.
Yo podría vivir solo
en el mar,
o en los montes,
pero siempre
necesitaría
de unos cuantos,
de un puñado,
de un racimo
de amigos
para pasar las
noches al lado
del café y del
silencio.
Refúgienme
como siempre
en vuestros
pechos,
corazones
alertas.
No sé si
podré
escribir
más
pues
ya
no
puedo
arreglar
este poema
librarme de esta
mesa, librarme
de
esta sidra.
POEMA EN EL AVION*
Si acaso me preguntan
dónde estuve
y si insistentes, quieren
averiguar los sitios que he pisado,
les diré.
"Tres meses son tres años,
tres años son tres días,
tres días son tres horas,
y en verdad, en verdad hablando
sólo salía dar una vuelta
por el parque,
entré al cinema
me tropecé con otras gentes en otras
partes.
Y ya estoy aquí,
nada le ha pasado a nadie,
yo sigo como siempre
admirando los ríos del otoño,
yo sigo como siempre
esperando al verano para maldecirlo,
y conversando con mis viejos
objetos adorados:
y no pregunten más,
que de mí no habrá ya más respuestas".
Bien, yo deberé decirles
a mis amigos "lo he hecho.
Estuve en Moscú.
Aquella vez que volví a casa
me sentí muy derrotado."
[*Poema escrito a su regreso de su viaje a Moscú y Europa]
Poemas en las calles de Madrid
¡Qué difícil,
volcar mi corazón ahora,
en plena España,
en el corazón
sangrante de Madrid,
cuando las palomas
de la paz y del otoño
vuelan hacia los altos
edificios del futuro
y aquí la primavera
muere sin nacer,
váse sin venir!
¡Qué difícil decir:
vengo de Moscú,
del Asia,
he visto surgir a Samarkanda
con sus altas ermitas
que los años construyeron,
qué difícil
repito, repetirle
a los océanos sus
símbolos marchitos,
y decir luego:
He estado en España
y allí mi corazón sangró
inmediatamente
como si trabara contacto
con el viento que
corta las rosas en invierno!
Pero es cierto.
Esta es Madrid,
este es mí corazón
sangrando,
este es nuestro camino,
y seguiré gritando la
verdad de los
bosques apagados,
la verdad de las rosas
caídas,
la verdad de España
y sus historias.
Escrito en Madrid. Octubre, 1961.
L: ¿DÓNDE ESTÁ COMBRAY?*
J: En el jardín de Swann, en otoño.
Son hojas que recogí del jardín de Swann
un ocho de octubre en Combray o Illiers,
da lo mismo.
Habíamos tomado el tren hacia Chartres
Lucho, Rachel, yo y Amaranta.
Allí hacía mucho frío,
pero nos consoló una lluvia
que nos obligó a tomar unos coñacs.
Claro, y también estaba la catedral
mostrándonos claras estampas,
sucios laberintos y blancos campesinos
(no pagamos nada por ellas y aún las conservo.)
No había tren para Illiers
pero estaba el autobús esperándonos.
Y mucho frío también en Combray,
pero había un hotel de la imagen
con cuartos perfectos y edredones de plumas.
Y la paloma aquella que comimos,
y el vino tinto de la aldea,
y el queso natural que allí fabrican,
y el claro pan y el postre de manzana.
Sí, son hojas que recogí del jardín de Swann,
sobre una colina, sobre un puente pequeño
y un arroyo navegable,
pero Lucho se mareaba en la barca y no subimos.
No sé si el pueblo era hermoso,
pero allí estaban la casa de Marcel,
y la magdalena de la tía Leonie,
y la foto de Francisca la dulce,
y el acostumbrado libro de Ruskin,
y Enrique el olvidadizo de Prusia.
¿Qué más había?
Tal vez un retrato de Proust,
tal vez una ventana con vidrios de colores,
tal vez una azucena, un huerto,
un rosal, algunas rosas y estas hojas.(1961)
[*Antes de dejar París, Javier tuvo una gran satisfacción. El había realizado un paseo de dos días a un pueblito al sur: Illiers, donde vivió uno de los escritores que más admiraba: Marcel Proust. Durante ese viaje corto, Javier escribió este poema.]
CANCION DEL AMIGO
A Degenhart Briegleb,
dégale para algunos
1
Caminamos
mucho tiempo
juntos,
juntos llegábamos
al colegio,
juntos dejábamos
la bicicleta,
peleábamos juntos,
hablábamos,
jugábamos,
reíamos
juntos
como siempre
y como ahora.
2
Es imposible
situarte
exactamente.
No
recuerdo el
preciso momento
en que nos
vimos,
seguramente
fue en las
aguas mutuas de
la infancia.
(Un banco, una
pequeña carpeta,
no sé).
Pero mucho tiempo
hemos andado juntos:
años que parecen
otoños fríos,
días como rayos,
fuegos como
imágenes.
3
Pero ya no me
acuerdo de ti.
Es claro
todos pueden
decirme,
que si lo
conocí tanto
tiempo, no
puede
haberse alejado
de mi lado,
aunque esté
ausente como
ahora.
Pero para mí no es así.
He visto rostros
levemente y
los recuerdo aún.
Pero dégale
pocas veces
aparece en mis
recuerdos:
hoy camino solo,
claro,
tengo
amigos
pero ninguno
como él.
4
Compartimos muchas
cosas en el colegio:
a la vez empezamos
a escribir algunos
versos que luego
se hicieron poemas con
el tiempo.
El debe seguir
escribiendo como yo:
yo en mi suelo,
y él desterrado
voluntariamente
(bebiendo
fríos,
escupiendo nieve,
adelantando
el aliento por
el tiempo.)
5
Si tú supieras
qué difícil
es vivir entre
cadáveres,
qué difícil
caminar con
los ojos cerrados,
poque ya no se puede mirar.
Y aquí ( tenías
razón, toda la
vida seré un
niño)
olvido tus
pesares:
yo vivo entre
cadáveres
pero vivo entre
los míos
( lo cual es
siempre un
consuelo)
y tú sin embargo
recoges y bebes
el polvo de la
distancia.
6
Cuando tú te
fuíste leíamos
a Machado,
a Vallejo,
con fervor
descubrimos a
Darío,
Höelderlin
nos lo dio
a leer Carlos
Espinoza,
Juan Ramón
nos alegraba
y sonreía.
Hoy Juan
Ramón yace
olvidado,
Darío es siempre
un poeta lo sé,
pero ya no
me
toca.
Conservo,
(seguramente
también tú)
vivo a Vallejo
y a Machado,
pero hay
otros que
surcan mi
cabeza,
otros que
bajan en las
noches a
tocar la ventana
de mi cuarto.
7
Poco te recuerdo:
Sin embargo ahora,
quiero elevar un
canto enorme de
palomas y
cantar a tu
regreso,
que
presiento
durará un
tiempo.
Dos años
ya es mucho,
mucho tarda tu
retorno.