Pronunciado: El 8 de septiembre de 1973.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 10 de
febrero de 2016.
Jacques Ségui: ¿Cuáles son, según usted, señor Presidente, los problemas más graves de Chile?
Salvador Allende: Hay dos problemas esenciales: la oposición política y las dificultades económicas. En cuanto a la situación política, hay que distinguir dos formas de oposición: una oposición constitucional, y una oposición que conspira, y que hoy toma un cariz deliberadamente fascista.
Jacques Ségui: ¿Usted cree que tiene suerte señor Presidente?
Salvador Allende: No, usted está simplificando el problema. No se trata de suerte, sino de una cierta habilidad para gobernar, pero, sobre todo, una convicción absoluta y una fe irrevocable en el pueblo.
Jacques Ségui: ¿De qué se siente más orgulloso? ¿Cree poder conducir el país hacia el socialismo?
Salvador Allende: Tengo la gran satisfacción de haber sido leal a los deseos. Y, sobre todo, al programa que se fijó el pueblo, y de haber recibido, de su parte, muchas pruebas de apoyo y lealtad.
Jacques Ségui: ¿Han mejorado sus relaciones con los Estados Unidos?
Salvador Allende: Mi intención ha sido mantener relaciones normales con Estados Unidos, pero, incluso habiendo entendido este deseo, para nosotros, los Estados Unidos forman parte de las potencias que han querido inmiscuirse en nuestros asuntos internos, jugando un rol negativo. De partida, podemos constatar que el senado de Estados Unidos, acaba de poner en evidencia el rol de la CIA y su intervención en otros países.
Jacques Ségui: ¿Renunciaría al poder, si con ello pudiera evitar una guerra civil?
Salvador Allende: ¡Indiscutiblemente! Yo creo que no hay un sólo hombre que pudiera dejar de renunciar, si con ello evitaba una catástrofe a su Patria; por sobre los hechos personales, las posiciones políticas, está, indiscutiblemente, el pueblo y el país.
Jacques Ségui: ¿Cuál es el lugar de Salvador Allende en la historia de Chile y el mundo?
Salvador Allende: No, no podría responderle, los historiadores lo harán por mí.