Schafik Jorge Handal

 

La proletarización orgánica e ideológica del Partido

 


Fecha: 1964, en los meses posteriores a marzo, cuando se realizó el V Congreso del Partido Comunista de El Salvador mencionado en el texto.
Fuente: Sánchez [Schafik Handal], La proletarización orgánica e ideológica del Partido.  [El Salvador]: PCS, Publicaciones de la Comision Nacional de Educacion, 1964. Texto ubicado y digitalizado por el Centro de Estudios Marxistas "Sarbelio Navarrete" (CEM); puesto en internet por el Servicio Informativo Ecuménico y Popular (SIEP), septiembre de 2007.
Esta edición: Marxists Internet Archive, noviembre de 2010.  Al citar o reproducir el documento, aparte de marxists.org, favor de mencionar al CEM y al SIEP como las fuentes originales de la versión digital.


 

 

LA PROLETARIZACION ORGANICA E IDEOLOGICA DEL PARTIDO

Publicaciones de la Comisión Nacional de Educación

Por SANCHEZ

 

 

PENETRAR EN EL PROLETARIADO

Por discusiones habidas en diversas asambleas del P. y a través del estudio que en las células se hizo del Proyecto de Estatutos previo al V Congreso, se ha hecho evidente que entre los puntos ideológicamente no bien comprendidos por todos los militantes está el del contenido de clase de nuestro P. Hay compañeros que evidentemente tienen confusiones en este punto básico. Se oyen de vez en cuando opiniones que de alguna manera intentan establecer diferencias artificiales entre obreros e intelectuales en el interior del P. Hay quienes, por el contrario, no le dan suficiente importancia al factor de contenido proletario -teórico y práctico- de nuestro P. Ambas posiciones perjudican: la primera cae en el sectarismo, creando y agudizando luchas internas artificiales; la otra, conduce a no realizar los esfuerzos necesarios para llevar a cabo la proletarización –ideológica práctica- de nuestro P., con toda la secuela de consecuencias de tal situación. La inclinación hacia la primera desviación ha sido fuerte en determinadas situaciones de la vida del P. Por suerte ya bastante lejanas; pero es evidente que aún quedan remanentes adormecidos, quede vez en cuando se manifiestan con alguna virulencia. La inclinación hacia la segunda manifestación tiene entre otras manifestaciones, la muy dañina de hacernos perder de vista la necesidad de realizar una labor de concentración constante y campaña para elevar la composición proletaria del P. y para penetrar decisivamente en las concentraciones básicas de la clase obrera en el país.

Nos esforzaremos por enfocar distintos aspectos de esta cuestión.

 

I

EL P. C., PARTIDO MARXISTA LENINISTA

¿Por qué se dice que el Partido Comunista es el Partido de la clase obrera? El marxismo descubrió la verdad de que no puede haber un partido político sin contenido de clase. Todo partido encarna los intereses de su clase. Las clases sociales expresan sus intereses de clase en el terreno político a través de sus propios partidos políticos. La burguesía tuvo sus propios partidos políticos, antes de que la clase obrera adquiriera conciencia política independiente.

Durante muchos años, la clase obrera fue dirigida en lo político por la burguesía. En las grandes batallas revolucionarias contra el feudalismo y durante la consolidación del régimen capitalista, la clase obrera, aunque en lo económico luchó desde su surgimiento por sus intereses, en lo político iba tras la burguesía, sin tener aún una clara conciencia política clasista.

Al desarrollarse y concentrarse, la clase obrera adquirió conciencia de clase no solo en lo económico sino también en lo político. El marxismo, teoría científica del proletariado, le dio a este el arma teórica completa en su lucha de clases. La clase obrera pudo crear entonces su propio partido político independiente. Este encarna los intereses inmediatos y mediatos de la clase obrera que es la sepulturera de la burguesía.

Gran merito de Marx y Engels es haber descubierto, dentro de las distintas clases de la sociedad capitalista, aquella clase que es el motor decisivo de los grandes cambios revolucionarios: la liquidación del capitalismo, la edificación de la sociedad sin clases, hasta a desaparición definitiva de las mismas y del Estado; hasta la sociedad comunista en su etapa más elevada. Haber descubierto que es la clase obrera la que juega ese papel, y no otra clase de la sociedad capitalista, es un gran mérito histórico de los fundadores del marxismo. Y tal descubrimiento pudieron realizarlo, a través del más riguroso análisis científico sobre el carácter de las clases, de su posición en la sociedad y las perspectivas históricas de su desarrollo.

De acuerdo al “manifiesto Comunista”:

“...de todas las clases que hoy se enfrentan a la burguesía solo el proletariado es una clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases van degenerando y desaparecen con le desarrollo de la gran industria. El proletariado, en cambio, es su producto más peculiar.”

Y precisamente, por ser la clase obrera la más avanzada de la sociedad, la que tiene las metas más lejanas de todas las otras clases., abarca, al mismo tiempo que los propios, los intereses de las otras clases progresistas que forman en conjunto las inmensas mayorías: EL PUEBLO.

 

II

LA ELABORACION DE LA TEORIA CIENTIFICA DEL PROLETARIADO.

En este proceso de formación de la conciencia revolucionaria de la clase obrera, la teoría científica del proletariado no brota espontáneamente, como sería lógico suponer, de las entrañas del movimiento de lucha económica de obreros contra los patronos. Es decir, de una de las expresiones de la lucha de clases: que es la expresión económica. Sino que tiene su elaboración en la sintetización científica de todo lo más excelso que el pensamiento y la experiencia humana habían logrado crear hasta la fecha. Tuvo su origen en el trabajo creador de la intelectualidad revolucionaria, de científicos revolucionarios tales como Marx y Engels, que apoyados en el conocimiento de las leyes de la naturaleza y la sociedad, y de una profunda labor de investigación y síntesis lograron elaborar armoniosamente la ciencia del marxismo, teoría científica del proletariado.

Para los obreros, por si mismos, era materialmente imposible realizar esa titánica labor científica, dado el hecho de que as condiciones creadas por la burguesía no permiten al proletariado alcanzar alta instrucción intelectual: esa era labor de científicos, cumplida con honor por los grandes genios creadores y desarrolladores de la ciencia revolucionaria del proletariado: Marx y Engels, y posteriormente por Lenin y otros dirigentes del proletariado.

Es interesante y útil comprender que la lucha por las reivindicaciones económicas por si misma no conduce a crear la conciencia revolucionaria de la clase obrera, sino que solo conduce a la idea sindical reformista (trade-unionista) y a la política de reformas –como meta-, dentro de los marcos de la sociedad existente (política tradeunionista). Para nosotros es muy comprensible este hecho, pues solo tenemos que observar el tipo de “lucha económica” que sigue el movimiento sindical gubernativo en nuestro país, y el tipo de “política obrera” que preconizan los líderes sindicales oportunistas.

Con claridad asombrosa consigna este hecho Lenin en su libro “Qué hacer?”cuando dice:

“Hemos dicho que los obreros no podían tener conciencia social-demócrata. Esta solo podía ser introducida desde afuera. La historia de todos los países atestigua que la clase obrera, exclusivamente con sus propias fuerzas, solo esta en condiciones de elaborar una conciencia tradeunionista, es decir, la conciencia de que es necesario agruparse en sindicatos, luchar contra los patronos, reclamar del gobierno la promulgación de tales o cuales leyes necesarias para los obreros, etc. En cambio, la doctrina del socialismo ha surgido de categorías filosóficas, históricas y económicas que han sido elaboradas por representantes instruidos de las clases poseedoras, por los intelectuales. Por su condición social, también los fundadores del socialismo científico contemporáneo, Marx y Engels, pertenecían a la intelectualidad burguesa...” (p. 206 de I Tomo de “Obras Escogidas.”

Lenin, en la obra mencionada, cita juicios de Kautsky, que profundiza en esta misma idea:

“El socialismo como doctrina, tiene sus raíces en las relaciones económicas y sociales, exactamente igual que la lucha de clases del proletariado y, lo mismo que esta, se deriva aquella de la lucha contra la miseria y la pobreza de las masas, miseria y pobreza que el capitalismo engendra; pero el socialismo y la lucha de clase surgen paralelamente y no se derivan el uno de la otra; surgen de premisas diferentes. La conciencia socialista moderna puede surgir únicamente sobre la base de un profundo conocimiento científico. En efecto la ciencia económica contemporánea constituye una premisa de la producción socialista, lo mismo que, pongamos por caso, la técnica moderna, y el proletariado, por mucho que lo desee, no puede crear ni la una ni la otra, ambas surgen del proceso social contemporáneo. Pero no es el proletariado el portador de la ciencia, es la intelectualidad burguesa (subrayado por C.K.); es el cerebro de algunos miembros aislados de esta capa de donde ha surgido el socialismo moderno, y han sido ellos los que lo han trasmitido a los proletarios destacados por su desarrollo intelectual, los cuales lo introducen luego en la lucha de clase del proletariado, allí donde las condiciones lo permiten. De modo que la ciencia socialista es algo introducido en la lucha de clase del proletariado y no algo que ha surgido espontáneamente de ella.”

 

III

El P. C. es la unión del movimiento obrero con la teoría científica del proletariado.

El movimiento obrero y la teoría revolucionaria del proletariado vinieron a tener su punto de unión en el Partido Revolucionario de la clase obrera. Este encarna en sí mismo ambas partes esenciales: LA TEORIA REVOLUCIONARIA (la ciencia revolucionaria del Proletariado) y el MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO DE LAS MASAS OBRERAS.

El P. C. tiene así dos bases esenciales e inseparables que conforman su propio ser: LA BASE IDEOLOGICA, que esta formada por la ideología científica del proletariado –el marxismo leninismo- y su BASE DE CLASE: LA CLASE OBRERA.

Sin fundirse la teoría del marxismo con su clase, con el proletariado, es letra muerta; despojada de la fuerza histórica que la concretara en práctica transformadora de la sociedad. Asimismo, una clase obrera sin su ciencia, si su luz que es el marxismo, será un clase sin conciencia de clase, sin su instrumento científico transformador. Dentro del P., ambos elementos esenciales quedaron conjugados: la teoría se fundió con su clase, y esta quedo en capacidad de emprender las grandes tareas revolucionarias que le son propias.

Es claro, que no toda clase en su conjunto esta en capacidad de elevarse a la conciencia revolucionaria y, por ello, no toda la clase entra a su partido, el representante de sus intereses vitales; sino que es la parte más consciente de esta clase, su parte más avanzada y activa, su vanguardia, la que entra a organizarse dentro del P., de la clase obrera que, armado con una teoría científica revolucionaria y compuesto por revolucionarios proletarios, es capaz de dirigir a su clase y a su pueblo hasta las metas revolucionarias.

Es claro, también, que no solo elementos proletarios entran a formar parte del partido de la clase obrera, sino también elementos de otras clases –del campesinado, de los distintos sectores de la pequeña burguesía, elementos de la intelectualidad burguesa y pequeño-burguesa-que por su elevada conciencia revolucionaria están dispuestos a transformarse en REVOLUCIONARIOS PROLETARIOS y, en consecuencia, acepten la ideología marxista-leninista , el Programa, los estatutos, la disciplina proletaria, y el trabajo revolucionario activo dentro de una de las organizaciones de base del partido revolucionario del proletariado. Es decir, que al ingresar al Partido de la clase obrera, los elementos revolucionarios procedentes de otras clases, lo hacen conscientes de que entran a un partido proletario y no a un partido de la pequeña burguesía o de otras clases, y que han de conformar su actividad revolucionaria y SU VIDA, a las normas ideológicas, organizativas y prácticas del organismo revolucionario de la clase obrera. Que, en consecuencia, han de hacer los esfuerzos por despojarse de los rasgos negativos característicos de las clases de donde proceden, y por encarnar en sí las cualidades positivas que son propias del revolucionario proletario.

Desde el punto de vista orgánico, dentro del Partido del proletariado no hay diferencia entre obreros y no obreros. Independientemente de su extracción social, dentro del partido del Proletariado solo hay una calidad: la calidad de MIEMBRO DEL PARTIDO, que involucra, igualdad de condiciones. Para todos es igual la disciplina, lo derechos, los deberes, etc. Dentro del Partido todos son comunistas, y esa es la única calidad que vale. Cualquier diferencia basada en la extracción social constituye un grave error, perjudicial para la vida del Partido. No se puede tolerar que dentro del P. se desarrollen desviaciones anti-intelectuales, ni que se divida al mismo en dos categorías: categoría de miembro de extracción obrera y categoría de miembro de extracción no obrera. La calidad revolucionaria del miembro del P. no se fundamenta en su extracción social, sino en su conducta comunista dentro del Partido. En este, todos son revolucionarios proletarios marxistas-leninistas y eso borra cualquier otra diferencia existente antes de entrar al P.

Ello es básico para nuestro P. y, en esta ocasión, deseamos subrayarlo de manera especial. Eso es en cuento a la membresía dentro del P.

Resumiendo: el partido de la clase obrera no cierra las puertas a los hombres de vanguardia revolucionaria de otras clases, que acepten la base ideológica del proletariado, su organización y disciplina, y que estén dispuestos a proletarizarse.

Conviene tomar en cuenta también otro aspecto no menos importante de esta cuestión: el proceso educativo revolucionario no cuenta solo para los miembros de extracción no proletaria, sino que es parte fundamental del proceso de formación revolucionaria de todo miembro, independientemente de su procedencia de clase.

Los elementos de la C. O. que entraron a su partido, no proceden de un invernadero, donde hayan crecido limpios de toda costumbre y prejuicio propio de las clases explotadoras; ni viven aislados del resto de la sociedad –en condiciones revolucionarias generales ideales- sino que viven en una sociedad burguesa y siguen rodeados diariamente del mundo burgués, de sus costumbres e ideas.

Es preciso que ellos luchen diariamente y minuto a minuto a través de la teoría y la práctica revolucionaria, contra tales prejuicios que impregnan el ambiente en que se mueven, y que saturan las ideas y costumbres de la sociedad capitalista. Si no se lucha con empeño constante, a través de un proceso consciente de superación contra la ideología y los prejuicios burgueses y pequeño-burgueses, éstos NO DEJARAN QUE EL MIEMBRO DEL PARTIDO SE CONVIERTA EN UN REVOLUCIONARIO DEL PROLETARIADO, y, por el contrario, podrán hacer retrocederlo a posiciones no avanzadas, independientemente de la procedencia social del revolucionario.

La lucha de la ideología avanzada contra la reaccionaria, de la ideología de la clase obrera contra la burguesa y pequeño-burguesa, en una lucha que se realiza no solo en el plano social y en la colectividad, sino también en LOS MARCO DE CADA INDIVIDUO, en cada instante, y no solo en lo abstracto y general, sino en cada acto público y privado, en la colectividad, en el trabajo y en el seno de la familia de cada miembro del Partido.

Si el revolucionario descuida este aspecto vital, es indudable que a ideología y la práctica ajena al proletariado irán predominando sobre su conciencia revolucionaria. El dilema del cual no se exceptúan los miembros del Partido de extracción proletaria, ni los miembros de extracción no proletaria en el partido, es el siguiente: o ideología y práctica revolucionaria en ascenso constante o ideología y práctica reaccionaria en ofensiva.

 

IV

ALTA COMPOSICION OBRERA DEL PARTIDO

Problema de especial importancia es la cuestión relativa al peso específico del obrero dentro del partido de su clase. Este no es un problema secundario, es el aspecto fundamental en la vida y desarrollo del mismo: este es el Partido de la clase obrera y tiene importancia el hecho de que tenga miembros de extracción obrera o no los tenga, de que sea alta su composición obrera o insignificante. Porque, mientras más alta sea su membresía de extracción obrera, más capacitado está el Partido del proletariado para cumplir su papel dentro de la historia TODA VEZ QUE AL MISMO TIEMPO TENGA UNA POLITICA CORRECTA BASADA EN EL MARXISMO LENINISMO APLICADO A LAS CONDICIONES ESPECIFICAS DEL PAIS y que, al mismo tiempo, APLIQUE METODOS CORRECTOS DE DIRECCION Y DE TRABAJO, DESPOJADOS DE SECTARISMO Y OPORTUNISMO.

Algunas veces se opina que no importa tanto que sea alta o baja la composición orgánica obrera del P., y que el problema fundamental es la ideología del Partido. Esta formulación, expuesta en forma tan simplista, difícilmente puede ser correcta. No se pude desligar mecánicamente la ideología marxista (las ideas científicas del proletariado) de su base social (la clase obrera), porque hay una interrelación dialéctica entre lo uno y lo otro. Precisamente, el Partido es la fusión de ambos elementos. El Partido puede nacer en el seno de grupos de intelectuales progresistas o de pequeños propietario de talleres y en los países poco desarrollados económicamente esto es lo corriente; pero, si no se proyecta hacia la clase obrera, si no se funde con ella, si no la convierte en su BASE SOCIAL principal, no llega a ser un verdadero partido comunista. Si se estatifica en las capas de la intelectualidad o de los pequeños propietarios, sin buscar a la clase obrera, posiblemente se llegue a convertir con el tiempo en un partido oportunista, apéndice de la burguesía, o en un partido aventurero, sectario, que refleje las desesperaciones propias de la pequeña burguesía o de los pequeños propietarios en trance de arruinarse. Es decir, que aunque en un período determinado la ciencia del marxismo leninismo le ilumine, pero no se asienta en la base natural del mismo, caerá con el tiempo bajo las influencias de la ideología de clases contrarias al proletariado. (Y esto, poniéndonos en el supuesto, de que pueda haber verdaderos marxistas que no busquen fundirse con la clase obrera. En esto lo más corriente es, que aun reconociendo esta verdad, no se ponga el empeño o no se tenga capacidad para encontrar los métodos correctos de penetrar en el seno de la clase obrera).

No es cuestión, pues, solo de ideología sino TAMBIEN de composición orgánica social.

¿Por qué tiene importancia la alta proporción obrera del Partido del proletariado?

Por las cualidades intrínsecas de la clase obrera ( firmeza, disciplina, constancia, espíritu de organización, de planificación, de control, etc.) , determinadas por sus CONDICIONES DE VIDA MATERIALES que modela en ella su actitud ante los éxitos, los fracasos, las dificultades, las incomodidades, su perseverancia en el esfuerzo, su espíritu de organización, etc.

Bien sabido es que las condiciones materiales de existencia determinan la conciencia social. Y es la clase obrera como clase, la que por las mismas condiciones en que trabaja y vive, posee las cualidades que la convierten en la enterradora de la burguesía y de toda explotación de clase, y en loa dirigente de la construcción de la futura sociedad sin clases y sin explotadores. Ninguna otra clase posee las cualidades de ella, que la convierten en la dirigente de la historia hacia el socialismo y el comunismo.

Lenin, al recalcar las cualidades de la clase obrera, explica las diferencias que existen, en este sentido, entre la clase obrera y la intelectualidad burguesa (no se refiere aquí a los intelectuales de avanzada que han ingresado al partido del proletariado y que, por consiguiente, están en un proceso de proletarización revolucionaria, sino a la intelectualidad burguesa). En “¿Qué hacer?” dice lo siguiente:

“Nadie se atreverá a negar que la intelectualidad, como una capa especial dentro de las sociedades capitalistas contemporáneas, se caracteriza, en conjunto, precisamente por su individualismo y su inadaptabilidad a la disciplina y ala organización...; en esto consiste por cierto, la diferencia que separa del proletariado, con desventaja a ese sector social; en esto reside una de las razones que explican la flojedad y vacilación de los intelectuales, que tantas veces ha sentido el proletariado.- Y es cualidad de los intelectuales esta inseparablemente ligada a sus condiciones habituales de vida, a sus condiciones de salario, que en muchísimos puntos se acercan a las condiciones de existencia pequeño-burguesa (trabajo individual o en colectividades pequeñas, etc.)...”

Refiriéndose no a la intelectualidad sino a la pequeña burguesía en general en su actitud política, dice LENIN en su obra “las tareas de los socialistas rusos”:

“La pequeña burguesía tiene por su propia naturaleza una actitud doble: por un lado se siente atraída hacia el proletariado y hacia el democratismo, y por otro, se siente atraída hacia las clases reaccionarias, trata de detener la historia, es capaz de dejarse arrastrar por los experimentos y por los coqueteos del absolutismo... es capaz de concertar una alianza con las clases dominantes contra el proletariado, en aras del fortalecimiento de su posición de pequeños propietarios. La gente instruida, “la intelectualidad” en general, no pude menos de rebelarse contra el salvaje yugo policíaco del absolutismo, que persigue al pensamiento y el saber, pero los intereses materiales de esta intelectualidad la ligan al absolutismo, a la burguesía, la obligan a ser inconsecuente, a transigir, a vender su ardor oposicionista y revolucionario por los sueldos estatales o por la participación en ganancias y dividendos”. (Obras Escogidas, Tomo I, pág. 164-165).

Es fácil explicarse, entonces, porqué algunas personas procedentes de esta capa social, y que no tuvo el Partido la capacidad de asimilarlas al espíritu revolucionario proletario, hayan defeccionado en distintas épocas, lo que es utilizado a veces por algunos compañeros para sacar conclusiones incorrectas y cimentar prejuicios anti-intelectuales. Eso es muy equivocado y nocivo, porque la conducta de tales individuos no puede equipararse a la trayectoria general de todos los luchadores que de las mismas capas sociales han ingresado al Partido. Ni tampoco las defecciones en el partido se han limitado a personas que habían procedido de sectores no obreros. Frente a las defecciones y traiciones vergonzosas de tales elementos, se levanta la militancia de muchos luchadores de extracción no proletaria, que en nuestro Partid han logrado encarnar ejemplos de sacrificio y trabajo revolucionario.

Fácilmente se comprende entonces, que un Partido que tenga alta proporción de miembros de extracción obrera (con el dominio de la ciencia del marxismo) esta en mejor capacidad de modelar a todo su conjunto en las altas cualidades proletarias; facilitando una amplia asimilación de los revolucionarios de vanguardia de otras clases, mayormente si estos no dominan la ciencia del marxismo-leninismo, dificulta la proletarización revolucionaria de todo el Partido, lo que puede dar por resultado el predominio de la influencia pequeño-burguesa o burguesa dentro de él y, en último término, si la situación no cambia, puede conducir a la degeneración ideológica y práctica del Partido revolucionario de la clase obrera o a las vacilaciones y fracasos continuos que conduzcan a su debilitamiento extremo.

Se puede decir, entonces, que en términos generales, mientras más alta sea la membresía de extracción obrera de un Partido comunista (con un buen nivel de conciencia marxista-leninista), mayor capacidad tendrá asimismo, de PROLETARIZAR a toda su membresía, de elevar las cualidades proletarias de todo el P., de educar más rápidamente en el espíritu proletario a los miembros que han sido extraídos de otras clases y a los extraídos de la propia clase obrera.

 

V

ES CIERTO QUE ES POCO NUMEROSA LA CLASE OBRERA EN EL PAIS?

Todo esto no hay que desligarlo naturalmente, de las condiciones concretas del desarrollo económico nacional. A veces se dice: el Partido refleja la composición existente en el país. Y se agrega, que en El Salvador la industria es muy poco desarrollada. De lo que se concluye, que no podemos mecánicamente tratar de que haya una alta composición obrera en el partido. Esto se ha dicho y se ha repetido como un estribillo. Sin embargo, esto es una pobre justificación de nuestro mal trabajo de concentración entre la clase obrera.

Es cierto que un país subdesarrollado, semi-colonial y agrícola, con fuertes remanentes feudales no cuenta con un proletariado tan desarrollado en número y tradición, tan amplio y consolidado, como el de los países industrializados. Pero de allí no debe sacarse deducciones absolutas que conduzcan a aminorar nuestros esfuerzos en la dirección correcta hacia la clase obrera. Por otra parte, hay que tomar en cuenta que el natural desarrollo del capital en un país subdesarrollado y la misma penetración ilimitada del imperialismo va proletarizando aceleradamente alas masas.

En nuestro país, no puede decirse que la clase obrera sea pequeña. Es cierto que la producción industrial sigue siendo bastante débil, y que la producción agrícola casi duplica (19% y 37% respectivamente del Producto Nacional Bruto de 1962; en 1963, según datos aún no confirmados, la producción agrícola representó solo el 31%). La misma producción agrícola va tomando rápidamente modalidad distinta a la de hace varios años, con la penetración acelerada de las relaciones capitalistas en el campo. La producción de algodón, del azúcar, del café crece (y de manera especialmente acelerada la del algodón) no sobre bases predominantemente feudales sino sobre bases predominantemente capitalistas, con el empleo cada vez mayor de cantidades de asalariados le va dando nueva configuración al agro salvadoreño.

De un total de 321,000 personas económicamente activas (1961) en los centros urbanos, son asalariados 234,000 y hay 305,000 asalariados en el campo de un total de 485,000 personas económicamente activas. El total de asalariados eran en 1961 de 540,000 que representaban el 66.9% del total de la población económicamente activa del país (que era de 809.590).

No se puede ya más seguir diciendo que en el país la clase obrera (urbana y rural) sea minoritaria; sino, todo lo contrario, representa ahora, la mayoría de la población. Y crece aún más de día en día. Solo en el último año casi diez mil nuevos obreros han entrado a trabajar en nuevas fábricas y este año miles de obreros ingresaran indudablemente en la industria, tanto en concepto de nuevas fábricas como en la ampliación de las antiguas; fenómeno corriente en los periodos de reanimación de la economía que sigue a las crisis.

La gran población obrera del país trabaja en fábricas, en talleres, en empresas industriales, etc., trabaja en grandes concentraciones algodoneras, azucareras, cafetaleras, henequeneras, en la pesca del camarón, etc.

En 1961 el siguiente era el cuadro de la población económicamente activa del país, por el cual se puede apreciar la gran mayoría de asalariados sobre el resto de la población económicamente activa. Hoy en 1964 ha aumentado aún más la proporción de asalariados.

TOTAL PATRONOS ASALARIADOS CUENTA PROPIA FAMILIARES OTROS

806.590 15.100 540.080 175.080 64.090 12.240

100% 1.8% 66.9% 21.7% 7.9% 1.5%

Siendo esto así, como se puede seguir sosteniendo que no concentremos nuestro esfuerzo organizativo entre el proletariado porque nuestro país es poco desarrollado industrialmente y la clase obrera poco numerosa?

El V Congreso de nuestro Partido tuvo tan gran trascendencia porque mostró a todo el Partido esta realidad importante de nuestro país, que es su característica actual. Y porque mostró, que la dirección de la economía tiende al crecimiento rápido de la proletarización de las grandes masas del país. Y puso ante el Partido, como tarea primordial la de penetrar con decisión en la clase obrera.

“Hacer de nuestro P. realmente el partido del proletariado y ante todo del proletariado de la gran producción, dándole amplitud numérica, dotándole de una base de elevada composición proletaria y formada predominantemente por células de empresa. Construirlo nacionalmente, como lo exige la tarea de vincularlo a las grandes masas trabajadoras de la ciudad y el campo, que en nuestro país se encuentran distribuidas en casi todo el territorio.”

 

VI

HACIA DONDE DIRIGIR NUESTRO TRABAJO ORGANIZATIVO

La proletarización ideológica y práctica de nuestro Partido representa la clave de su poderío y fuerza, porque de eso depende que el Partido se encuentre enclavado en los sectores fundamentales de la economía del país. El Salvador ha estado cambiando en cuanto al crecimiento acelerado de su población asalariada, mientras que nuestro Partido no ha seguido los cambios del desarrollo proletario. Es débil en las fábricas y en las regiones donde hay concentraciones industriales y rurales.

Se ha llegado el momento de comprender que hay que cambiar esta situación radicalmente, con una política de organización enérgica y decidida, encaminada a hacer crecer al Partido allí donde están desarrollándose grandes concentraciones obreras industriales y agrícolas.

SAN SALVADOR: se ha llenado de fábricas, y se sigue llenando aceleradamente no sólo en su casco, sino también en su periferia (Villa Delgado, Mejicanos, Ilopango, Soyapango, Apopa, y sobre todo los primeros kilómetros de la carretera internacional y troncal del norte, esta última en menor escala).

SANTA TECLA: de ciudad apacible y quieta se ha convertido en población con muchas fábricas, beneficios, etc.

ACAJUTLA: es ahora, después de San Salvador, el centro industrial mayor del país, con un moderno puerto internacional que será ampliado, refinería de petróleo (capital imperialista), fabricas de abono, de estructuras metálicas (capital imperialista) fabrica de cemento CESSA (de la oligarquía), grandes construcciones, varias fábricas más en proyecto de construcción, nudo de transportes terrestres y ferroviarios, etc.

SAN MIGUEL: Se ha convertido en centro textil, de aceites, de la industria henequenera y algodonera.

USULUTAN: con sus grandes concentraciones de trabajadores del algodón, beneficios desmotadores, fabricas de aceite, de fertilizantes, industria camaronera salinera, etc.

LA UNION: nudo ferroviario, centro de pesca para la exportación, deposito de combustible de las compañías imperialistas para El Salvador y Honduras, centro algodonero.

METAPAN: Donde se construyo una gran fábrica de cemento.

SANTA ANA: con sus beneficios de café y sus fábricas en aumento.

Además de otras concentraciones de obreros agrícolas en distintas partes del país.

He allí nuestro tesoro revolucionario. No necesitamos en nuestro país lámparas para buscarlo, está a la vista. Allí está el porvenir del movimiento revolucionario.

 

VII

COMO TRANSFORMAR, ENTONCES, A NUESTRO PARTIDO

Teóricamente, la respuesta no es difícil: acercarnos a las masas obreras de la ciudad y del campo, elevar su conciencia y organizarla en las formas necesarias. Mas difícil en realidad, es convertir en hechos las palabras, porque eso solo puede hacerse si hay verdadera conciencia de ello, que nos permita concentrar el trabajo diario con planes y objetivos en esta tarea. Y no es tarea de un solo organismo. Es tarea de todo el Partido, permanente, constante. A propósito llevamos años repitiendo la misma consigna, sin que hayamos avanzado de hecho en su realización práctica. Será porque no hemos tenido la completa conciencia de su importancia ? Es probable que de tanto repetirlo, sin penetrar en su fondo, se haya estereotipado esta vital consigna, de la que depende el desarrollo real y permanente del Partido. Pero hoy más que nunca, ir a las fábricas y grandes concentraciones obreras, es la vida del P. No hacerlo es vegetar, es irse separando del movimiento, del desarrollo, del futuro. La historia no nos perdonara si no cobramos plena conciencia de la necesidad de fundirnos con la clase obrera de la ciudad y del campo.

Debemos comenzar por trazarnos objetivos limitados: 2 o 3 principales planos de zonas proletarias y concentrar nuestro trabajo en ello, usando todos los medios a nuestro alcance. Cada célula debe trazarse el objetivo de penetrar en una fábrica o empresa, sin desesperación pero con firme determinación.

Algunos tenemos familiares o amigos cercanos que trabajan en fábricas, y que son personas progresistas, aunque posiblemente indiferentes a la defensa de los intereses colectivos, por falta de conocimientos y conciencia clasista. Cada militante revolucionario debe pertenecer al sindicato de su fábrica o propiciar su creación donde no lo haya. Nuestro métodos de trabajo deben de cambiar, debemos botar el sectarismo, ser amplios en nuestro trabajo de acercamiento a las masas, orientar a los compañeros en sus dificultades con los patronos; no querer resolverlo todo con fraseología revolucionaria; y aunque al principio no les hablemos de revolución a nuestros compañeros de trabajo, ganémonos su confianza siendo solícitos con sus problemas inmediatos, y no nos desesperemos cuando de pronto no veamos resultados espectaculares.

Ya no debemos hacer el reclutamiento a ciegas. Conozcamos cuales son los obreros más conscientes y hagamos crecer al Partido con ellos. Este es el eslabón clave del crecimiento del Partido.

El desarrollo de nuestro Partido está ligado al reclutamiento de nuevos miembros entre la clase obrera.

No será cerrando las puertas a los patriotas provenientes de otras clases como se va a proletarizar al P. Hay un solo camino correcto marxista-leninista el cual es el de la planificación y concentración del trabajo en un objetivo. Y a partir de eso, no descuidar el ingreso de los elementos de vanguardia revolucionaria de otras clases. El medio para llevar a cabo el crecimiento es el trabajo de reclutamiento, el cual tiene carácter diario y sistemático y que, cuando las condiciones existen para ello, puede ser reforzado por campañas periódicas.

EN CONCLUSION: el futuro del Partido esta en la clase obrera, así como el futuro del país y de su historia. Los mayores esfuerzos de todos sus miembros tienen que estar dedicados a hacerlo penetrar y crecer en las empresas industriales y concentraciones obreras rurales. Al mismo tiempo, el P. debe tener sus puertas abiertas a toda persona honrada y consciente proveniente de otras clases, que está decidida a proletarizarse, a luchar por la liberación nacional y el socialismo. Es preciso combatir con decisión toa posición sectaria que con ropaje de radicalismo “proletario” adopte la desviación antiintelectualista dentro del Partido; así como las posiciones de desprecio e indiferencia al desarrollo del Partido dentro de la Clase Obrera.

Dirigir el reclutamiento hacia la masa proletaria industrial y agrícola, ese es el camino de desarrollo del P. C. S.

El V Congreso de nuestro Partido lo ha subrayado. He allí la tarea primordial que nos plantea la historia.

Cumplámosla con honor.