Pronunciado: Mayo y junio de 1985.
Versión en castellano: Traducción de María Eugenia Gantus.
Versión dígital: Proyecto Observatorio de Conflictos.
Esta edición: Marxists Internet Archive, mayo de 2007.
(Corregido en dic. 2020)
Derechos: Esta obra se reproduce aquí gracias al proyecto
Observatorio de Conflictos
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(Extractos de una charla con el profesor Chen Ku-ying, de la Universidad de Taiwán, el 20 de mayo de 1985)
El continente mantendrá el sistema socialista y no tomará el camino equivocado, el camino capitalista. Uno de los rasgos que distinguen al socialismo del capitalismo es que el socialismo significa prosperidad común, y no polarización del ingreso. La riqueza creada pertenece primero al Estado, y segundo al pueblo; es por lo tanto imposible que emerja una nueva burguesía. El monto que vaya al Estado será gastado para el beneficio de la gente, una pequeña porción será usado para favorecer la defensa nacional y el resto para el desarrollo de la economía, la educación y la ciencia, y para elevar el nivel de vida y de cultura de la población.
Desde la caída de la Banda de los Cuatro, una tendencia ideológica ha aparecido, que nosotros llamamos liberalización burguesa. Sus exponentes valoran la “democracia” y la “libertad” de los países del Occidente capitalista y rechazan al socialismo. Esto no puede permitirse. China debe modernizarse, no debe en absoluto liberalizarse o tomar el camino capitalista como los países de Occidente han hecho. Esos exponentes de liberalización burguesa que han violado las leyes estatales deben ser tratados con severidad. Por que lo que están haciendo es precisamente, “hablar libremente” ventilando sus “opiniones” completamente, presentando carteles con grandes testimonios y produciendo publicaciones ilegales; todas las cuales sólo crean inquietud y vuelven a traer las prácticas de la “Revolución Cultural”. Debemos mantener esta diabólica tendencia reprimida. En 1980 el Congreso Nacional del Pueblo adoptó una resolución especial para borrar del artículo 45 de la Constitución, la disposición de que los ciudadanos “tienen derecho a hablar libremente, ventilar sus opiniones, mantener grandes debates y escribir carteles con grandes testimonios”- una disposición que había sido agregada durante la “Revolución Cultural”. La gente que adora la “democracia” occidental está insistiendo siempre con esos derechos. Pero, habiendo pasado la ordalía de los diez años de la “Revolución Cultural”, China no puede restituirlos. Sus ideales y su fuerte sentido de la disciplina haría imposible la adhesión al sistema socialista y llevar adelante el programa de modernización.
En la Tercera Sesión Plenaria del Onceavo Comité, el Partido decidió acerca de la política de abrirse al mundo exterior y al mismo tiempo demandó restricciones sobre la liberalización burguesa. Estas dos cosas están relacionadas. A menos que restrinjamos la liberalización burguesa, no podremos hacer efectiva la política de apertura.
Nuestro recorrido de modernización y la política de apertura debe excluir la liberalización burguesa. En los últimos años ha habido un pensamiento liberal no sólo en la sociedad en general, sino también al interior del partido.
Si se permitió que estas tendencias se extendieran, no deben socavar nuestra causa. En resumen, nuestra meta es crear un ambiente político estable; en un ambiente de malestar político nos será imposible seguir con la construcción socialista o lograr cosa alguna. Nuestra tarea principal es construir el país, y las cosas menos importantes deberían subordinarse a eso. Aún si existe una buena razón para tenerlos, la tarea principal debe ser prioritaria.
(Extractos de una charla con el presidente del Comité de un Simposio en la Cuestión del Continente y Taiwán, el 6 de junio de 1985)
Las pocas personas que han defendido la liberalización burguesa y que violaron las leyes del Estado han sido castigadas de acuerdo a la ley. En China la liberalización burguesa significa tomar el camino capitalista y llevar a la desunión. No estoy hablando ahora de la reunificación de Taiwán con el continente, sino sobre la unidad en el continente.
La liberalización burguesa hundiría nuestra sociedad en la confusión y se nos haría imposible proceder con el trabajo de construcción. Detener la liberalización burguesa es, por lo tanto, un asunto de principal y vital importancia para nosotros.
Su visión acerca de la forma en que lidiamos con estas pocas personas es diferente del nuestro, porque usted piensa en estas cuestiones en términos de derechos humanos. Me gustaría preguntar: ¿qué son los derechos humanos? sobre todo, ¿para cuánta gente están hechos? Pertenecen estos derechos a la minoría, la mayoría o a todo un país. Nuestro concepto de derechos humanos es en esencia diferente a los del mundo Occidental, porque vemos la cuestión desde un punto de vista diferente.