Salvador Allende

Discurso en la Compañía Sudamericana de Fosfato COSAF, en Penco 


Pronunciado: El 10 de febrero de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 3 de febrero de 2016.


Estimadas compañeras y estimados compañeros; señores directivos de COSAF:

Es para mí muy significativo el hecho de haber venido a inaugurar esta obra de extraordinaria importancia, no sólo para esta zona, sino para el país.

Esta industria, en que hay capitales de CORFO, particulares y extranjeros, representa un importante e interesante trabajo para producir: fosfato y abono, que son esenciales, básicos, para la producción de nuestro AGRO. En nuestra tierra, además, también se produce ácido sulfúrico, necesario para las Empresas Cupríferas. Se me ha informado que la producción total, se entrega al Mineral El Teniente.

Basta enunciar estos hechos, para darse cuenta lo que representa la producción de esta Empresa.

Felicito a los que tuvieron la visión, la decisión, el empeño y el empuje para crearla.

Destaco que bien venido sea el capital internacional no monopolista que contribuye al progreso y al desarrollo del país, en las condiciones normales y legítimas, vale decir obteniendo una utilidad compatible con un comercio regular.

He conversado brevemente, y lo haré en forma más detallada, con los directivos de esta Empresa. Indiscutiblemente, las posibilidades de utilización en mayor escala de este muelle, e inclusive, contando con los capitales necesarios, prolongarlo para que puedan atracar barcos de mayor tonelaje. Ello será un hecho de extraordinaria importancia para el futuro. Además, hay una interrelación entre materias primas que se importan y la posibilidad de que sean reemplazadas en Chile, como es el caso del azufre, sub producto del petróleo.

 

Falta de visión

En este país ha faltado imaginación y coraje para desarrollar una industria química pesada.

Cuando uno piensa la actitud rutinaria que se ha tenido frente al salitre. Cuando uno piensa y recuerda lo que significó esa riqueza, y cómo fue malbaratada por los grupos oligárquicos que tuvieron privilegios y cómo fue estrangulada en su desarrollo, por el capital extranjero que se apropió de ella.

Yo que soy un hombre del Norte, en el sentido de haber vivido en esa geografía dura del desierto, y he sido Senador por el Norte Grande es decir, por Tarapacá y Antofagasta puedo decirles a Uds., compañeros trabajadores, lo dramático que es, el ver cómo una falta de visión, de sentido patriótico, ha hecho que una industria básica y esencial para el país como la del salitre, sea una industria que pesa brutalmente sobre la economía nacional, hasta tal extremo que tiene que ser subsidiada por el Estado, más o menos a razón de 20 millones de dólares al año. Hay, además, un porcentaje excesivo de trabajadores.

Sin embargo, debo dejar constancia, que esos trabajadores han comprendido su propia realidad y la de esas industrias y han aumentado extraordinariamente la producción.

Ojalá tengamos mercados internacionales para colocarla. En todo caso es muy necesaria también, para la producción agrícola, y con un criterio racional, mientras más abono, en este caso salitre, le entreguemos a los agricultores, más se va a beneficiar el país.

 

Repercusión en la economía nacional

Interesa, entonces, que los trabajadores entiendan, la relación que existe, entre la labor que desempeñan, lo que produce la Empresa, en que laboran y la repercusión que esa producción tiene en la economía nacional.

El salitre, los fosfatos, los abonos, hacen posible que la tierra produzca más alimentos y que estos tengan un valor nutritivo mayor.

En un país como Chile, donde tenemos que importar 200 millones de dólares en carne, trigo, grasa, mantequilla y aceite. En un país donde un porcentaje alto de chilenos todavía y por algún tiempo, lamentablemente consume menos que lo necesario. En un país donde existe un porcentaje alto de niños desnutridos, Uds. comprenden la importancia que tiene hacer que la tierra produzca más, evitando gastar millones de dólares, alimentar mejor a nuestra gente, elevar las condiciones de vida y existencia del trabajador de la tierra, hacer de la Reforma Agraria, un proceso económico y social profundo y no la apropiación de tierras, sin destinos, entregar al campesino y a su nueva conciencia el apoyo, la ayuda técnica, las semillas, los abonos necesarios.

Todo esto forma parte de una gran orientación nacional; les voy a dar un ejemplo; habitualmente, Chile ha importado 2 mil a 2 mil quinientos tractores por año. Si se piensa en el número de tractores que se destruyen envejecidos, en realidad, en esa proporción, el número de tractores útiles para el cultivo es muy bajo.

 

10.000 tractores

Este año tenemos la decisión de importar 10 mil tractores, parte de los mercados habituales de Europa, y gran parte de los países socialistas, y el próximo año, queremos importar 15 mil o más tractores. Sólo sobre esa base, incorporando más tierra a la producción, trabajan con medios mecánicos indispensables. Sólo incorporando a la tierra los abonos, podremos aumentar la producción. Así gastaremos menos dólares, de los que hoy gastamos en un porcentaje muy alto, para importar alimentos.

Compañeros, siento satisfacción de haber estado con Uds. expreso mi felicitación a los que crearon y forjaron esta industria y a Uds., compañeros obreros, técnicos y empleados, les digo la importancia extraordinaria que ella tiene y tendrá para la economía nacional.

Conversaré para ver de qué manera, podemos nosotros colaborar, a que se conviertan en realidad, planes que son útiles yo diría casi indispensables para la zona, como el que puedan desembarcarse aquí, toneladas de granos, frente a la realidad de nuestros puertos, en donde lamentablemente, la falta de mecanización, la falta de motos adecuados, los motos son pequeños y la desorganización del trabajo, marcan a Chile como uno de los países más deficientes en materia portuaria. Hace tiempo que vengo señalando este hecho, y hay que decirlo frente a los trabajadores.

El año pasado, cuando estaba el Gobierno en Valparaíso, un día cualquiera fui al puerto.

Pregunté por el ausentismo y, pude constatar, dolorosamente, que el 57% de los trabajadores estaba ausente. Hice una investigación, lamentablemente, se comprobó que había habido falsificación de certificados. Dos de los responsables están en la cárcel y estarán por largo tiempo. Han sido sancionados los obreros que sabiendo que usaban certificados falsos, los empleaban estafando al Fisco, al Estado, perjudicando al país. Hice la denuncia al Colegio Médico, porque dos médicos tenían un porcentaje inaceptable de licencias otorgadas, lo cual significaba que ellos, no examinaban a los enfermos, a los pseudo enfermos.

Digo estas cosas, compañeros, porque estoy empeñado en hacer conciencia entre los trabajadores.

Nosotros hablamos de un proceso revolucionario, de cambios, de estructura; pero, también, tenemos que hablar de cambios de una mentalidad, de una moralidad.

El obrero que se dice revolucionario tiene que tener conciencia de lo que eso implica. El técnico, el profesional, que aunque no sean revolucionarios comprenden la necesidad de cambios en un país, tienen que tener una actitud diferente en el trato, en las relaciones y también en el cumplimiento de sus obligaciones.

 

“San Lunes”

He estado en el carbón y he conversado con los compañeros. Creo que no hay un político que pueda decir que es más amigo que yo, de los trabajadores del carbón. Sin embargo, también oí y fueron palabras responsables de un dirigente sindical que el “San Lunes” se prolongaba hasta el “San Martes” para amanecer el “San Miércoles” con el cuerpo malo.

En esas condiciones, compañeros, no hay progreso. En esas condiciones no hay ninguna posibilidad. Un Gobierno como el que presido, no puede usar la represión y la violencia contra los trabajadores. Tenemos que usar la persuasión, el diálogo; apelar a su conciencia, señalar las obligaciones que tienen. Esto es lo que estamos haciendo. Es de esperar que estas palabras no caigan en terreno estéril.

 

Alcoholismo

El ausentismo por alcoholismo es brutalmente alto en nuestro país. Y las consecuencias las pagan, no sólo las empresas, sino todo el país. Los accidentes son numerosísimos.

Por último, los hijos de los alcohólicos son tarados muchas veces, y el porcentaje más alto de epilépticos es consecuencia de la herencia alcohólica.

En esas condiciones, compañeros, no se trata de que le diga a la gente que no “tome”.

Yo, les digo, honestamente, no puedo almorzar ni comer, sin vino. Pero, una cosa es “tomar” en condiciones normales y otras cosa, compañeros, “es pegarle a la chupeta”, hasta quedar poco menos que inconsciente.

 

Ustedes sabrán empujarla

Espero, compañeros, que Uds., mirando la perspectiva de esta industria, donde la Corporación de Fomento tiene intereses que se van a ampliar sabrán empujarla más fuertemente.

A este muelle, hay que hacerlo crecer; hay que levantar bodegas, para acumular los productos que van a ser desembarcados, aquí tenemos una tarea grande por delante. El Gobierno va a colaborar y a estudiar esto. Ustedes serán beneficiados, precisamente, cuando rinda más esta Empresa, cuando estudiemos, honestamente, sus costos y el precio interno de lo que aquí se produce, en relación con lo que se importa. Tenemos que ser muy claros en esta materia.

Vamos a estudiarlo. Todos serán beneficiados. Mientras más produzca esta Empresa, mayor será el beneficio común de todos Uds. y del país.

He tenido mucho agrado en estar con Uds., en este acto, que reitero tiene extraordinaria importancia les pido saluden al resto de los compañeros, y a sus familiares. Y tómense un trago de vino a mi salud; pero uno sólo, compañeros.

¡Gracias!