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Pronunciado: Ante los jefes y
oficiales de las Fuerzas Armadas del Perú, reunidos en el Centro de Altos
Estudios Militares, en Lima, el 21 de julio de 1982.
Publicado por vez primera: En Unidad, organo del
Partido Comunista Peruano, el 5 de agosto de 1982.
Fuente para la presente edición: "Discurso
de Jorge del Prado ante el CAEM (1982)", en pagina del Partido
Comunista Peruano (publicado 3 de noviembre de 2012).
Esta edición: Marxists Internet Archive, junio de
2013.
Señor General Director del CAEM[1]
Señoras y señores
La Dirección del Centro de Altos Estudios Militares me ha invitado a exponer ante ustedes los puntos de vista del Partido Comunista Peruano respecto a problemas cardinales de la vida nacional. Se me ha hecho conocer, para este efecto los documentos elaborados por vuestra digna institución referidos a POLITICA NACIONAL, PROYECTO NACIONAL y PROYECTO DE GOBIERNO.
Compartiendo el criterio de la Dirección nacional de mi Partido quisiera explicar antes que nada el alto aprecio que nos merece esta invitación. Es la primera vez que se produce un dialogo tan importante y al mismo tiempo tan respetuoso y cordial entre representantes del PCP y los señores, militares y civiles concurrentes a este calificado y prestigioso Centro de Altos Estudios. Todo hace pensar que él será mutuamente provechoso y, en procura de que sea así, voy a exponer muy francamente las ideas y puntos de vista de los dirigentes y militantes del partido al que pertenezco sobre los temas anunciados.
Mi exposición contendrá tres partes. En la primera intentaré presentar un cuadro general de las concepciones ideo-políticas del Partido Comunista Peruano. En la segunda trataré de diseñar lo que podría considerarse el PROYECTO NACIONAL DEL PCP y que sintetiza los objetivos estratégicos y el modelo de la sociedad por el cual lucha. En la tercera parte haré conoceren sus aspectos sustantivos nuestro Plan de Gobierno, es decirel conjunto planificado que propugna el PCP frente a la actual coyuntura y asumiendo plena conciencia de la grave situación que hoy confronta nuestro país.
Como toda doctrinapolítica verdadera, la nuestra parte de una determinada concepción filosófica sobre el origen del universo, la naturaleza de los fenómenos y los problemas de la humanidad, concepción que le da carácter universal. A diferencia de todo los demás partidos, que en una y otra forma son idealistas (en el sentido que consideran la idea antes que la materia) el Comunismo o Socialismo Científico, se funda en una concepciónmaterialista – dialéctica del mundo y sus fenómenos, incluyendo los fenómenos sociales. Conforme a esta concepción, el universo tiene un origen y una composición material, condicionados a términos de espacio y tiempo. Todo lo que existe es materia en movimiento y en constante transformación y cambio, regida por las siguientes leyes objetivas:
a) La ley de la unidad y lucha de contrarios: cada fenómeno lleva en su interior un elemento contradictorio;
b) La ley de la transformación de la cantidad en calidad: el elemento contradictorio que surge dentro de un fenómeno crece y evoluciona hasta chocar y romper la estructura que lo contiene,
c) La ley de la negación de la negación; el nuevo fenómeno surgido así ha negado a su antecesor, pero a su vez será negado por la contradicción interna que lleva en sí.
Las leyes del materialismo dialéctico aplicadas a la historia de la humanidad dan por primera vez una explicación coherente y válida al desarrollo industrial, desde la comunidad primitiva hasta nuestros días pasando por las formaciones económico-sociales esclavista, feudal capitalista y socialista. En el análisis de esta evolución, la filosofía materialista dialéctica cuenta con el auxilio de la economía política marxista y del socialismo científico elementos inseparables elaborados por Marx y Engels y actualizados a nivel universal por Lenin, lo que explica el nombre del marxismo-leninismo dado a la ideología del PCP.En efecto el paso de una sociedad a otra obedece tanto a la lucha de contrarios(clases sociales, fuerzas productivas y relación de producción) como la transformación de la cantidad en calidad (cambio revolucionario de un tipo de sociedad a otra) y a la negación de la negación (la nueva sociedad niega y supera a la anterior).
En este proceso, el factor aglutinantede toda sociedad es la producción de medios de uso y consumo. En un comienzo los hombres se unen para subsistir, haciendo frente a las dificultades y peligros de la naturaleza, luego, cuando ya han domesticado las plantas y animales que le sirven de sustento y con el remante o sobrante de productos que entonces aparece, surge un sector que acapara esos sobrantes y comienza a explotar a otro sector que los produce, comienza la división de la sociedad en clase y en estas sociedades divididas en explotadores y explotados, surge además otra contradicción básica: la que se presenta entre el carácter social de la producción y el carácter privado de la propiedad de los medios de producción. Esta contradicción, generadora de la lucha de clases se acentúa mucha más en la etapa altamente tecnificada del capitalismo que impone una máxima división social del trabajo y al mismo tiempo promueve una acelerada concentración de los medios de producción en manos de unos cuantos monopolios y empresas transnacionales dominadoras de la economía mundial capitalista.
Sólo con el Socialismo se resuelve esta contradicción al lograr que los medios de producción sean también socializados. El avance hacia esa meta responde a un legítimo anhelo de justicia social inherente a la naturaleza humana, pero respondesobre todo a las leyes objetivas que rigen el proceso de la producción. El juego de estas leyes consiste en que las fuerzas productivastienden a evolucionar y a perfeccionarse en tanto que las capas dominantes de la sociedad pretenden mantener inmutables las viejas relaciones de producción que les favorecen. El choque inevitable entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción ya caducas constituye la contradicción fundamental de toda sociedad y el origen de las grandes revoluciones sociales.
En nuestra época cuandoel capitalismo, llegado a su etapa imperialista se ha convertido en un sistema internacional y cuando frente a él ha surgido el sistema socialista, la contradicción fundamental también se universaliza y en el panorama mundial se hacen presentes en la forma de una pugna entre quienes se empeñan en perpetuar el sistema capitalista dominado por las potencias imperialistas y los que luchan por defender las conquistas del socialismo y por conquistar en cada país este tipo de sociedad. En el contexto de esta contradicción operan de una lado las fuerzas reaccionarias partidarias no solo del capitalismo sino también de la dominación nacional de los pueblos atrasados, de la discriminación racial, de la guerra como medio de sojuzgamiento, etc, etc. Del otro lado las luchas reivindicativas de los trabajadores, los movimientos de liberación nacional, las fuerzas que luchan contra la guerra y por el progreso social.
El Perú no puede evadirse a la dinámica de estos fenómenos, tanto en razón de que las leyes de la evolución social son leyes objetivas y por tanto de aplicación universal, como también por el grado de dependencia y atraso en que se halla nuestro país respecto al imperialismo. Sin desconocer, sino más bien teniendo en especial consideración, los rasgos particulares de nuestra evolución social, a partir de las primeras formaciones no es posible negar que aquí también nuestra evolución social ha obedecidoy obedece a las mencionadas leyes objetivas y que por esolas necesidades de la inmensa mayoría de la población y el propio entrelazamiento con la realidad internacional, empuja hacia un desarrollode las fuerzas productivas en términos de industrialización diversificada e independiente , dirigida a romper las trabas opuestas al poder transnacional y a crear condiciones que satisfagan las necesidades de toda la población, sin privilegios y sin la explotación humana. Empujan, pues a la liberación nacional y al socialismo.
En la sociedad peruana de hoy existe, por tanto, una contradicción fundamental: la que se plantea entre la dominación imperialista por un lado, y el Perú como nación y el pueblo peruano, por otro lado.
Mientras el imperialismoy sus aliados se empeñan en mantener y reforzar las actuales relaciones de producción, los trabajadores , las capas populares y la intelectualidadavanzada, coincidiendo con las necesidades objetivas del progreso social, aspiran a un desarrollo libre y soberano de las fuerzas productivas en beneficio de la mayoría. Esta contradicción constituye el factor dinámico tanto de la lucha antiimperialista como de la lucha de las clases y capas oprimidas por su liberación social, circunstancia que exige una transformación revolucionaria de la sociedad. Transformación que tendrá un carácter esencialmente antiimperialista y anti oligárquica dada la naturalezade los cambios estructurales que el Perú requiere. EL desarrollo natural del proceso así emprendido abrirá una etapa de tránsito al Socialismo.
Conscientes de que toda modificación estructural socio-económica que requiere también transformar la naturaleza del Estadoy del Gobierno, lo cual significa la conquista del poder político para ponerlo al servicio del pueblo, el PCPasume la tarea de orientar este proceso aspirando a convertirse en la vanguardia política de los trabajadores y el pueblo peruano; tareaemprendida con aciertos y errores desde su fundación realizada por José Carlos Mariátegui.
Pero, como es sabido, la vanguardia no opera sola. De parte del imperialismo y sus aliados internos está todo un poderoso aparato de dominación económica, política e ideológica. Para enfrentara semejantepoderío resulta indispensableapoyarse en las más amplias masas, lo cual exige unir tras un programacomún a la clase obrera, al campesinado, a las capas medias de la población, a los sectores progresistas de la intelectualidad e, incluso, a determinadas capas de la burguesía no ligadas al gran capital imperialista y en contradicción creciente con ella. De este vasto contingente, conocido en términos genéricos como pueblo, el papel más destacado lo desempeña la clase obrera por ser la que con su trabajo genera la principales riquezas sustentadoras de la economía nacional y porque además posee mayor experiencia de lucha, más capacidad de organización se enfrentamás directamente a la explotación capitalista. Sin embargo, la clase obrera no puede aspirar a liberarse sin liberar al mismo tiempo a las otras clases y capas oprimidas, marginadas o discriminantes.
José Carlos Mariátegui, el fundador del PCP e introductor de las ideas socialistas en nuestro país, tuvo además el mérito histórico de analizar por primera vez científicamente la realidad peruana y de unir todas estas concepciones estratégico-táctica de la lucha por el socialismo, entrelazándolas con las tradiciones de nuestro pueblo y con los combates del proletariado peruano, dotando a esta lucha de un contenido ideo-político científico y creando con tal objeto las estructuras sindicales y partidarias para su acción.Fundamentando la esencia de su pensamiento, él destacó el carácter científicoy dialectico del marxismo, subrayando que “es, un método que se apoya íntegramente en la realidad, en los hechos. No es, como algunos erróneamente suponen, un cuerpo de principios de consecuencias rígidas, iguales para todos los climas históricos y todas las latitudes sociales. Marx extrajo su método de la entraña misma de la historia. El marxismo en cada país en cada pueblo, opera y accionan sobre el ambiente, sobre el medio, sin descuidar ninguna de sus modalidades.
Para una mejor comprensión de lo expuesto, creemos necesario definir, desde nuestro punto de vista ideológico, algunos conceptos políticos que tienen marcada importancia social y en torno a los cuales pueden existir, sin embargo, criterios distintos o no del todo coincidentes con los del documento del CAEM que nos sirve de punto de referencia. Estos conceptos son:
Como es sabido, en el idioma original, esta palabra significa actividad social y por eso en su más amplia acepción, se refiere a todo lo que atañe a las relaciones de que viven en sociedad. Mas como el Estado es el aparato que administra la sociedad, y el gobierno es el órgano que dirige el Estado, en su acepción específica, Políticaviene a ser la participación en los asuntos del Estado o del gobierno, comprendiendo la lucha por conquistarlos o por mantenerlos intangibles.
No es, pues una cuestión abstracta. En una sociedad dividida en clases, la clase dominante detenta no sólo el poder económico sino también el poder político. Las clases explotadas y oprimidas, aspiran por lo tanto -o deben aspirar– a la conquista del poder político para liberarse en lo económico y social.
En concordancia con lo dicho sobre Política, Estado es, en nuestro concepto, la organización política de la clase económicamente dominante, tiene por fin mantener el orden de cosas existente. Desde ese punto de vista no es, pues un ente abstracto y que esté por sobre los intereses de las clases. Y lo mismo puede decirse del gobierno como órgano de dirección del Estado. Nos referimos, por supuesto, a su contenido real, no a lo que tal vez la mayoría de los peruanos quisieran que fuese nuestro Estado. Cabe decir al respecto que no estamos en contra de lo que contienen las formulaciones del Título II, Capitulo I, de nuestra actual Constitución (se refiere a la de 1979),sobre todo en sus primeros artículos.
Contrariamente a las ideas prejuiciosas que pretenden contraponerlos conceptos socialismo y Patriotismo y, más aún, de quienes niegan este último sentimiento a los comunistas, debemos subrayar que para nosotros este es un principio moral y político basado en el amor y la fidelidad al territorio que nos vio nacer, al orgullo por nuestro pasado y al afán de defender sus intereses. Pero todo elloencuadrado en una dimensión humana, es decir, identificando a la Patria con sus habitantes, con los intereses de la inmensa mayoría de su pueblo. De ahí que, este sentimiento sea indesligable del concepto de soberanía nacional, el cual, a su vez, significa que las riquezas y recursos naturales estén en manos del pueblo a través del Estado, para ser explotados en beneficio de la mayoría y delprogreso nacional y no en manos y para beneficio de empresas extranjeras imperialistas o trasnacionales.
Consideramos que ésta tampocoes una categoría abstracta. Si etimológicamente significa gobierno del pueblo y para el pueblo y, en razón de eso, se entiende como un régimen político en cuya gestación y actuación deben predominar las opiniones y los intereses de las mayorías comenzando por la elección de los órganos de poder en esa forma, consideramos que para lograr tal estado de cosas no es suficiente el reconocimiento formal –o en el papel- de la igualdad de derechos incluyendo los derechos a elegir y ser elegido. En una sociedad como la nuestra las mayores desigualdades se dan en elterreno de las condiciones materiales y culturales de existencia, ya que las consecuencias de ellas recaen precisamente sobre la mayoría del pueblo y eso determina también que dicha mayoría notenga posibilidades reales de hacer uso de sus derechos constitucionales o democráticos o, por lo menos no tenga las mismas posibilidades de quienes disponen del poder económico y como consecuenciade ello también del poder político.
Los comunistas no somos enemigos de la democracia, ni aun de la democracia formal, o democracia burguesa, pero, al defender los derechos democráticos ya reconocidos, luchamos porque ellos cobren contenido real a través de la democracia económica, es decir, suprimiendo las desigualdades en ese terreno.
Se distorsiona también, constantemente, nuestra posición frente al concepto de propiedad, afirmando que pretendemos abolirla en todas sus manifestaciones. Eso no es cierto. Nuestra preocupación al respecto se refiere solo a la propiedad de los medios de producción, postulando la socialización únicamente de aquellos medios de producción utilizados para explotarel trabajo ajeno, comenzando por los que también perjudique o disminuyan la independencia económica y el desarrollo nacional. Respetamos y protegemos la propiedad legítimamente adquirida y que responda a la satisfacción de quien la adquirió sin someter ni explotar a otros. En ese terreno abogamos porque se mantenga y respete la posesión de bienes familiares, así como la propiedad intelectual, rigiéndonosen la primera fase de la Revolución socialista por el principio de: “de cada cual según sus posibilidades y a cada cual según su trabajo”.
Los mismos principios de solidaridad humana informan nuestro concepto de moral. En contraposición a quienes, por defender sus egoístas intereses, no consideran ilícito enriquecerse explotando y oprimiendo a otros hombres o abusando del poder político, consideramos nuestro primer deber en el terreno de la ética terminar con este estado de cosas, y condenamos la “moral” acomodaticia de quienes aceptan y hasta suscriben la Declaración Universal de los Derechos Humanos pero no tienen inconveniente en propiciar el sojuzgamiento de unos países por otros, el odio entre pueblos y la discriminación racial, nacional y otros. Enfrentándonos en el mismo terreno a quienes propician la destrucción de millones de seres mediante las guerras sólo para satisfacer sus planes de dominación mundial, nosotros consideramos un deber moral defender a toda costa la subsistencia del género humano.
Un rasgo distintivo característico y básico de nuestra concepción moral es la subordinación de los intereses personales a los intereses de la sociedad, a los intereses de las masas, de la Patria y de la humanidad. Combatimos, en consecuencia, toda forma de injusticia social y abogamos por la fraternidad entre los hombres basada en el esfuerzo común por forjar una sociedad totalmente libre de opresión y miseria.
Apreciando el contenido esencial de todos estos postulados, casi no hace falta desvirtuar otros prejuicios anticomunistas muy difundidos. No es por cierto, por ejemplo, que pretendamos abolirla institución de la familia o desconocer las mutuasobligaciones conyugales o la potestad de los padres sobre los hijos. Sólo luchamos porque el matrimonio sea un acto plenamente consciente y voluntario de ambas partes y no una transacción comercial, y, en cuanto a los hijos, no solo que garantizamos el deber de los padres sobre su subsistencia y bienestar, sino también al de los hijos y hasta de los nietos en la atención de sus progenitores cuando estos lo requieran.
No desconocemos ni combatimos la libertad de creencia y culto. Garantizamos, más bien el ejercicio de todos ellos, sin privilegiosy siempre que no sirvan para justificar el régimen de explotación humana. En iguales términos respetamos y cultivamos de manera cabal otros nobles sentimientos propios de la naturaleza humana, como son la solidaridad, el amor, la amistad y el sano esparcimiento.
Luego de haber delineado ante ustedes lo que podría llamarse nuestra carta de presentación ideo-política pasaremos a exponer, como equivalente a lo que el documento del CAEMdenominaEl Proyecto Nacional, la forma como concebimos la estructura social del país y el tipo de transformaciones estructurales y super estructurales que corresponderán a la sociedad socialista y Comunista que postulamos.
Un Proyectode tal naturaleza implica la modificación sustantiva del actual sistema socio-económico, es decir un proceso revolucionario con metas fundamentadas en un análisis científico –es decir marxista o materialista-dialectico- es la Realidad Nacional. Esta tarea, o la iniciación de ella, fue emprendida magistralmente, como todos sabemos por José Carlos Mariátegui en su obra ya clásica, “7 Ensayos”.El PCP ha tratado de continuar y profundizar dicho análisis, actualizándolo, a través de sus Congresos Nacionales, en particular el VII Congreso que fundamentó el Programa del Partido para la actual etapa.
Aunque, como es obvio la metodología que empleamos proveniente de nuestra propia concepción ideo política, es diferente a la elaborada por los especialistas del CAEM, nos esforzaremos por establecer hasta donde sea posible, un equivalente entre lo que el CAEMdenomina Objetivos Nacionalesy nosotros entendemos como Objetivos Estratégicos o Históricos.
Aunque con estos dos elementos de juicio: Proyecto Nacional – Transformaciones Básicas Objetivos Nacionales – Objetivos Estratégicos y tendiendo a fundamentar estas formulaciones pasaremos a sintetizar nuestro análisis de la Realidad Nacional, previa advertencia que éste análisis se encuentra más desarrollado y explicitado en un folleto que ponemos al alcance de ustedes.
Sostuvimos en la parte introductoria que nuestro país está dominado económicamente por el capital imperialista, que ello determina también, en gran medida, la dominación política y social hasta el punto de constituirse en la contradicción fundamental de la sociedad peruana. No creo pertinente ni posible diseñar aquí las raíces históricas de este proceso. José Carlos Mariátegui lo hizo, en forma sucinta pero magistral, en su “Esquema de la Evolución Económica” primer tema de los “7 ensayos”.
La dominación imperialista hegemonizada en un principio por el capitalismo inglés y a partir de la Primera Guerra Mundial, por el imperialismo norteamericano, como demuestra JCM, sólo fue modificada e interrumpida en apreciable medida entre fines de 1968 y comienzos del 74, proceso en el que cupo un honroso papel gobernante a la Fuerza Armada. Pero aun con eso, no se modificaronlas líneas generales de la estructura económica. El Perú siguió siendo un país de economía capitalista dependiente cuyo desarrollo es entrabado por el control que ejerce el capital extranjero y su aliado el gran capital nacional, sobre los sectores claves. Aunque subsisten fuertemente arraigadas relaciones de producción pre-capitalistas y hasta elementos de semi esclavitud, sobre todo en la región andina y en la selva amazónica, la formación económica predominante es capitalista, tanto porque la participación de las empresas de este tipo es mucho mayor que cualquier otro, como porque los trabajadores asalariados representan una proporción mayoritaria dentro del conjunto de la PEA. A lo que cabe agregar que, no obstante el peso muy considerable que aún representa la pequeña producciónen el cuadro de las fuerzas laborales, en las últimas décadas se ha operado un notable crecimiento capitalista de la industria manufacturera, la pesca, el transporte, el comercio, la construcción y la minería sin que deje de crecer también en la agricultura tanto a través de la introducción de métodos y procedimientos capitalistas en los latifundios y la comercialización capitalista de los productos agrícolas, como por la vía de la diferenciación de los campesinos dentro y fuera de las comunidades y empresas asociativas del campo. En este marco, el lento crecimientode la producción agropecuaria, que es inferior al de la población, paralelo a un más rápido crecimiento de la producción industrial, ha modificado relativamente la estructura productiva del país hasta el punto de que la industria produce más del 50% de los bienes materiales elaborados en nuestro territorio.
Cabe anotar, sin embargo, que este desarrolloindustrial no es resultante de un crecimiento interno o autónomo del sector capitalista nativo o nacional, sino más bien de una mayor penetración imperialista ya no solo en la explotación de materias primas (minerales, pesca industrial, azúcar y algodón), sino también en la industria de transformación subsidiaria, principalmente de ensamblados, a través de la cual las empresas transnacionales o imperialistas, al mismo tiempo que aseguran mejores posibilidades para acaparar el mercado interno, obtienen también materia prima a menor costo y mano de obra a mucho más barata. Y en tales condiciones este crecimiento industrial, no obstante haber tramontado una primera fase de sustitución de importaciones de bienes de consumo no duradero, conlleva tres deformaciones característicasdel capitalismo dependiente:
No cubre la necesidad básica de una producción nacional de bienes de producción (industria pesada y producción de maquinarias);
Está dirigida primordialmente no a cubrir las necesidades del consumo interno sino mas bien a obtener utilidadesde tipo capitalista-imperialista en el mercado externo.Sigue siendo una producción para afuera y la industrialización se concentra en la capital de la república y en unas pocas grandes ciudades con más de cien mil habitantes, manteniendoy acentuando así el desarrollo económico desigual característicode todo país dependiente y no desarrollado.
Circunstancia ésta última que, a pesar de haber cambiado la tradicional fisonomía rural del país, determina que el 70% de la población urbana reside en Lima Metropolitana y en otras pocas capitales. La industrializaciónimplementada de tal manera no ha disminuido pues el grado de nuestra dependencia, sino al contrario. Ahora no sólo tenemos que seguir importando maquinarias y equipos para la industria, como lo hacíamos antes sino que además debemos proporcionar mano de obra barata para producir aquí artículos de patente extranjera que las transnacionales nos venden siempre caro y debemos disponer además de divisas para importar las partes intermedias que ensamblan dichas empresas especialmente en la rama metal mecánica.
Destacando como un paréntesispositivo en este proceso las reformas emprendidas entre fines del 1968 y comienzos del 74, corresponde ahora aquilatar su alcance.
Una de estas Reformasy la más profunda fue indudablemente, la Reforma Agraria iniciada en 1969. Ella afectómuy hondamente la propiedad latifundista, y al establecer como causal de expropiación la explotación individual de la tierra, redujo también drásticamente, el sustento de las antiguas relaciones semi feudales de producción en el campo. Una característicapositiva de esta Reforma consistió igualmente en haber sustituido el predominio de la propiedad latifundista por el de la propiedad de las cooperativas agrarias de producción y otras formas asociativas tales como las denominadas SAIS. Nada de esto logró, sin embargo liberar a nuestra agricultura, total o parcialmente del engranaje capitalista y, en consecuencia, tampoco resolvió cabalmente el problema campesino, es decir el de la explotación humana de los pequeños campesinos y los campesinos sin tierras y el de las desigualdades económicas muy notables aun en las condiciones de vida de la población campesina.
Al haber conservado en el contexto globallas relaciones capitalistas sobre todo en el comercio interno, la Reforma Agraria no liberó en lo económico a los campesinos formalmente dueños de la tierra, puesto que no se les dotó de maquinaria, semillas, fungicidas, insecticidas y abonos, y, tantos estos elementoscomo la comercializaciónde los productos siguieron en manosde los capitalistas. Y aunque, en lo que atañe a la tierra se benefició una quinta parte de la población laboral en el campo, no se redujo sin embargo significativamente el paso de la pequeña producciónminifundista. Todo lo cual ha dejado puntos vulnerables propicios al proceso regresivo que ha iniciado en este terreno el gobierno actual (Fernando Belaúnde), a través de la llamada Ley de Promoción y Desarrollo Agrario.
Otra de las Reformas importantes operadas entre 1968 y 74 fue el proceso de nacionalizaciones y la constitución de empresasestatales en varias ramas fundamentales de la actividad económica. Comenzando en orden de importancia por la expropiación de la IPC, de la Cerro de Pasco Corporation y de la Marcona Minning, el sector de capitalismo de Estado constituido por el conjunto de empresas estatales y públicas formadas entonces, tiene un valor muy grande en la lucha por la liberación nacional. Pero la principal debilidad y defecto de estas reformas radicó en haber mantenido en dichas empresas las relaciones de producción capitalistas, al realizarse sin otras medidas complementarias en el terreno de la industria y el comercio, tampoco determinó cambios sustantivos en la naturaleza del poder político.
Algo similar cabe decir respecto al significado del sector de Propiedad social y de la Comunidad Laboral en las empresascapitalistas, creadas ambas en el mismo lapso y por el mismo gobiernomilitar de la llamada “PrimeraFase”. Todas estas Reformas encerraban y aún encierran posibilidades de transformación liberadora. Sin embargo, el logro de ella depende de la naturaleza del poder político. Al haberse restituido a partir del llamado gobierno de la “Segunda Fase” a plenitud el dominio del gran capital en ese terreno se produce consecuentemente la contra reforma en todos los aspectos.Cosa que habría ocurrido si los sectores populares hubiesen conquistado el poder político. En ese caso, las reformas mencionadas no solo se habrían consolidado sino que habrían constituido una solida base para la completa liberación nacional y para la marcha al socialismo.
Cabe subrayar que hoy la economíaperuana es no solo predominantemente capitalista y dependiente sino también dominada por el imperialismo y la oligarquía a través de grandes empresas que ejercen un control hegemónico sobre áreas decisivas de la economía nacional, tanto en lo que atañe a los sectores y ramas productoras de bienes de exportación como en lo que atañe a los más importantes grupos y ramas industriales y a la banca y el sistema financiero. Dominación de la economía por el gran capital que es la base permanente de su poderío político.
Como consecuencia de este estado de cosas se produce también un proceso de concentración de la producción y del capital en el terreno de las empresas mineras y petroleras no estatales paralela a la presión reprivatizadora y desestatizadora ejercida sobre el gobierno y a través de él, tanto en esta rama de la producción como en otras, así como en lo que atañe al comercio de importación, explotación y comercialización interna, en la bancay en servicios tan importantes como la electricidad, el transportey las comunicaciones. Todo lo cual hemos tratado de demostrar con cifras y datos en el documento aludido puesto en vuestras manos. En ese mismo documento demostramos, además, cómo la explotación monopolista ysojuzgadora se realiza por tres vías altamente perjudicialesal interés nacional: la del comercio no equivalente, la de las sobre utilidades de los monopolios, y la de los agobiantes intereses de la deuda externa. Demostramos, así mismo, que las crisis sufridas periódicamente por la economía nacional son también causantes por la dependenciay la dominación imperialista y que este estado de cosas determina una distribuciónregresiva y cada vez más desigual e injusta del ingreso, genera un crecimiento alarmante de la desocupación total y el subempleo, una centralización ya insoportable de la actividad económica en Lima metropolitana con desmedro de las provincias, mantienen y ahonda la naturaleza crónica de la crisis agraria, determina la migración masiva del campo a la ciudad provocando la crisis urbana, y como genera también un agravamiento de la crisis fiscal, dando lugar, por último a que, en el terreno económico, los llamados “ periodos normales”en los cualesla inflación , el desempleo, el estancamientosecular de la agricultura son ya considerables, son seguidos de manera cada vez más frecuente y prolongada por periodos de crisis económica en los que la inflacióny el desempleo alcanzan tasas sumamente elevadas y afectan a todos los sectores económicos de manera mucho más intensa que en los países imperialistas, epicentros de estas crisis.
Nuestra exposición sería incompleta si no vinculáramos al análisisde la realidad económica su correlato social.
Lo primero a señalar en ese aspecto es que la evolución experimentada en el terreno económico durante las tres últimas décadas, ha modificado sustancialmente la estructura social del país, destacando de una parte a la clase obrera como dirigente del movimiento popular, y de la otra a la gran burguesía industrial y financiera asociada con el imperialismo, como el sector hegemónico de las clases dominantes.
En efecto, refiriéndose solo al periodo de industrialización relativamente importante aunque dependiente que va de 1950 a 1974, la clase obrera y el conjunto de los asalariadoshan alcanzadouna proporción mayoritaria en la PEA, aumentando en 78%. En razón de este crecimiento, así como de la función que desempeño en los sectores claves de la economíay el alto nivelde organización alcanzada, el proletariado constituye hoy, objetivamente, la fuerza motriz más importante en el desarrollo de la sociedad peruana y en sus perspectivas de transformación revolucionaria.
Los campesinosconstituyen también una importantísima fuerza social y laboral, conformada mayoritariamente por sus sectores pobres y medios, conductoresde unidades no mayores de5 hectáreas. Esos sectores se agrupan en su mayor parte en seis mil comunidades agrarias. En el mismo periodo los trabajadores no asalariados del campo aumentaron en un 26%. Por sus condiciones de existencia y de trabajo, así como por el entroncamiento tradicional del problema campesino con el de las poblaciones autóctonas: quechuas, aymaras y otras, principalmente en los Andes y en la Selva, todo ello animado por una fuerte tradición de lucha reivindicativa y también por el grado de organización nacional alcanzado entre 1968 y 1975, el campesinado se encuentra más próximo a la clase obrera en la lucha por la liberación social y nacional.
Los trabajadores urbanos no asalariados, denominadas clases medias, constituyen del mismo modo un sector sumamente importante en la estructura social, sector que experimenta también un intenso proceso de radicalización determinado por sus bajos ingresos, en su mayor parte semejantes e inferiores a los de la clase obrera. Compuesta en considerable medida por las poblaciones marginales, por vendedores ambulantes por trabajadores de servicios públicos municipales y por el artesanado mas empobrecido, la lucha por susintereses específicos les lleva también a coincidir con las más caras aspiraciones de los obreros y campesinos.
Diferenciándose en cierta medida de esas capas, la llamada pequeña-burguesía que comprende a los propietarios de pequeños establecimientos industrialesy comerciales así como a los profesionales e intelectuales que se sostienen sobre todo con su propio trabajo, tiene una destacada influencia social y política.
Aunque su posición les lleva a oscilar entre el anhelo de convertirse en capitalistas y el peligro de proletarizarse, sienten sin embargo cada vez más negativamente los efectos de la dependencia, de la transnacionalizacióny de la concentracióncapitalista, induciéndoles a revelarse contra semejante situación.Esto explica que en el seno de la intelectualidad, proveniente en gran parte de las opciones profesionales de origen universitario o de la empleocracia pública y privada, crezcan las corrientes progresistas y los anhelos de transformación social antiimperialista y no capitalista.
En situación similar se encuentran los estudiantes universitarios o de institutos superiores, los que, aun sin formar parte de la PEA,constituyen una fuerza de trabajo en potencia y en proceso de calificación, por lo que también se ven obligados a luchar por una autentica democracia y por el socialismo, no obstante las corrientes confusionistas que se empeñan en deformar estas legitimas aspiraciones.
En el otro lado del cuadro social, la burguesía ha alcanzado ya, como hemos dicho, el papel más importante en el conjunto de las clases dominantes. Conviene señalar sin embargo que no forma un bloque homogéneo debido a que el proceso de concentración de capitales y su transnacionalización han reforzado de manera considerable el poderío económico y político de la gran burguesía asociada al capital extranjero y coparticipeen el control de grandes empresas correspondientes a sectores claves de nuestra economía. Este poderoso sector, conocido tradicionalmente comola oligarquía capitalista, detentado antes de 1968, en forma directa o indirecta, el poder político ha influido muy fuertemente en la orientación misma del Estado dependiente y ahora se encuentra en pleno proceso de recuperación de posiciones. Aunque la reforma agraria afectó seriamente al latifundismo, promoviendo en primer plano a los sectores industriales y financiero, tanto los terratenientes que se aprestan a reconquistar lo que perdieron como la nueva oligarquía, sustentan posiciones favorables a la dependencia y a la dominación imperialista.Pero, existe de otro lado, un sector de la burguesía, media y predominante nacional, que, sin haber adquirido suficiente fuerza como para defender consecuentemente sus intereses, es afectada, cada vez más por los efectos de la crisis económica y por la competenciadel capital transnacional y se ve obligada a resistir en determinadas circunstancias, aunque aun solo esporádicamente, a la ofensiva imperialista y oligárquica.
Reflejando en apreciable medida el proceso operado en el terreno económico y social se producen tambiénmodificaciones importantes en la actividad política a travésde los partidos.
No creo pertinente interiorizar aquí sobre el quehacer de cada uno de ellos. Solo cabe anotar que en ese campo se opera igualmente una polarización de fuerzas. A nuestro modo de ver, el partido que actualmente (1982)gobierna (AP) se aleja cada vez mas de los intereses nacionales y populares en un proceso de derechización y subordinación externaque lo ubican inevitablemente en el campo de la derecha reaccionaria, no obstante el respeto formal y aun positivo, que guarda el gobierno a determinadas garantías y derechos democráticos. En un extremo de este campo se encuentra el PPC.
El Partido aprista, en cambio, sin dejar de ser un partido de centro, extraño a la lucha por el socialismo y a una consecuente posición antiimperialista, tiende, sin embargo, a resistir la ofensiva transnacionalizadora y, en el terreno de la política económica se aproxima a posiciones más coincidentes con los intereses populares. Todo ello sin desconocer la pugna de tendencias y también de personalidades dirigentes que aun afectan su unidad.
En el campo popular se encuentran los partidos de izquierda, la mayoría de los cuales integra IU. Pese a que esta alianza todavía no se ha consolidado en el aspecto ideológico y que por eso mismo, avanza con suma lentitud, en la conformación de un solo programa de gobierno – avance en el que no faltan las pugnas secundarias y las tendencias hegemonistas – el hecho de que se hayan concertado por primera vez y hayan obtenido así una relativa victoria electoral a nivel municipal, reflejan en gran medida el sentido en que se orienta las masas popularesde nuestro país, así como la elevación de su conciencia política y de su capacidad movilizadora. Expresa de otra parte el hecho muy significativo de que la izquierda orientada al socialismo avanza a proyectarse concretamente como una alternativa factible de poder político.
Partiendo de nuestra concepción del Estado y del Gobierno, expuestos al comienzo, se desprende también nuestro criterio sobre la naturaleza del actual Estado peruano y sobre todo de su gobierno, no obstante el contenido contradictorio de la Carta Constitucional que ahora nos rige (la de 1979) en la que consignan postulados de naturaleza progresista y avanzada en lo que atañe a los deberes y derechos ciudadanos, al mismo tiempo que postulados regresivos en lo que se refiere al régimen económico y otros. La tendencia del actual gobierno, como órgano de dirección del Estado, se caracteriza por utilizar y exagerar, incluso, los alcances de estos últimos aspectos, prescindiendo o modificando en la práctica, negativamente, los primeros. No podemos negar entonces que abogamos por modificar sustantivamente la naturaleza de este Estado y de su gobierno en concordancia con los objetivos realmente patrióticos y democráticos que inspiran nuestra orientación ideológica y política.
De conformidad con lo señalado nuestro Proyecto Nacional que tiene como meta la sociedad socialista en el Perú, comprende en una primera etapa objetivos de naturaleza esencialmente antiimperialista y anti oligárquicos y de contenido realmente democrático (democracia real o popular), considerando en su implementación las peculiaridades de nuestro país y de la sociedad peruana.
Propendiendo a garantizar con el socialismo la independencia nacional, el mejoramiento sustantivo de las condiciones de vida de toda la sociedad y una democracia autentica, en esta primera etapa tratamos de avanzar hacia los tres objetivos a través de un Estado democrático y popular que aplique el siguiente Programa de Gobierno.
Eliminación de la dependencia económica y del subdesarrollo mediante la nacionalización de las empresas y recursos claves de la economía nacional.
Complementación y perfeccionamiento de la Reforma Agraria tendiente a hacer efectivo el principio de la tierra al que la trabaja y el propósito de estimular fundamentalmente la producción alimenticia y de materias primas destinadas a satisfacer las necesidades del consumo interno;
Descentralización económica, política y administrativa, con participación de las organizaciones populares en la gestión económica, social, cultural y político;
Plena vigencia de las libertades democráticas y del respeto a los derechos humanos, haciendo efectiva la igualdad ante la ley;
Elección democráticade todos los órganos del poder nacional, regional y municipal , garantizando el derecho electoral a todos los peruanos mayores de edad, sin exclusión alguna;
Respeto al pluralismo político, garantizando la participación de todos los partidos en la vida nacional;
Defensa consecuente de los intereses de los trabajadores y de la mayoría de la población necesitada, atendiendo y resolviendo sus legítimas demandas, garantizando plenamente sus conquistas y respetando y apoyando de manera cabal sus organizaciones de masas;
Afirmación y desarrollo de la conciencia nacional, respetando las particularidades específicas de orden cultural de las diversas etnias y plena igualdad de sus derechos;
Afirmación y fortalecimiento de la soberanía nacional, garantizando tanto la integridad territorial como la propiedad estatal de los recursos económicos fundamentales y su explotación en beneficio del bienestar general y la defensa nacional;
Relaciones internacionales pluralistas, de beneficio mutuo, de igual trato y de respeto irrestricto a la soberanía, tanto en el terreno económico como en el cultural y el político, incluyendo la asimilaciónde la tecnología moderna y la complementación independiente de nuestra estructura productiva;
Defensa y mutuo respeto al principio de la independencia nacional, de la auto-determinación y de la igualdad entre los Estados; así como desarrollo de una activa política de coexistencia pacífica entre países con diferentes regímenes sociales y de solidaridad con todos los pueblos que luchan por su liberación nacional;
Integración económica de los países latinoamericanos y cultivo de vínculos de solidaridad entre ellos, tendientes a impulsar su desarrollo económico social y político, libre de la dominación imperialista.
Cabe agregar en lo que atañe al punto referido a la Defensa nacional, nuestro concepto sobre el papelde la Fuerza Armada como institución destinada a garantizar la soberanía nacional, comprendiendo en esta categoría tanto la integridad territorial en lo que atañe a las fronteras establecidas, como la soberanía en cuanto a posesión estatal intangible de los recursos y riquezas llamadas a impulsar el progreso nacional y el bienestar social.
El proyecto de gobierno que hemos trazado para la etapa democrática, antiimperialista y anti oligárquica, correspondiente a mediano plazo, ha sido diseñado a grandes rasgos en nuestro Proyecto Nacional equivalente a los objetivos estratégicosdel Estado democrático-popular. Dicho proyecto se ciñe pues al Programa de Gobierno aprobado en el VII Congreso Nacional de nuestro partido, cuyo texto integral ponemos ahora mismo a disposición de ustedes.
Dicho programa es válido para toda una etapa. No se refiere por tanto solo a un periodo cronológico definido. Su aplicación supone previamente, de otra parte, el arribo al poder de las fuerzas sociales y políticas interesadas en una sustantiva transformaciónestructural. Sin embargo algunos de estos planteamientos programáticosconstituyen también banderas de lucha en la cual coyuntura considerando que son alternativas viables para la superación de la actual crisis económico-social. De allí que tales formulaciones políticas se enmarquen en el Proyecto de Gobierno, sirviendo a la vez en sus aspectos más concretos, como plataforma de acción inmediata.
No es posible que en una sola conferencia y luego del tiempo ya empleado, desarrollemos en su integridad nuestro programao proyecto de gobierno. Reiterando el propósito de darlo a conocer en su texto impreso y de ponerme a disposición de ustedes para responder en cualquier otra oportunidad a las observaciones que ese texto les merezca, me limitare ahora a señalar que él ha sido publicado conjuntamente al análisis de la realidad nacional que le sustenta, añadiendo que comprende trespartes, las que se subdividen en varios capítulos de un desarrollo sistemático.
Aparte de este programa, nuestro partido ha elaborado una plataforma transitoria de gobierno, como alternativa viable a la política del actual régimen y referido sobre todo al carácter de este gobierno,, a la magnitud de la crisis económica y de sus negativas consecuencias, así como a las medidas implementadas para hacerle frente. Esa plataformatiene en cuentas las peculiaridades de la política gubernamental, sus contradicciones en relación a las reformas iniciadas entre 1968 y 1975, y a la situación internacional y su incidencia sobre nuestro país así como en ámbito continental. Postula este Programa o Plataforma Transitoria un conjunto de medidas económicas, sociales, laborales y políticas e internacionales, las cuales pueden encontrarse formuladas en la parte final del Informe Político aprobado en el VIII Congreso Nacional Extraordinario del PCP, documento que también ponemos en vuestras manos.
Con estas palabras y consciente de que queda aún mucho por explicar, termino mi exposición, agradeciendo muy sinceramente el interés que le han prestado ustedes, señoras y señores , que tan paciente y gentilmente me han acompañado y escuchado.
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[1] Institución fue creada por Ley Orgánica del Ejército del 14 de julio de 1950, cuando era presidente de la República, el Gen. Manuel Odría. Originalmente se denominó Centro de Altos Estudios del Ejército (CAEE), para luego, en 1954, cambiarse al de Centro de Altos Estudios Militares (CAEM) y finalmente, en 1997, al de Centro de Altos Estudios Nacionales (CAEN). En 1982, siguiendo la práctica, iniciada bajo el gobierno militar del Gen. Juan Velasco Alvarado (1968-1975), de recibir como expositores a representeantes de variadas tendencias para tener las fuentes directas de los principios doctrinarios de las diversas organizaciones políticas existentes en el país, el CAEM invito al entonces Senador, y Secretario General del Partido Comunista Peruano, Jorge del Prado a dar una charla.