Edición impresa: José Díaz, Tres años de lucha,
Editions de la Librairie du Globe,
París 1970.
Versión digital: Koba, para http://bolchetvo.blogspot.com.
Transcripción/HTML para el MIA: Juan R. Fajardo, nov.
2009.
Formato alternativo: PDF por cortesía de http://bolchetvo.blogspot.com.
¡Camaradas, pueblo de Asturias!
Para un dirigente de un partido obrero no puede haber mayor satisfacción que hablar, que dirigir la palabra por primera vez en el corazón del levantamiento armado de octubre; hablarle al pueblo que ha dado un ejemplo que ha salido de las fronteras de España para tener su repercusión en todo el mundo capitalista. Es el movimiento de octubre, es el heroísmo de los mineros, del pueblo de Asturias, de las mujeres asturianas, lo que ha marcado el camino seguro, no sólo para el proletariado de España, sino para todo el proletariado internacional.
No hemos llegado a pensar que la situación de miseria que atraviesa el proletariado pueda tener otra solución que la de coger las armas. No siempre puede estar madura la situación ni darse las condiciones para ello. Pero, entended lo bien: si esto es así, todos aquéllos que consideren que la emancipación del proletariado se puede hacer por vía de evolución, engañan al proletariado. Al enemigo se le vence con las armas, cuando llega el momento oportuno. (Aplausos.)
Hubo quienes, después de la derrota momentánea del movimiento de octubre, consideraban, aterrados, que todo se había perdido en España para el proletariado. Al día siguiente de esta derrota momentánea, decía en un manifiesto el Partido Comunista: “No hay que ser pesimistas; el proletariado, en España, está vivo aún; es un proletariado heroico”, y no teníamos ningún pesimismo, a pesar de la sangre derramada, fresca aún, porque sabíamos que ella sería la que llevaría de nuevo al proletariado, superando las debilidades del movimiento de octubre, a la unificación de sus fuerzas; la que desarrollaría con mucha más raigambre las organizaciones convenientes para la agrupación de todas las fuerzas de carácter proletario y democrático, que, bajo la dirección de la clase obrera, asestarían un golpe contra la reacción. Y el 16 de febrero fue la consecuencia del movimiento de octubre. (Aplausos.)
El proletariado no estaba suficientemente organizado, en España, al surgir el movimiento de octubre: no tenía un solo partido, y, por lo tanto, no tenía una sola dirección.
¿Qué es preciso para que en un movimiento revolucionario como la insurrección de octubre pueda haber una sola dirección? Se necesita, en España, y hacia ello caminamos, una inteligencia, una compenetración entre las fuerzas socialistas que de verdad quieran la revolución, y el Partido Comunista. Compenetrados con esta necesidad, y cuando no haya diferencias, crearemos un solo partido, para que, cuando llegue un nuevo octubre, nos guíe una sola cabeza dirigente. Pues, como dijo Marx, la insurrección es un arte, y debe ser estudiada concienzudamente, para saber aplicar sus reglas, y quien no entienda esto no podrá dirigir al proletariado hacia su triunfo definitivo.
Al proletariado de España, y sobre todo al proletariado de Asturias, no dudo que no hay que hablarle en plan de agitación, ni tratar de levantar su espíritu, porque éste está más que levantado. Tengo la seguridad de que este proletariado responderá siempre al llamamiento de su partido, y por eso lo que necesitamos es estudiar seriamente las condiciones de organización que son premisas para lograr este triunfo. Necesitamos que todo el proletariado se grabe bien en la cabeza, como algo que no se olvide jamás, estas condiciones de organización, para que las aplique, porque el enemigo es fuerte aún después de la certera derrota del 16 de febrero; es fuerte aún, porque tiene en sus manos minas y campos, tiene en sus manos la magistratura, los altos mandos en los cuarteles y en las direcciones de los diferentes departamentos ministeriales y el apoyo del capitalismo financiero internacional; pero ante un enemigo tan fuerte, el Gobierno que tiene el apoyo de las masas populares, no ha hecho lo suficiente para golpear a la reacción como se la debe golpear.
Quiero hablar algo sobre el Frente Popular, porque en este momento corre ya por España la idea de que ha llegado el momento de romper el Frente Popular y de que las fuerzas proletarias marchen solas, con seguridad, hacia el triunfo. Es cierto que el Gobierno republicano de izquierda (que no es aún un gobierno del Frente Popular) no cumple con h rapidez necesaria el pacto. El Gobierno considera que, haciendo algunas concesiones a la reacción, puede dominada, y tenemos que decide al Gobierno que a la reacción no se la puede vencer haciéndole concesiones; a la reacción se la vence metiendo rápidamente en la cárcel a todos los que atentan contra las masas populares, y a los que tratan de llevarse los capitales de España hay que dejarlos en condiciones de que si quieren comer al día siguiente, tengan que trabajar. (Aplausos.)
El Gobierno, al que estamos apoyando lealmente en la medida en que cumple el Pacto del Bloque Popular, comienza a perder la confianza de los trabajadores. Y yo digo al Gobierno republicano de izquierda que éste es el camino erróneo del 14 de abril de 1931, y que si sigue por este camino, nosotros obraremos, no rompiendo el Bloque Popular, sino fortaleciéndolo y empujando hacia la solución de un gobierno de tipo popular revolucionario, que imponga las cosas que este Gobierno no ha comprendido o no ha querido comprender. (Grandes aplausos.)
Camaradas: Con la esperanza de esclarecer cuanto concierne a los Bloques Populares y de la necesidad de desarrollarlos, tenemos que hablar también de las Alianzas. El camarada Vega hablaba, y yo quiero recoger algunas de sus manifestaciones, del partido y de nuestros periódicos respecto a los Bloque Populares.
En Oviedo hay un periódico que fue suspendido por los bárbaros enemigos del pueblo asturiano y de toda España: “Avance”. Este periódico sale de nuevo y plantea la necesidad de reforzar las Alianzas. Otros periódicos socialistas se manifiestan en el mismo sentido. Pero si estamos de acuerdo en este problema, ¿por qué no se constituyen las Alianzas? Hay que poner los hechos a la altura de las palabras. Si las Alianzas son una necesidad histórica del movimiento obrero, porque sabemos ya lo que representaron en el movimiento de octubre, sólo con que se pueda firmar una hoja por los partidos que se dicen defensores de las Alianzas diciendo: “En todas las localidades de España los Partidos Comunista, Socialista, sindicatos, etc., constituirán los Bloques Populares y las Alianzas Obreras...”; de esta forma, en un mes estaba España regada de Bloques y de Alianzas, cosa que significaría un gran salto en el camino de nuestra emancipación. (Aplausos.)
No podemos olvidar algunos problemas fundamentales de la revolución. Por ejemplo, el camarada Vega hablaba de los campesinos. En el pacto del Bloque Popular se dice que el Gobierno deberá expropiar a los grandes terratenientes, arrancándoles las bases materiales en que se apoyaron para su campaña contra la República. Siempre se nos contesta con lo mismo: “No hay dinero, no han dejado nada en las arcas del Tesoro.” Si el Gobierno, quisiera tener dinero, lo tendría en veinticuatro horas, y sacaría de la miseria a los campesinos, poniendo las tierras y créditos necesarios a su disposición.
Tomemos el caso de la Iglesia, que dicen que son unos pobrecitos. Nosotros no atacamos el sentimiento religioso. Pero tenemos que estar en contra de esos grandes negociantes de la religión, y el Gobierno debe expropiar esas riquezas, porque han sido robadas al pueblo, y a nadie más que a él le pertenecen.
¿Recordáis en Asturias los tiempos en que estaban suspendidos los periódicos “Mundo Obrero”, “El Socialista” y “CNT” y, en general, todos los periódicos obreros y republicanos? Pues bien; podemos contemplar con vergüenza cómo hoy se publican, “ABC”, “El Debate” y toda la prensa reaccionaria. ¿Qué espera el Gobierno para dictar un decreto que diga: “Queda suspendida la prensa reaccionaria de España”? No queremos venganza, sino justicia; que se haga, con esos periódicos lo que ellos hicieron con los periódicos republicanos y obreros durante el segundo bienio. (Aplausos.)
Hay una cuestión que al Gobierno se le presenta dura y que es una cuestión de honor revolucionario, si se quiere consolidar el triunfo del 16 de febrero. La camarada “Pasionaria”, nuestra “Pasionaria”, tratará de este asunto como ella sabe hacerlo, penetrando en el corazón de los mineros. Me refiero al problema de las responsabilidades de Asturias.
Es cierto que nuestra camarada, en nombre de la minoría comunista, ha presentado un proyecto de ley de responsabilidades e indemnizaciones. El Gobierno debe tener en cuenta que, si no hubiese sido por Asturias, hoy no estaría en el Poder. A ver si de una vez dejamos de ver pasear con tanta tranquilidad por las calles a Lerroux, Gil Robles, Doval y a todos los criminales que deben ser entregados al pueblo para que éste haga la justicia necesaria. (Aplausos.)
Voy a terminar. Pero quiero comunicaros, pueblo rojo de Asturias, algunas de las últimas noticias que hemos recibido en estos momentos como comprobación de cuanto decimos de los peligros de la reacción en España y de la necesidad de tomar medidas urgentes contra esos enemigos del pueblo. Todos sabéis que el camarada Vicente Uribe tenía que venir aquí, a dirigiros un saludo; pues bien hemos recibido un telegrama suyo que dice: “Suspendo viaje ante peligro inmediato golpe de fuerza de la reacción contra la República.” (Grandes mueras a la reacción y gritos de protesta.)
Es necesario que rápidamente se pida el desarme de todas las organizaciones reaccionarias y se las declare ilegales, metiendo en la cárcel a todos los perturbadores y asesinos inscritos en ellas. Cuando se ha metido en la cárcel a los trabajadores no se les ha metido por cinco días, sino por treinta años. Y ahí está el ejemplo del sargento Vázquez y de Argüelles. Pero no pedimos venganza, sino justicia. Deseamos que por un tiempo ilimitado se les quite de la calle, se liquide ese cuerpo de magistrados reaccionarios para defender la República. Pero que no crean los pesimistas que la República está perdida y caerá en manos de la reacción.
Asturianos: ¡En pie y alerta contra todo intento de golpe de Estado! Contra la reacción y sus órganos, el proletariado sabrá dar una lección categórica y firme. El proletariado sabrá derrotar todo intento de fascismo en España, contrariamente a lo que ha ocurrido en otros países.
(Clamorosa ovación y vivas al Partido Comunista y al Frente Popular.)