Poemario de Javier Heraud: El Río (1960)

Javier Heraud

 

El Río


Escrito: Por Javier Heraud, en 1960, a la edad de 18 años.
Publicado por vez primera: 1960, Cuadernos del Hontanar : Lima - Perú.
Inclusión en Marxists Internet Archive: En 2003, gracias a Grupo de Trabajo y Propaganda "Amanecer Comunista Será" (Perú) .


 

El Río | Una piedra | Solo | Mi casa | Unas cosas


 

 

"la vida baja como un ancho río"
     Antonio Machado
 

 


 

            

El Río

                

1

 

Yo soy un río,
voy bajando por
las piedras anchas,
voy bajando por
las rocas duras,
por el sendero
dibujado por el
viento.
Hay árboles a mi
alrededor sombreados
por la lluvia.
Yo soy un río,
bajo cada vez más
furiosamente,
más violentamente
bajo
cada vez que un
puente me refleja
en sus arcos.

2

Yo soy un río
un río
un río
cristalino en la
mañana.
A veces soy
tierno y
bondadoso. Me
deslizo suavemente
por los valles fértiles,
doy de beber miles de veces
al ganado, a la gente dócil.
Los niños se me acercan de
  día,
y
de noche trémulos amantes
apoyan sus ojos en los míos,
y hunden sus brazos
en la oscura claridad
de mis aguas fantasmales.

3

Yo soy el río.
Pero a veces soy
bravo
y
fuerte
pero a veces
no respeto ni a
la vida ni a la
muerte.
Bajo por las
atropelladas cascadas,
bajo con furia y con
rencor,
golpeo contra las
piedras más y más,
las hago una
a una pedazos
interminables.
Los animales
huyen,
huyen huyendo
cuando me desbordo
por los campos,
cuando siembro de
piedras pequeñas las
laderas,
cuando
inundo
las casas y los pastos,
cuando
inundo
las puertas y sus
corazones,
los cuerpos y
sus
corazones.

4

Y es aquí cuando
más me precipito
Cuando puedo llegar
a
los corazones,
cuando puedo
cogerlos por la
sangre,
cuando puedo
mirarlos desde
adentro.
Y mi furia se
torna apacible,
y me vuelvo
árbol,
y me estanco
como un  árbol,
y me silencio
como una piedra,
y callo como una
rosa sin espinas.

5

Yo soy un río.
Yo soy el río
eterno de la
dicha. Ya siento
las brisas cercanas,
ya siento el viento
en mis mejillas,
y mi viaje a través
de montes, ríos,
lagos y praderas
se torna inacabable.

6

Yo soy el río que viaja en las riberas,
    árbol o piedra seca
Yo soy el río que viaja en las orillas,
   puerta o corazón abierto
Yo soy el río que viaja por los pastos,
   flor o rosa cortada
Yo soy el río que viaja por las calles,
   tierra o cielo mojado
Yo soy el río que viaja por los montes,
   roca o sal quemada
Yo soy el río que viaja por las casas,
   mesa o silla colgada
Yo soy el río que viaja dentro de los hombres,
    árbol  fruta
    rosa   piedra
    mesa corazón
    corazón y puerta
    retornados,

7

Yo soy el río que canta
al mediodía y a los
hombres,
que canta ante sus
tumbas,
el que vuelve su rostro
ante los cauces sagrados.

8

Yo soy el río anochecido.
Ya bajo por las hondas
quebradas,
por los ignotos pueblos
olvidados,
por las ciudades
atestadas de público
en las vitrinas.
Yo soy el río
ya voy por las praderas,
hay árboles a mi alrededor
cubiertos de palomas,
los árboles cantan con
el río,
los árboles cantan
con mi corazón de pájaro,
los ríos cantan con mis
brazos.

9

Llegará la hora
en que tendré que
desembocar en los
océanos,
que mezclar mis
aguas limpias con sus
aguas turbias,
que tendré que
silenciar mi canto
luminoso,
que tendré que acallar
mis gritos furiosos al
alba de todos los días,
que clarear mis ojos
con el mar.
El día llegará,
y en los mares inmensos
no veré más mis campos
fértiles,
no veré mis árboles
verdes,
mi viento cercano,
mi cielo claro,
mi lago oscuro,
mi sol,
mis nubes,
ni veré nada,
nada,
únicamente el
cielo azul,
inmenso,
y
todo se disolverá en
una llanura de agua,
en donde un canto o un poema más
sólo serán ríos pequeños que bajan,
ríos caudalosos que bajan a juntarse
en mis nuevas aguas luminosas,
en mis nuevas
aguas
apagadas.

 

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Una  Piedra

 Piedra fría,
 solenme piedra
 ¡si pudieras hablar
 en mi costado,
 si pudieras cantar en
 tu vertiente!
 Si desembocaras en un
 ancho río,
 Y trajeras la paz al
 mundo entero,
 al cantarte en tus
 aguas destiladas,
 alma serías en mi
 frente oscura,
 brazo serías
 de mi antigua
 cabellera.

 

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Solo

 En las montañas o el mar
 sentirme solo, aire, viento,
 árbol, cosecha estéril.
 Sonrisa, rostro, cielo y
 silencio, en el Sur, o en
 el Este, o en el nacimiento
 de un nuevo río.
 Lluvia, viento, frío
 y azota.
 Costa, relámpago, esperanza,
 en las montañas o en el
 mar.
 Solo, solo,
 sólo tu sola risa,
 sólo mi solo espíritu,
 solo
 mi soledad
 y
 su
 silencio.

 

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 Mi Casa

   

1

Mi cuarto es una
manzana,
con sus
libros,
con su
cáscara,
con su cama
tierna para
la noche dura.
Mi cuarto es el
de todos
es decir,
con su
lamparín que
me permite reir
al lado de Vallejo,
que me permite ver
la luz eterna de
Neruda.
Mi cuarto, en
fin,
es una
manzana,
con sus libros,
sus papeles,
conmigo,
con su
coraazón.

           

2

Por mi ventana nace
el sol casi todas
las mañanas.
Y en mi cara,
en mis manos,
en el dulce
clamor de la luz pura,
abro mis ojos entre la
noche muerta,
entre la tierna
esperanza de
quedar vivo un
día más,
un nuevo día,
para
abrir los
ojos ante la
luz eterna.

 
   

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Unas Cosas

Mariposas, árboles
calles angostas y
venideras, ¡cómo decirles
que a la hora del crespúsculo
sus ramas vivideras volverán
a crujir en la tormenta!
Si en la noche
remontaran el más ancho río,
¡cómo negarles su candor
sangriento,
su pecho claro
esclarecido!
Mariposas, árboles en la
tormenta, en el río claro
merced vuestras alas al
ruidoso viento
que entre los dos saldrá
la madrugada.