Salvador Allende

Palabras ante la manifestación espontánea de celebración del segundo aniversario del Gobierno Popular


Pronunciado: El 3 de noviembre de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 5 de febrero de 2016.


Estimadas compañeras; estimados compañeros:

Agradezco profundamente la presencia de Uds.; presencia espontánea para estar junto a mí, en este que es el aniversario de Uds., el Aniversario del Gobierno Popular, del Gobierno de los Trabajadores. (Aplausos).

Me acompañan en este momento el Ministro del Interior, General Carlos Prats (Aplausos), el Ministro de Vivienda, Luis Matte (Aplausos) los Senadores, y amigos, dirigentes del Partido Radical Anselmo Sule y Hugo Miranda (Aplausos), el Edecán de Servicio, Comandante José Mela. (Aplausos). Además, me protege de Uds. un nudo de periodistas, infranqueable. (Risas). (Aplausos).

No todos están satisfechos de este 2° Aniversario. Pero yo pienso que la mayoría sí lo está.

Además hay visitas, hay un viejo amigo y compañero periodista mexicano. (Aplausos) Y está también la Televisión Japonesa. Para ser un acto improvisado, Uds. ven que tiene bastante contenido, ¿no?

Les dije, cuando estaba en la Plaza, que el primero que tenía que cumplir con el Decreto que firmé hoy. Para algo lo firmé. Por lo tanto no puede haber actos públicos mientras estemos en Zona de Emergencia. De todas maneras los he hecho pasar a esta, que es la casa de Uds. porque es la Casa del Pueblo, del Gobierno de los Trabajadores. (Aplausos).

Quiero anticiparles que pienso ‐y ya el General ha impartido las instrucciones- que el lunes este pseudo paro o paro parcial, paro paralítico, debe terminar. (Aplausos). ¡Debe terminar!

Debe terminar, por el tremendo daño que ha hecho y hace a Chile.

Ya lo dije ayer y lo he dicho muchas voces, hay dirigentes gremiales que han equivocado la defensa de sus derechos; hay otra gente que no ha tenido la información, y hay otros que han querido con decisión política acentuar la tentativa de paro. Y en medio de todo este enjambre, no pocos, no muchos, han querido darle ‐y lo han logrado‐ el carácter sedicioso, destinado a barrenar las bases de sustentación del Gobierno.

El Estado, el Ejecutivo, recurrió ‐como era lógico‐ a las instituciones que la Constitución Política entrega a los gobernantes para asegurar el orden interno; primero Fuerzas Armadas e Investigaciones y cuando los actos de violencia sobrepasaron al trabajo duro y sacrificado del Cuerpo de Carabineros, que durante muchos días, antes inclusive de la iniciación del paro, tuvieron que estar en vigilia, digo que además de hacer que muchos de ellos trabajaran doce o catorce horas, esta gente inició la violencia a través del sabotaje amenazando la vida de nuestros compatriotas, no sólo nuestra economía, decretamos la Zona de Estado de Emergencia y entraron a actuar las Fuerzas Armadas de Chile que, excepcionalmente lo hacen para mantener el orden público.

Además, y eso es lo importante, los trabajadores englobando en esto a campesinos, obreros, estudiantes, empleados, técnicos y profesionales, pero, fundamentalmente, los obreros, que son la mayoría, defendieron a Chile trabajando más, produciendo más, estando en una actitud vigilante, pero entendiendo que lo que buscaban nuestros enemigos, los sediciosos, era que nos prestáramos, que los trabajadores se prestaran para una provocación. Ellos deseaban que los trabajadores hubieran salido a la calle para incitar, a través de actos directos la reacción de los trabajadores y buscar un enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas y el pueblo. Es decir, entre los dos sectores fundamentales en que ha descansado y descansará este Gobierno.

¡Nunca en la historia un Gobierno tuvo un apoyo más sólido de los trabajadores unidos, la inmensa mayoría del pueblo de Chile, jóvenes, mujeres, hombres, ancianas y ancianos, unidos en la defensa de la Patria, trabajando más, con un sentido superior de responsabilidad y junto a ellos, y junto al Gobierno, obedeciendo la Constitución y la Ley, las Fuerzas Armadas, Carabineros e Investigaciones! (Aplausos).

Por eso, también es importante entender que pocas veces en la historia, y creo qué excepcionalmente, más que eso, creo que nunca se ha visto un hecho más paradojal que éste: un paro patronal contra los trabajadores, en el fondo.

Porque este es el Gobierno de los Trabajadores.

Y la conciencia de los trabajadores ha sido tan firme, tan clara, tan revolucionaria que no se ha detenido una sola industria. Y aquellos que dijeron que paralizarían las empresas y las industrias cayeron en el más absoluto ridículo. Y aquellos patrones que tuvieron la ingenuidad de creer que porque tenían las llaves bastaba para que una empresa cerrara sus puertas y no produjera, se encontraron con que los trabajadores entraban a sus casas, porque allí laboran, porque del trabajo que allí tienen viven, y porque tenían derecho frente a la actitud sediciosa de los que no querían producir. Los trabajadores les enseñaron cómo, con una confianza nacional, ellos contra la voluntad de los patrones hicieron caminar las empresas, trabajaron y de esa manera derrotaron al fascismo.

Pero eso lo dije ayer y además no pienso hacerles el discurso a Uds. porque lo voy a hacer para el país en pocos minutos más, así que sería absurdo que lo repitiera. Así que váyanse luego a sus casas, pongan la radio, aplaudan ‐aunque yo no los oiga‐. Váyanse contentos, váyanse en orden. No salgan individualmente, pero no salgan en grupos ni en columnas, está comprometida mi palabra.

También quiero decirles que, como lo ha dicho el Ministro del interior, el lunes, Chile debe normalizar su vida. (Aplausos).

Sobre la palabra del Ministro del Interior, se ha dado una oportunidad para que los dirigentes de los gremios que han paralizado, entreguen sus puntos de vista. El Gobierno les ha pedido que sea por escrito. El Gobierno no los citó; ellos pidieron audiencia.

De todas maneras, si hubiera sido necesario citarlos, lo habríamos hecho, no nos rebajaríamos por ello. Pero las cosas son tal como han sido. Ellos pidieron audiencia, entregarán sus puntos de vista, serán estudiados por el Ministro del Interior, por el Ministro de Hacienda, por el Ministro del Trabajo y por el Ministro de Economía.

Una vez que tenga la opinión de ellos, yo tomare conocimiento y daremos una respuesta definitiva. ¡Y esa respuesta será definitiva! Y por lo tanto, hoy termina el diálogo y el lunes la gente debe trabajar. No se trata de aplastar ni de humillar a nadie. Se trata de hacer entender que aquí está la Ley, la Constitución y el Gobierno legítimamente constituido. Los que se han salido de la Constitución y de la Ley no somos nosotros, han sido otros. Haremos defender y defenderemos la Constitución y la Ley, y que sepan que la tolerancia no es debilidad ni es vacilación. Sabemos que tenemos la fuerza de la razón. Y por eso la usamos y no queremos usar más que esa fuerza de razón; por eso no hemos usado otra fuerza, y ayer lo decía también y es bueno que el pueblo no lo olvide; en 20 días, con actos de sabotaje, de violencia en las calles, no ha habido ni un herido grave.

En otros Gobiernos, por paros, incidentes en un sindicato, en una faena, ha habido muertos y muchos heridos. Hemos procedido con la prudencia de los que saben que tienen la fuerza, y hemos querido primero utilizar la fuerza moral de un Gobierno, que es el Gobierno de los Trabajadores.

Suponer que un Gobierno de trabajadores va a violar derechos gremiales es un absurdo, compañeros. Por eso hay que mirar a fondo y entender cómo ha empezado aquí, ya hace algunos meses, a aflorar la violencia fascista. Y ese peligro hoy se ha sepultado definitivamente. Y el pueblo debe entenderlo, porque la violencia fascista golpearía implacablemente a los trabajadores.

Por eso, Uds. ya pueden estar tranquilos en este 2° Aniversario. Puede tener conciencia el hombre y la mujer del pueblo y de la Unidad Popular, que hemos derrotado la violencia fascista, que no pudo contra la fuerza de la Constitución, establecida para mantener el orden.

Vuelvan a sus casas contentos, compañeros. ¡Ya hemos ganado una batalla y el lunes ganaremos la segunda!

Después que se normalice la situación en el país, suspenderemos la Zona de Emergencia. Y yo convocaré, entre el viernes y sábado de la próxima semana, al más grande acto multitudinario que haya presenciado chile. (Aplausos).

Y tengo la obligación de entregarle todos los antecedentes e informarle al pueblo muy claramente lo que ocurrió, de lo que pudo ocurrir, las medidas tomadas; sobre todo, agradecer a ese pueblo, su nobleza, su generosidad, su espíritu de sacrificio.

En estos 20 días la conciencia revolucionaria de las masas se ha crecentado extraordinariamente y todos hemos aprendido de todos y todos hemos visto que nosotros podíamos estar muchos y muchos días más sin inquietarnos, porque estaba cerrado el comercio de determinadas actividades que pueden ser necesarias en la vida normal, pero que el pueblo muchas veces ha carecido de ellas, y hemos podido sobreponernos a ello y que la privación y el sacrificio han sido grandes, pero que la gente estaba dispuesta a seguir en este tren. Ellos nunca podrían ¡jamás podrían entender lo que representa de conciencia, sentido nacional y de patriótico!

Hemos derrotado al fascismo, pero al mismo tiempo le hemos dicho al mundo que aquí se han estrellado ya las intentonas de la ITT ¡y seguirá estrellándose la insolencia imperialista! (Aplausos).

Podrán gastar el dinero que quieran, podrán tratar de acosarnos, como lo están haciendo internacionalmente, acabo de leer un artículo publicado en el último número de “Time” ‐y lo voy a leer esta noche‐ allá en Estados Unidos, donde está la Kennecott, en una oficina central, hay un mapa con todos los barcos que salen de las costas chilenas y todos los puertos donde deben llegar. Ahí estarán los abogados internacionales; me da vergüenza decir que un abogado chileno, fugado de su Patria, es el que ha patrocinado intelectualmente las presentaciones que se han hecho en Francia, en Holanda y en Suecia.

¡Estos son los antipatriotas de siempre!

¡Se fueron de Chile sin que nadie los echara porque no creen en Chile y en su pueblo y están al servicio del capital foráneo!

Ya sabrán oportunamente su nombre. Sé el apellido y no quiero dar un nombre falso para no equivocarme, ¡pero tiene el sello de los mismos que en la Independencia firmaron el “Acta de la Traición”!

Por eso compañeros, hemos derrotado también el imperialismo que debe entender que este país es pequeño, pero duro, firme, con conciencia revolucionaria y con decisión de “roto chileno” ¡que no se va a dejar atropellar ni se dejará aplastar, camaradas! (Aplausos).

Ahora, tenemos que estar más disciplinados ¿no es cierto mi General? (Risas), más disciplinados, así es que retirarse de a poquito. No vayan a tener incidentes con las Fuerzas Armadas, sería el colmo, sería lo más absurdo, váyanse por parejas, ojalá dé a dos, pero si son tres, aunque sea de tres, pero no grupos grandes, váyanse calmados y tranquilos, ¡Gracias, compañeros. Nos veremos la próxima semana, en la más grande concentración que haya habido en Santiago y a lo largo de Chile!

¡Gracias queridos compañeros! (Aplausos).