Pronunciado: El 14 de octubre de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 4 de
febrero de 2016.
En primer lugar quiero darles una excusa, ustedes comprenden que había circunstancias bastante serias, que me impidieron conversar con ustedes ayer. Y hoy día, había pensado que podríamos hacerlo en Tomás Moro, Pero, oportunamente les hice avisar para que no fueran allá. Y vine acá porque tuve que salir a ver algunas cosas, a horas más tempranas de las que yo me imaginaba.
Tengo entendido que alguno de ustedes me planteará el problema a nombre del resto de los compañeros. Les pido que sean concisos. Yo tengo reunido ahí al Gabinete, parcialmente, y a algunos funcionarios en torno a los problemas del paro, por eso no podré conversar largamente con ustedes, pero sí, los minutos suficientes para precisar las cosas.
Ofrezco la palabra al compañero.
Obrero: (pregunta acerca de la Papelera) (Es una pregunta que no pudo ser grabada correctamente)
Queridos compañeros, yo creo que no vamos a avanzar mucho si acaso entramos a analizar el detalle.
Yo creo que lo que les interesa a ustedes, es oír mi punto de vista general.
Enseguida, referirme al por qué se ha alzado el 93% no un 112% como pedía la empresa.
Yo quiero decirles a ustedes compañeros, que jamás ha sido el propósito del Gobierno llevar a la quiebra a la Papelera o lisa y llanamente apropiarnos de la Papelera.
En primer lugar, porque si nosotros ‐y es nuestra política‐ nosotros queremos nacionalizar algunos monopolios, lo lógico es contar con la comprensión y el apoyo de los obreros, fundamentalmente, de esos monopolios, también de los técnicos y los profesionales que trabajan en ellos. Pero, fundamentalmente, nos interesa saber qué piensan los trabajadores porque dar una lucha contra los trabajadores, contra los técnicos, contra los profesionales de una empresa, es absurdo. No se puede hacer marchar una empresa contra la voluntad de los trabajadores.
Ahora, no es fácil, tampoco es muy difícil que los trabajadores tengan conciencia cabal de lo que significa una política, como la que estamos haciendo en el país.
La verdad, compañeros, es que en vastos sectores no hay una comprensión de lo que este proceso representa. Este es un proceso revolucionario. Yo estoy aquí para hacer un programa que es revolucionario, pero dentro del pluralismo, de la democracia y de la libertad.
Y, sin embargo, todos los días sé sostiene intencionadamente de que aquí no hay democracia, pluralismo y libertad.
¡Cómo será la libertad en este país, compañeros, que reunida la SIP no se ha atrevido a decir que no hay libertad de prensa aquí! El único problema es la Papelera. Y yo conversé con ellos.
Fíjense ustedes, que la SIP ‐y ustedes saben muy bien lo que es la SIP‐ no se atreve a decir que en este país no hay libertad de prensa ¡porque ya sería el colmo!
¿No hay democracia? Este hecho de que estamos juntos demuestra que esta es una auténtica democracia. Nunca he dejado de recibir a ningún trabajador, aunque no piensen como nosotros. Me interesa mucho más recibir a los chilenos que no piensan como nosotros. Y ojalá tuviera tiempo para estar dos horas conversando o discutiendo con ustedes.
Porque estoy seguro que muchos tendrían un criterio distinto si apreciaran los antecedentes que a veces les falta.
Y yo pongo por ejemplo, compañeros, el caso de la Papelera: en este país hay más convulsión por la Papelera que por lo que pasa internacionalmente con el cobre. En este país se ha reaccionado menos que lo que se ha reaccionado en otros países. Lo que han hecho los obreros franceses en el puerto de Le Havre, a favor nuestro. Es la demostración más evidente de lo que yo les estoy diciendo. Eso es lo que representa una solidaridad internacional de la clase obrera. Y, además, el hecho en sí mismo del embargo, no de un millón 300 mil dólares, el principio de un embargo que significa, compañeros, cerrar las posibilidades absolutas de créditos de Chile, no promueva, no crea una conciencia, ni se expresa en una opinión nacional generalizada.
El comercio cierra hace 20 días, o hace un mes, porque se dijo que había muerto, asesinado por Carabineros, un comerciante en Magallanes. Un hombre a quien yo conocía, que tenía una hemiplejía, o sea, que había tenido accidentes vasculares, dos infartos, y que murió de un infarto. Y a pesar de que la autopsia la hizo el médico legista que concurrió ‐lo que no debiera haber aceptado jamás un médico‐ concurrieron médicos políticos a ver la autopsia y el funcionario o médico legista no aceptó, porque el trabajo de profesional no puede estar sometido al control de médicos políticos.
Fueron siete médicos y se llegó a la conclusión de que había muerto de un infarto; y punto. Sin embargo, se paró el comercio de Santiago y de todo Chile.
Pero, no se para el comercio cuando 100 mil obreros se reúnen aquí o trabajadores y empleados para expresar su protesta por lo que ocurre en Francia contra el cobre, no; se para el comercio y se vuelve a parar para defender un señor Villarín que está creando políticamente una situación de caos en este país. Y que la justicia, que no siempre acoge a nuestras querellas lo acaba de declarar reo. Tan clara es la actitud del señor Villarín; pero el señor Villarín también plantea en sus puntos de vista, la Papelera. No plantea lo de la Kennecott, plantea la Papelera, con una política nacional, claro, que…
Bueno, compañeros, terminemos con esto.
Yo no voy a quebrar la Papelera, ni yo me voy a apropiar de la Papelera.
Si yo y el Gobierno hubiéramos tenido un propósito torcido, la Papelera en este momento estaría liquidada.
Pero, sería un error, desde el punto de vista industrial, y desde el punto de vista político sería una estupidez mayor. Yo creo que a mi edad no me puedo permitir hacer estupideces y mucho menos cometer un atentado contra el país, en un factor económico importante.
Así es que ustedes pueden tener la seguridad de que van a seguir trabajando, y que la Papelera va a tener de acuerdo con los estudios que hagan nuestros técnicos, los reajustes de precios que estimemos convenientes y necesarios, tal como ocurrió en todos los gobiernos. Los gobiernos solicitaron demanda de fijación de precios y los gobiernos resolvieron. Nosotros resolveremos con el criterio nuestro, oyendo los antecedentes que tiene que entregar la empresa, y con mayor razón que pueden entregar ustedes, compañeros.
Pero, también tienen que pensar ustedes que este país, administrativamente, es tan malo que no tiene un Instituto de Costos por ejemplo, entonces nos encontramos con que en DIRINCO no hay un Instituto de Costos del Estado.
Nosotros hemos tenido que recurrir en el caso concreto de la Papelera y en presencia de Jorge Alessandri, se lo dijimos, hace tres meses, a técnicos de la Universidad de Chile y de la CORFO, y en presencia de Jorge Alessandri, cuando discutimos eso. (Les advierto que yo soy un amigo personal de Jorge Alessandri, por eso no hablo de don Jorge, hablo de Jorge Alessandri, porque tengo derecho a hacerlo).
Y conste que hemos conversado con Jorge Alessandri hace mucho tiempo, y hemos conversado con el respeto que se le debe a un hombre que ha sido Presidente de la República y que además dirigido una empresa que es la más importante de este país.
Pero ustedes tienen que entender, que si nosotros hemos dicho en un Programa que queremos nacionalizar los monopolios no podemos excluir el monopolio papelero ¿verdad? Y luchamos por eso, luchamos por un camino absolutamente legal. Y no vamos a utilizar el camino de los precios para quebrar la Papelera. Yo creo que eso les interesa a ustedes, y que esto es rotundo y categórico.
No vamos a usar el camino de decirle a los compañeros que trabajan en los predios madereros, que dan la materia prima: “¡párense, y se acaba la Papelera!” No señor, tenemos fuerza para hacerlo, pero no lo vamos a hacer. Nosotros queremos que se entienda que la Papelera debe ser el gran núcleo aglutinante del gran complejo nacional de la pulpa, la madera y el papel.
En este país, no ha habido nunca una política nacional sobre la madera. Ustedes, obreros papeleros, tienen la obligación de saber cómo viven los compañeros trabajadores de los aserraderos. Cómo viven los compañeros en la zona fronteriza.
Yo estuve la semana pasada en Neltume; ustedes deben tener conciencia que ahí, por ejemplo, cuando esto estaba en manos de patrones particulares, había un trabajo estacional para los trabajadores; trabajaban tres, cuatro meses al año y con lo que ganaban tres cuatro meses al año tenían que vivir el año entero. Sin posta médica, aislados durante ocho meses de la ciudad más próxima. Sin posibilidad ninguna, no hay un local, sin casas, viviendo en “rucos”, prácticamente.
Sin un lugar para reunirse. Sin un amplificador para oír música. Sin una radio central para el pueblo. ¡Para qué hablar de televisión! Sin un teatro; hay gente que nunca ha visto una película. Y Neltume está a la altura de Curacautín.
Entonces, compañeros, nosotros hemos mirado todo el proceso de la madera en Chile, porque este país, no puede seguir viviendo de la exportación de cobre. Y la exportación de pulpa, madera y papel, puede darle a este país, 300, 350 millones de dólares de ingreso. No será ni a dos años ni a tres años. Pero, que debe empezar ahora con las inversiones y nosotros queremos hacer en la zona de Neltume una planta para celulosa. Entonces, cuando nosotros queremos que la Papelera forme parte de este complejo no estamos pensando, compañeros, en ir contra los accionistas de la Papelera, ni mucho menos contra los trabajadores, estamos pensando que esa organización es muy importante para poder crear esta otra organización que es una cosa con un criterio distinto, frente a una empresa privada, que tiene por esencia ganar, queremos una empresa que sea el motor de un gran proceso.
¿Por qué la Papelera no propició esa política? Porque no la ha podido propiciar pues compañeros, porque es una empresa privada y nosotros hemos tenido que invertir en Neltume en el complejo maderero en general, y, después vamos a tener que invertir muchos miles de millones. Porque, además, hay que reforestar, porque hay que llevar un médico, porque hay que llevar maestro, porque hay que darle a la gente condiciones mínimas de vida, compañeros.
Piensen ustedes que hacen las compañeras de los obreros de los aserraderos, cuando 8 meses al año no pueden bajar a Temuco. ¡Fíjense ustedes compañeros, fíjense ustedes en la gran demanda de las compañeras; una máquina de tejer, una máquina, era la demanda de las compañeras! Les mandé cuatro. También, es primera vez en la Historia de Chile que va un Presidente a esa parte.
Pero, fíjense en los problemas que se crean. Hemos creado este complejo maderero, pero resulta compañeros que los compañeros mapuches reclaman hectáreas y hay una contraposición entre obreros madereros y mapuches, y hay que nombrar un gran tribunal, etc.
Entonces, no le quiero sacar el cuerpo, quiero que entiendan compañeros, que para nosotros el problema de la Papelera no sea el problema de los accionistas.
(Pregunta un obrero)
Presidente: Por eso, les digo, no es el problema ese y por lo tanto ustedes pueden tener la seguridad que mientras yo sea Presidente, nunca utilizaremos el resorte de los precios para quebrar la Papelera.
(Pregunta un obrero)
Presidente: A ver, díganme ustedes los problemas que se plantean. Perdonen, pero aquí vienen a informarme: dos supermercados asaltados; ¡claro! el comercio cierra ilegalmente, promueve dificultades, la población no tiene qué comer: asaltan los supermercados. ¿Quiénes los asaltan? Son los partidos de la Unidad Popular, no porque yo lo he dicho hasta el cansancio, por radio, que no lo hagan, pero es la gente. Imagínense que todo esto se generalice, compañeros, imagínense que esto se generalice. Entonces, ustedes tienen que mirar el problema de la Papelera, en el conjunto de los problemas que está viviendo este país, compañeros. ¡Ustedes son trabajadores!
(Pregunta un obrero)
Presidente: Esa la estoy dando yo, muy claro.
(Obrero interrumpe)
Presidente: No, yo voy a hacer le proporcionen en DIRINCO todos los antecedentes en que se han basado para fijar un alza de precios de un 93%.
(Obrero interrumpe)
Presidente: Yo le daba una explicación al compañero. DIRINCO es un mal servicio. Recibimos un pésimo servicio. Ha mejorado algo, pero todavía es un mal servicio, razones: en DIRINCO faltan, por lo menos, 500 u 800 funcionarios más para que DIRINCO actúe como debe actuar.
Necesita técnicamente, compañeros, mejorar. Por ejemplo, ¿qué puede hacer DIRINCO en la provincia de Colchagua? ¿Saben Uds. cuántos funcionarios tiene DIRINCO en Colchagua? Dos, en la provincia.
¿Saben Uds. que el Director de DIRINCO no tenía automóvil el Jefe provincial de DIRINCO no tenía una camioneta?
¿Saben Uds. que en provincia no hay ningún funcionario de DIRINCO que tenga un medio de locomoción? ¿Qué precios va a controlar? ¿Qué va a hacer ese pobre funcionario en Colchagua o en Iquique, compañeros, donde hay un solo funcionario de DIRINCO? Yo por eso les digo que hay que conocer los problemas.
DIRINCO ha hecho un esfuerzo extraordinario, y ha mejorado bastante, para fijar todos los precios que se necesitan, porque son cientos, son miles de precios.
En un país compañeros, en que no ha habido un presupuesto de divisas, en que la Empresa Papelera dice, por ejemplo; “nosotros necesitamos comprar tales cosas”, nosotros tenemos que saber ¿por qué esto, para qué es esto y a qué precio esto? Comprado en el extranjero.
Porque tenemos que darle los dólares ¿Por qué, compañeros? Porque nosotros hemos comprobado, por ejemplo, que en algunos laboratorios químico‐farmacéuticos, piden ‐voy a poner ejemplos para que lo entendamos‐ 10 dólares para comprar un kilogramo de aspirinas, y resulta que el kilogramo de aspirinas vale dos dólares y otro laboratorio pide 20 dólares para comprar el mismo kilogramo de aspirinas, y un kilogramo de aspirinas vale dos dólares.
Algunos de ustedes, habrá tomado, o habrá oído lo que se llama Valium ¿no?; bueno el Valium, la droga Valium, el kilogramo vale 375 dólares ¿Saben ustedes, que siete laboratorios han pedido comprar el Valium y el precio que según ellos es el del Valium va desde 6 mil dólares el kilogramo, al más bajo que es 1800 dólares el kilogramo, cuando el precio, nosotros sabemos que es 375 dólares?
¿Qué significa eso? que dejan dólares afuera, compañeros ¿verdad? que después los traen y los venden en la bolsa negra.
Entonces ellos no ganan en su negocio de vender productos químico‐farmacéuticos. Lo que hacen en el negocio es especular con la moneda. Esto no lo hace la Papelera, claro que no lo hace, porque es una empresa distinta, es una de las empresas más importantes del país, pero, esta empresa para adquirir créditos necesita el aval del Estado. Entonces, el Estado tiene que imponerse estrictamente y a fondo: cómo marcha esa empresa y cuáles son los niveles técnicos, porque el Estado ha ayudado muchas veces a la Papelera ¡pero muchas veces! Ha ayudado a los particulares. Entonces uno se pregunta ¿y por qué no se ayuda, mejor, a una empresa del Estado? ¿Por qué la Papelera no puede ser una empresa mixta, si queremos impulsar un gran desarrollo de la empresa, la celulosa y el papel? ¿Por qué ustedes van a pensar primero que se van a perjudicar, y en segundo lugar aunque se perjudicaran? ¿Por qué el problema de ustedes personal, va a primar sobre el problema nacional? ¿Acaso yo no he usado este mismo lenguaje con los trabajadores del cobre? Yo me he enojado muchas veces, públicamente, con mis compañeros de Chuquicamata. Por primera vez en la historia de Chile un Presidente está 5 horas discutiendo con los trabajadores de Chuquicamata un Pliego de Peticiones y fui a convencerlos, compañeros, que no presentaran un Pliego típicamente economicista, y les di algunas fórmulas y les puse ejemplos, escribí en una pizarra, hice cálculos, que iban a sacar más, de acuerdo con mis fórmulas en relación, claro, a la producción.
Prefirieron el otro, el pliego tradicional, compañeros, alrededor del 50% de reajuste. Epílogo: subir los precios de la Papelera, 60% de reajuste; epílogo: subir más el precio de la Papelera.
Y en el caso del cobre igual, con una diferencia, que por último aquí le podemos dar el precio que queramos a la Papelera, para arriba hasta donde lleguemos; el precio del cobre no pues compañeros porque lo fija el mercado internacional.
Entonces, si los compañeros quieren en lugar de un 20% un 30% de reajuste, quieren compañeros ¿no? un 200% de reajuste, llega un momento en que los costos internos de producción están más altos que el precio internacional del cobre. Entonces, los compañeros obreros, que lo entienden todo, tienen que preocuparse también de los problemas generales del país, y entender por ejemplo, la inflación. ¿Ustedes creen que por gusto nosotros vamos a aceptar la inflación? No, tiene causas externas e internas. Entre las causas externas está el cobre. ¿Por qué? Porque la única entrada que tiene este país para tener dólares, es el cobre, y un poquito ustedes, la Papelera, muy poco, la Papelera, también exporta, dos o tres industrias.
Pero el 75% de los ingresos de divisas es el cobre.
Y resulta, compañeros, que en el Gobierno del señor Frei, el cobre valía 59 centavos la libra en el año 1970, y nosotros no alcanzamos un promedio de 49 centavos la libra. Hemos dejado de percibir 175 millones de dólares menos el año 1971 y este año produciendo más cobre vamos a obtener menos entrada en el precio internacional del cobre.
¿Y quién fija el precio internacional del cobre? El mercado del cobre.
¿Y quién maneja el mercado del cobre? Estados Unidos.
¿Por qué? Porque si Estados Unidos tira 100 mil toneladas, 50 mil toneladas de sus reservas estratégicas, baja el precio del cobre.
Entonces, estos son los problemas que no pueden dejar de entender los obreros.
Ahora, este es un Gobierno de ustedes, compañeros, aunque no piensen como nosotros, porque, por último ustedes tienen que tener un sentido de clase. Ustedes no sólo no son accionistas de la Papelera. Ustedes son obreros, son trabajadores, la mayoría. Los técnicos, muchos técnicos creen que porque son técnicos, no son explotados; se equivocan, son explotados como los obreros. Yo soy también un profesional, compañeros, con la diferencia que soy un Presidente, y he sido el único Presidente y el único político, que siendo un técnico, he hecho vida política y gremial. El señor Frei no fue nunca Presidente del Colegio de Abogados, ni el señor Alessandri fue Presidente del Colegio de Ingenieros. Yo fui cinco años Presidente del Colegio Médico. No porque era socialista sino porque sé Medicina Social y he dado las grandes luchas gremiales de este país.
Entonces, compañeros, yo les planteo a Uds. cosas muy concretas, porque el tiempo avanza, quiero oírlos a ustedes, pero también quiero que sepan lo siguiente.
Primeros que es lo que le interesa a Uds., este Gobierno no va a quebrar la Papelera ¿Estamos de acuerdo? ¿Está claro, no?
Segundos este Gobierno no va a buscar caminos torcidos para apropiarse de la Papelera ¿Está claro?
Nosotros seguiremos luchando para crear conciencia de que la Papelera debe formar parte de un gran consorcio.
¿Cuándo? Cuando cambien las circunstancias, cuando Uds. mismos se convenzan, cuando haya un clima distinto que será difícil de alcanzar en el caso de la Papelera, porque se ha hecho un problema político de la Papelera.
¿Cuál es el problema político? Que nosotros queremos controlar la Papelera para que no haya papel para las imprentas.
No señor, hemos presentado un Proyecto de Ley para que el papel sea distribuido por el Colegio de Periodistas y las Empresas. Y no ha sido aceptada. Tercero: cuando discutíamos, y lo discutimos, inclusive, con el señor Alessandri, cuando discutíamos que la Papelera podía ser una empresa mixta. En un momento determinado se nos ofreció a nosotros el 33% de las acciones de la Papelera. No el señor Alessandri, pero se nos ofrecieron, no quisimos eso nosotros porque era ir a contrapelo. Nosotros pudimos haber comprado acciones en la Papelera, en la bolsa, subrepticiamente, y allí en lugar de tener el 10% que tenemos, podríamos tener el 40%. No lo hemos hecho, porque hay un problema político, que no queremos soslayar ¿verdad?
Entonces, compañeros, no se trata de eso; la gente de este país está equivocada, no se trata que nosotros queremos la Papelera para no darle papel a “El Mercurio”, para cerrar “El Mercurio”, compañeros, tenemos otros caminos, pero, también, sería un error político, por eso no lo cierro, lo cual no impide que diga que “El Mercurio” es el centro de la sedición, basta leer “La Segunda”. Sin embargo, no lo hemos hecho, lo que prueba hasta dónde llega la libertad en este país.
En el caso concreto de ustedes, reclamen el derecho de estar informados ustedes, reclamen participación en el directorio de la Papelera, para que conozcan el manejo interno de la Papelera. Midan las diferencias de salarios y sueldos que hay en la Papelera. Vean cuánto ganan algunos directivos de la Papelera, y vean los promedios que ganan ustedes obreros.
Vean que gastos son extra‐Papelera, dedicados a otro tipo de propaganda. Para eso reclamen participación ustedes en el directorio.
Presidente: ¿Qué cosa hace Ud. compañero? ¿Qué cosa es Ud.?
Trabajador: Soy técnico, contador.
Presidente: Técnico contador, gracias.
(Habla un trabajador)
Claro, lamentablemente, compañero de la…que… (Una voz habla desde la distancia; no se le entiende) lo que voy a leer y lo voy a hacer estudiar.
(Interviene la voz)
Pero, ustedes tienen que también, compañeros, entender o darse cuenta de que el problema de la Papelera se ha convertido en un problema político.
Qué bueno habría sido que en un momento determinado los trabajadores de la Papelera hubieran dicho: “Señores, nosotros defendemos nuestras fuentes de trabajo, por esta, estas otras razones. No tenemos nada que ver en el problema político de la Papelera”, Pero, aparecen muchas veces los trabajadores participando a través de uno o dos de sus hombres en problemas esencialmente políticos.
Y, nosotros, yo por lo menos, no quiero tomar el problema de la Papelera como un problema político.
Compañeros, en un país en que se nacionalizan los bancos ‐¡compañeros!‐ ustedes comprenden perfectamente bien que con mayor razón se puede nacionalizar una empresa.
Nosotros hemos nacionalizado todos los bancos ¡todos los bancos! Y eso sí que es fuerte para una clase social que siempre tuvo el crédito y el poder del dinero para mantenerse como clase.
Y eso lo hemos hecho.
Y, sin embargo, no he querido yo proceder políticamente con la Papelera; ni lo voy a hacer. Lo cual tampoco significa que yo esté dispuesto a aceptar todo lo que los directivos de la Papelera quieran, desde el punto de vista de precios.
Yo tengo que hacer estudiar muy seriamente, por los funcionarios, la realidad de la Papelera.
Ahora, si se han cometido errores, compañeros, yo personalmente haré que la gente que fijó los precios me explique en qué se basó y lo haré una vez que tenga a mi lado un par de asesores, porque usted comprende‐, yo no soy contador, el compañero sabe más que yo estos problemas, ¡es lógico! y además yo tengo la honradez de decirlo, claro que sí, en un concepto general, pero no conozco el detalle, para darse cuenta lo qué es la Papelera desde el punto de vista económico‐financiero. Hay que meterse a estudiarla, y esto será por lo menos un problema de dos meses. Pero eso no es el caso actual.
El caso mío era el siguiente; Ustedes me entregan un estudio, yo lo recibo, lo voy a estudiar personalmente, lo voy a leer, voy a hacerme asesorar por alguna gente, voy a pedirle al jefe de DIRINCO que me dé las razones, por qué alzó a 93 y no 112 y les diré a ustedes “Miren, compañeros, de este estudio, yo deduzco que ustedes tienen la razón en esto o no la tienen, o la tienen a medias o la tienen en todo”.
Y voy a hablar con ustedes con la misma claridad que estoy hablando ahora. Y esto no va a hacer de aquí al próximo año; tiene que ser ‐digamos‐ de un plazo breve, serán 15 días, pero ya tienen un punto de partida. Si ese punto de partida no les satisface a ustedes o está bien lo podemos ver. Pero, llegan a un punto de partida, se ha elevado su pedido a 112 la dirección de la Papelera, se ha elevado a 93.
Bueno, le daremos qué razones justificaría el que se elevara un 93 más o se mantuviera en 93.
Este es el problema.
Además, compañeros, quiero decirles a ustedes que también se ha buscado para alzar esto algunos caminos indirectos, el compañero lo sabe, en relación con el dólar, en relación con derechos aduaneros, etc.
Porque no queremos nosotros tirar más masa de dinero a la calle, porque todo esto impacta fuertemente en el proceso inflacionista. Así es que compañeros, les digo a ustedes finalmente, les ruego me excusen tengo los Ministros esperándome ahí, ustedes comprenden que están asaltando locales, esto puede terminar en una balacera, en la tarde, compañeros. Es muy respetable la posición de ustedes, pero, yo tengo que ocuparme del país. Yo me comprometo compañeros, a darles una respuesta en 15 días.
Diga, usted compañero, diga nomás.
¿Qué cosa es Usted?
(No se escucha claramente la respuesta)
Mayor razón para que me preocupe, porque según los cálculos que dice el compañero salieron 130, no veo porqué le han dado 93.
(Habla un trabajador).
Presidente: Por eso es que tendría que estudiar a fondo eso, por qué dice que no puede la empresa, y por qué los funcionarios de DIRINCO dicen que puede. Porque ellos tienen que haber hecho la proyección de alza de precios tomando en cuenta el alza del costo de la vida y los reajustes.
Ellos ya lo estudiaron. Ellos ya lo han estudiado. Pero el problema es estudiarlo con una imparcialidad tomando en cuenta que es conveniente que los compañeros miren este proceso general del país, no sólo el proceso de la Papelera, porque aquí hay doce empresas donde la mentalidad ha sido distinta. Una de ellos es CRAV; con ellos también conversé, los compañeros allá son accionistas, no son como Uds., a pesar de que también se ha abierto un fondo porque los empleados y obreros son accionistas. Yo estoy en contrario a eso, a no ser que sea una sociedad de autogestión, que es diferente, pero, hacer de los obreros accionistas, me parece que es hacer pequeños capitalistas, al servicio de los grandes capitalistas.
El caso de CRAV, por ejemplo, los compañeros tienen sus acciones y defienden sus acciones, defienden sus intereses.
Pero, resulta que de remolque llevan el 51% de los otros que no son obreros. Entonces, cada conquista de CRAV está destinada a favorecer al 51% que no trabaja sino que son directivos de la empresa. Y se reparten las utilidades.
(Habla un trabajador)
No, yo no les voy a dar planificación de estudios, yo voy a hacer estudiar los antecedentes de DIRINCO y el estudio de Uds. ¿verdad? Y los voy a reunir para decirles: “Miren compañeros, en esto discrepamos, en esto estamos de acuerdo”.
Aquí no hay error, aquí hay error. ¡Y van a estar ustedes! Y ustedes designarán a un par de compañeros, para que vean el detalle.
No me voy a poner a discutir con 25 personas aquí, de problemas técnicos. Yo me comprometo y creo que es bastante, a que Uds. tengan acceso a los datos de DIRINCO, me parece bien, pero, aquí.
(Interrumpe un trabajador, no se entiende lo que dice al Presidente)
Presidente: Dígale a los compañeros trabajadores lo que he dicho yo muy claramente, que yo no pretendo ni atraparme ‐empleo un término deliberadamente poco elegante‐ ni atraparme de la Papelera, ni quebrar la Papelera. Sigo creyendo que la Papelera debe pasar al Área Social, pero que eso será producto de una Ley o cuando las circunstancias lo permitan, y también les he dicho una cosa muy clara, que para que una empresa pase al Área Social y rinda, es fundamental que sus trabajadores tengan conciencia de lo que eso significa y estén esencialmente de acuerdo.
Qué sacaríamos nosotros compañeros con tener la mayoría de las acciones de la Papelera, si tuviéramos la resistencia de Uds. o si acaso ocurriera como ocurrió por ejemplo en Chuquicamata que los obreros creen que son dueños de Chuquicamata, y entonces se dan el lujo de tener, a pesar de que Chuquicamata es una empresa nacionalizada, se dan el lujo de hacer 32 paros después de un arreglo a través de un Pliego de Peticiones. Y, fíjense Uds., que con los 32 paros que han hecho en este año, ya tenemos perdidos 16 millones de dólares.
Imagínense ustedes que podríamos haber comprado la Papelera entera, con 16 millones de dólares, o haber levantado una Papelera ya ven ustedes, este no es problema de ahora. En el Gobierno de Frei, el año 1970, Chuquicamata dejó de ganar 37 millones porque hubo 62 paros.
Entonces este problema es muy difícil. Es muy difícil la lucha nuestra, compañeros, porque yo no puedo utilizar medios represivos, yo no puedo balear a los trabajadores. Tengo que apelar a su conciencia.
Por eso digo a mí me interesaría, ojalá tengamos tiempo, no sólo analizar este problema, sino que un día conversar, qué es la política, porqué nosotros pensamos que la Papelera debe ser la base de la gran política, cómo no ha existido nunca en Chile una política nacional de la celulosa y del papel, cómo no ha existido nunca en Chile una política de reforestación, cómo están distribuidas las riquezas básicas del país, los bosques de araucarias los bosques naturales chilenos, no queda nada. Cómo por ejemplo los mapuches, compañeros, están haciendo durmientes de árboles que para poder ser explotados necesitan 100 años y pierden el 60% al año. El Ministro de Defensa me necesita urgente.
Hasta luego compañeros.