Pronunciado: El 9 de febrero de 1972.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 3 de
febrero de 2016.
Compañero Alcalde, Regidores de la Ilustre Municipalidad de Talcahuano; vecinos y vecinas, representantes de las distintas actividades de esta ciudad, compañeras y amigos, diputados Agurto, Solís y Espinoza.
He llegado a conversar con el Alcalde, regidores y representantes de las actividades locales, en compañía de los Ministros de Obras Públicas, de Tierras y de Colonización y del Director de ODEPLAN, que tiene rango de Ministro de Estado.
Vengo, además, en compañía del Intendente y del Gobernador de Talcahuano; me acompaña el Edecán Aéreo, comandante Sánchez.
Deseo, en primer lugar, decir públicamente que tanto los parlamentarios como el Alcalde, insistentemente han estado planteando los problemas de Talcahuano; han estado planteando estos problemas con un criterio justo. El compañero Alcalde ha dicho “Localista”. Yo creo que más que eso, con un criterio justo, digo yo, porque Talcahuano necesita indiscutiblemente cambiar no sólo su rostro sino también su contenido. Yo tengo una responsabilidad y la voy a asumir; le dije a los regidores, al Alcalde y a los parlamentarios, que el Ejecutivo -y personalmente yo- era contrario a gravar la producción del acero para destinar un ingreso especial a la Universidad de Concepción, y a la Municipalidad de Talcahuano. Este criterio obedece a una política nacional, y en ningún caso para negarle posibilidades de desarrollo de remodelación a la ciudad, ni el aprovechamiento mejor de las instituciones fiscales, como es el caso de la CAP.
Y por eso digo que el oponerme, mirando el interés de Chile, la necesidad de que la producción del acero aumente y que su costo no se eleve más allá de lo que debe significar financieramente para la empresa su buen funcionamiento -me refiero a la CAP- me he preocupado de que el Ministro de Hacienda, considere especialmente, junto con los compañeros de ODEPLAN y de Obras Públicas, los aportes que hay que dar a Talcahuano, y que serán mayores por no haber aceptado el impuesto o gravamen al acero, mayor de lo que debería habitualmente corresponder.
La renegociación de la deuda externa
Pero a mí me interesa, que los habitantes de Talcahuano, comprendan la realidad que vive Chile, sobre todo cuando en los diarios del mundo aparece el Canciller de Chile, no sólo en París sino en Bélgica, y ahora en la República Federal Alemana, planteando la renegociación de la deuda externa; y esto debe saberlo el albañil, campesino, técnico, el profesional, la simple dueña de casa. E1 Gobierno Popular que presido, ha recibido a este país con una deuda pública de 4.226 millones de dólares; estamos renegociando 3.800 millones de dólares.
¿Por qué? Porque de acuerdo con los compromisos contraídos por Chile, este año -el año 72- deberíamos pagar en amortización de intereses, 420 millones de dólares; una cifra similar el año 1973; en cifras redondas deberíamos pagar cerca de 1.050 o 1.080 millones de dólares en tres años.
Chile, como todos los países, compra y vende; todo lo que vendemos significa un ingreso de 1.150 millones de dólares. Y lo que tenemos que comprar: maquinarias, insumos, materias primas, motores, etc., más el pago de la deuda, representaría una salida de 1.600 millones de dólares contra un ingreso de 1.150 millones de dólares.
Si pensamos cuánto es lo que tenemos que pagar, si hacemos el cálculo, vemos que Chile tiene que pagar, sólo en la deuda externa, de un ingreso, repito, de 1.150 millones, 410 millones este ‘año solamente; esto representa que el 30% de los ingresos de Chile o algo más, tendría que destinarse al pago de la deuda externa y a la amortización de la deuda externa. Esto no lo soporta el país.
No podemos dejar de comprar materias primas, maquinarias, renovar equipos, insumos, etc.
Por eso hemos renegociado la deuda; además, a este Gobierno le ha tocado, lamentablemente, el precio más bajo de los últimos arios, del cobre; y tenemos que producir cobre con un costo mayor, no sólo por el reajuste de sueldos y salarios, sino también por el alza de precios de los reajustes y del petróleo. En estas circunstancies el problema es mucho más serio: yo tengo la obligación de dárselo a conocer al pueblo para que juzgue las posibilidades que tiene este Gobierno; para que juzgue la responsabilidad que tiene el pueblo, porque yo les dije muy claramente a todos los ciudadanos de Chile, que no votaran por mí, los que no compartieran el programa de la Unidad Popular, los que no estaban dispuestos a trabajar, a empeñarse, a sacrificarse y empujar, no sólo las cosas de tipo local, sino las cosas de tipo nacional, que no votaran por mí; los que creían que la Revolución era un boleto premiado.
Las horas que vive Chile
Yo nunca he sido un demagogo, ni como candidato, ni mucho menos lo voy a ser como Presidente, compañeros; por eso es que hablo con esta claridad: las horas que vive Chile son bastante serias y duras. Imaginémonos que no se aceptara la renegociación de la deuda externa; nos veríamos abocados a un pronunciamiento muy grave: no pagar. Y esto, desde el punto de vista internacional, traería complicaciones. Si un particular deja de pagar sus compromisos, lo pasa mal; un hombre que no cumple sus obligaciones se transforma en insolvente, pierde todo crédito, tratándose de un país es peor todavía.
Nosotros esperamos, y hemos encontrado buena acogida de los países a quienes les debemos, y les pedimos que entiendan que Chile quiere pagar. ¡Quiere pagar! Pero tienen que darle las facilidades para poder hacerlo. No podrá pagar teniendo que destinar para eso, más del 30% de sus ingresos nacionales, que el país necesita para sobrevivir y desarrollarse.
Chile recibió una herencia muy pesada. Y además, repito, nos encontramos con las dificultades ‘derivadas de la baja de los precios del cobre, y con las dificultades derivadas de la nacionalización del cobre. Porque nacionalizando el cobre sin pagar indemnización en tres de las grandes compañías, y sólo pagando en dos, se han creado reacciones en contra nuestra.
De la misma manera, hay reacciones en contra nuestra porque de acuerdo con las disposiciones de la Constitución, estamos estudiando si se pagan o no determinados créditos, que no han reflejado ni representado ventajas para las industrias.
Es cierto que, a través de la determinación del Contralor, y esperando la confirmación del Tribunal Especial, hemos fijado una indemnización a dos compañías. Pero tenemos que hacernos cargo de las deudas de las compañías del cobre, que suman la elevada cantidad de 726 millones de dólares, que tendrá que pagar la Empresa Nacional del Cobre, vale decir, el Estado Chileno, que es dueño de la gran minería del cobre.
Debemos cancelar grandes deudas
Así que entiendan bien las compañeras y compañeros, las ciudadanas y ciudadanos de Talcahuano: el Tribunal Especial dará su fallo sobre las indemnizaciones, y podrá aumentarlas o reducirlas, pero en atención a los antecedentes que entregamos, puede decirse que no habrá una gran variación. De todas maneras, tenemos que pagar 726 millones de dólares.
Ustedes comprenden la importancia que esto tiene para nosotros. Estamos viendo que un crédito avalado por el Estado, que se le dio a El Teniente, hay que pagarlo. No íntegramente: la Reforma Constitucional me obliga a mí a resolver este problema, y para eso tengo que pedir los informes técnicos. Pero ya, la empresa que prestó el dinero (la Kennecott, la Braden), ha entablado demanda en EE.UU., en contra de CODELCO y en contra del Gobierno de Chile. No sería raro que los tribunales americanos decretaran el embargo contra aviones nuestros que se encuentran en Estados Unidos.
Ya los representantes de Estados Unidos en la Reunión de París -donde se está renegociando nuestra deuda externa-, quisieron vincular esta renegociación con la indemnización de las compañías del cobre y el pago inmediato de los pagarés.
Chile no ha aceptado este planteamiento, y hemos sido apoyados por Francia y España; y seguramente esos países lo han hecho, estableciendo que una cosa es un proceso de nacionalización del cobre, que es un problema entre Chile y las compañías, o por último, entre Chile y el Gobierno Norteamericano, y otra cosa es la renegociación de la deuda externa, que tiene directa relación con Estados Unidos (que es el mayor acreedor), pero también con siete u ocho países más, de Europa y de Asia, como el Japón.
Yo doy estos antecedentes, porque este es un problema muy serio, que pesa brutalmente sobre la economía nacional; y porque me he empeñado en hacer entender que sólo produciendo más, Chile podrá hacer frente a la realidad que en estos momentos tiene.
Tenemos que producir más, sobre todo para exportar. De ahí que es importante que nosotros produzcamos más hierro, y se están haciendo los trabajos para aumentar la explotación del hierro, en Boquerón, Chañal y Cerro Negro.
Es importante que produzcamos más cobre.
Tenemos que exportar más
Tenemos dificultades técnicas, heredadas de los norteamericanos, en El Teniente; dificultades en la mina de El Salvador, porque se trabajó floreando la mina, poniendo en riesgo las obras de ingeniería; tenemos dificultades en Chuquicamata, donde se acumuló ripio que impide los trabajos normales de la mina. Allí los compañeros, en trabajos voluntarios, han sacado 40.000 toneladas de ripio mal acumulado. Si esos compañeros no lo hicieran gratis, Chuquicamata tendría que gastar veinte millones de dólares para sacar el ripio que acumularon allí los dirigentes de esa compañía, antes de que llegáramos nosotros ¡Veinte millones de dólares para sacar lo estéril, lo que no se necesita!
Por eso, el país y los trabajadores, tienen que estar informados. Tenemos que exportar más; aumentar la producción de cobre, de hierro, de salitre; incrementar las exportaciones agropecuarias; y eso no se hace de la noche a la mañana. Pero si no aumentamos las exportaciones, no podremos salir adelante, compañeros. De ahí la gran responsabilidad que tienen los campesinos, por una parte: reemplazando lo que tenemos que gastar en importaciones de alimentos, que equivale a 180 o 200 millones de dólares al año; y los trabajadores del cobre y del hierro, por otra parte, que elaboran básicamente nuestras más importantes exportaciones.
Con Japón hemos firmado un contrato para exportar 40 millones de toneladas de hierro en ocho años. Pero queremos aumentar la producción exportable de Chile, a 15 millones de toneladas al año. Eso requiere una inversión alta, y por lo menos tres años de trabajo.
Aumentar 100.000 toneladas de cobre, significarían para Chile cientos y miles de casas, de caminos, de empresas, de hospitales, de canchas deportivas. Por eso yo reclamo la conciencia de los trabajadores del cobre, para que ellos pongan el máximo de empeño (y cuando digo “trabajadores”, digo obreros, técnicos, supervisores, ingenieros).
Hemos tenido que terminar con algunos vicios. Por ejemplo, hoy día no se le paga ni un centavo en dólares a ningún ingeniero, a ningún técnico, a ningún supervisor del cobre. Se les paga en escudos, porque son chilenos, o extranjeros, que trabajan en Chile. No podemos pagarles como se hacía antes, en dólares, que ellos cambian en la bolsa negra. ¡Ni siquiera los vendían al Banco Central!
Terminar con estos vicios ha sido difícil, bastante difícil. Hemos encontrado apoyo en vastos sectores de trabajadores; pera encontramos la mayoría de las industrias, como es el caso del carbón, desfinanciadas. De ahí, entonces, que el esfuerzo nacional tenga que ser muy duro.
Discrepancias con el Congreso
¿Por qué doy estos antecedentes? Porque quiero que haya una conciencia cabal de la realidad que enfrenta este Gobierno. En el caso concreto, por ejemplo, de las posibilidades de desarrollo, de Obras Públicas, o de aportes especiales para planes específicos, tenemos que considerar, en definitiva, cuál va a ser la resolución del Congreso.
Uds., saben, que ha habido diferencias fundamentales, entre el Gobierno y el Congreso, en la Ley de Presupuesto; en los vetos de la Ley de Arriendos; además, también, por parte de la oposición, en la nominación del ex Ministro del Interior como Ministro de Defensa, antes que se pronunciara el Senado.
Este Gobierno ha recurrido al Tribunal Constitucional; y las tres presentaciones que hemos hecho al Tribunal Constitucional las ha fallado a favor nuestro: por cuatro votos contra uno.
La presentación que han hecho los Parlamentarios, para establecer la inhabilidad en la designación de Tohá, debe resolverla el Tribunal Constitucional y esperamos su falto, esta semana. Y tengo la seguridad, no, pero sí la confiada esperanza, que ese fallo también será favorable a las tesis del Ejecutivo, defendiendo las prerrogativas del Presidente de la República y señalando que Chile tiene un régimen presidencial y no un régimen parlamentario.
Tenemos pendiente la resolución definitiva del Congreso frente al Presupuesto.
Desde luego, 40 artículos o 43 artículos que fueron agregados al Presupuesto, el Tribunal Constitucional ha estimado que son improcedentes; inconstitucionales era la inclusión de la Ley de Presupuesto de esos artículos. Nos ha dado plenamente la razón.
Pero quedan en discusión las partidas presupuestarias; los ingresos que va a tener el Fisco; los impuestos por los cuales tenemos que juntar la plata necesaria para el pago de todos los bienes y servicios que otorga el Estado, y los reajustes de la Administración Pública.
Plan especial para Talcahuano
Todavía no hay un pronunciamiento sobre esta materia; vale decir, que el Ejecutivo, el Gobierno, no sabe cuál va a ser el monto del Presupuesto. Esto pone en interrogante, compañero Alcalde, la respuesta precisa que yo quisiera dar. De todas maneras he conversado con los Ministros; he visto con mucho agrado que tienen un plan especial para Talcahuano, con un informe preliminar, que, a mi juicio, es un serio trabajo de ODEPLAN, del plan Bío-Bío, del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, del Ministerio de la Vivienda, y de Municipalidad de Talcahuano.
Yo creo que es un paso importantísimo el que haya un Proyecto que representa una planificación, vale decir, la organización de obras en un plazo de 3, 4 o 6 años. Colocaré de mi parte decidida voluntad para que este plan, que debe ser conocido y discutido por toda la comunidad de Talcahuano, se convierta en realidad, una vez que nosotros adoptemos sobre él una resolución definitiva.
Hay algunas obras, por ejemplo, que acabamos de ver, como la del puerto, en donde la persistencia, o no, de la línea férrea, puede abaratar un 50% o en un 40%, según se me decía, el costo de esta obra. Eso hay que decidirlo.
De todas maneras, esto no será un problema a años plazo; será un problema a breve plazo, a muy breve plazo. Y yo personalmente me comprometo a hablar con el Ministro de Hacienda para que, definido el Plan, podamos ponerlo en marcha este año, entregando dentro de las posibilidades del erario lo más que podamos a Talcahuano, porque merece, por el trabajo y, por la realidad que confronta, el apoyo del Ejecutivo. Sobre todo, habiéndonos negado a patrocinar un gravamen a la producción del acero.
Si no hemos querido gravar al resto de Chile, es justo no olvidar a Talcahuano, que aparece como sacrificado frente a esta medida. Por eso, sé lo que habían solicitado los Parlamentarios y el Alcalde, que repiquetean más fuerte que las campanas de una iglesia en día de difuntos.
Todos los días, por teléfono, por telegrama, por visita, por recado, están dándole y machacándole; ¡claro que en el pedir no hay engaño! Pero tienen pasado el tejo; están como los trabajadores con el pliego de reajuste, de salarios y sueldos. De todas maneras, habían pedido 40 mil millones, este año, ¡40 millones de escudos! Esta mañana hablé con el Ministro de Hacienda; le digo que me dé una cifra. Esta tarde o mañana se la voy a dar; los voy a tener en suspenso hasta mañana o pasado, para darles la cifra con la que vamos a cumplir. Sí: tenemos que estudiar en definitiva cuáles van a ser los ingresos, definitivos también.
De todas maneras; se le dará un tratamiento especial a Talcahuano, que lo necesita y que se lo merece.
Yo no soy demagogo, y por eso quiero que vean Uds. cuál es la realidad de Chile, considerado como un país, y la realidad de las arcas fiscales, frente a las demandas planteadas.
Nuevas obras
Quiero decirles, que he estado visitando esta mañana las obras del Puerto de San Vicente. Ahí he hablado claramente con los trabajadores y con los técnicos, y he encontrado una buena disposición, y seguramente dentro de los plazos que van a terminar los compromisos que voluntariamente han contraído los que ahí laboran; esa obra es muy importante para Talcahuano, para Concepción y aun para el país. Quiero señalarles, que está aquí el Ministro de Tierras y Colonización, que tiene a su cargo lo relacionado con el problema de la pesca.
Tenemos un proyecto, bastante ambicioso, creando uno o dos puertos pesqueros industriales Eso reclama un estudio de las bahías donde pueden establecerse. Sin embargo, mi propósito serla que fuera Arauco la sede de los puertos pesqueros e industriales más grandes; pero tampoco podemos resolverlo hasta que los técnicos no dicten su última palabra.
Quiero señalarles, que la flota pesquera soviética que está arrendada por nosotros en condiciones excepcionalmente ventajosas para Chile, no va a interferir ni a perjudicar a los pescadores artesanales ni a las empresas pesqueras nacionales.
Son barcos de mucho mayor tonelaje, que pescan en alta mar; son bicos factorías que los chilenos nunca conocieron; son barcos en donde se elabora el pescado, e inclusive los desperdicios se usan para hacer harina de pescado. Y entregan entonces el pescado fileteado, cortado, congelado y además harina de pescado, lo que, representa un ingreso extraordinario para nosotros.
Lo único que tenemos que pegar es la mantención de los barcos, y entregarles la pesca que no consumimos, y que, dado que no tenemos los frigoríficos suficientes, no podemos almacenar.
Es importante que lo sepan, porque da pena a veces, y a veces mueve a risa, ver los comentarios que cierta prensa hace sobre estos barcos.
¿Por qué nunca se preocuparon de que el hierro no fuera nuestro, ni el salitre, ni el carbón, ni el acero, y ahora preguntan cada dos días, qué pasa con los barcos soviéticos? Lo que pasa compañeros es que hemos encontrado una gran cooperación y es posible con ello que reemplacemos la carne que le falta al pueblo, para darle pescado que representa proteínas.
Han venido a Chile una serie de barcos oceanográficos de distintas banderas y ahora fue anunciada la venida de un barco norteamericano (en buena hora que venga). Hay un barco oceanográfico soviético. ¿Qué estará buscando? (Cómo estarán descubriendo cosas que no serán para Chile) No señores, en ese barco oceanográfico además de ir científicos chilenos van representantes de la Armada nacional. Y hemos tomado esas medidas, precisamente, para terminar con el barullo intencional y politiquero destinado a crear una imagen irreal y absurda frente a un hecho que significa progreso para Chile. Nosotros buscaremos ayuda técnica, barcos, maquinarias, implementos agrícolas donde sea, de donde sea la Unión Soviética, de EE.UU., de Francia o de Japón; nos interesa Chile, fundamentalmente.
Por cierto, que si se mantiene la diferencia de interés que tenemos que pagar y es tanto más bajo el crédito que nos otorga el mundo socialista, bueno, utilizaremos esos créditos, compañeros, pero con un criterio nacional y patriótico.
Por eso yo digo que esta reunión es satisfactoria para mí, porque, además, he podido ver los estudios realizados para este municipio con la colaboración de ministerios y de ODEPLAN.
He visto las maquetas, dos de ellas, que representan, indiscutiblemente, desde el punto de vista técnico un gran esfuerzo, y que debe ser la satisfacción de los anhelos de Uds., para cambiar el rostro de Talcahuano. Yo tengo una obligación moral que voy a cumplir, y tomaré las medidas para que dentro de las posibilidades le entreguemos a Talcahuano, la suma más alta que permita iniciar, y con vigor, los planes importantes que se han estudiado y para los cuales yo creo que antes de un mes o dos tendremos una palabra definitiva. Me interesa, sí, que el pueblo los discuta, los conozca, los analice. Porque no puede estar ausente la comunidad de un esfuerzo del municipio, y un esfuerzo de los organismos del Estado.
Palabras finales
Finalmente, quiero decirles, que estuve en una empresa particular, importante, la empresa SARQUIS, y ahí junto con felicitar al industrial le di una tarea, que tenga una guardería infantil en un mes. No es posible que una empresa donde trabajan tantas compañeras, no haya una guardería infantil; además hay una ley que debe cumplirse. También le dije al industrial y a los compañeros dirigentes sindicales, que no me parece que puedan las compañeras trabajar permanentemente turnos nocturnos.
La vida tiene su ritmo normal, y como lo dijera allá y lo digo aquí, públicamente, no es posible imaginarse un matrimonio en que el compañero trabaje de día y la compañera de noche, ¿porqué, a qué hora se van a encontrar? Para eso están casados; y ¿cuándo se encuentran?
Eso no es posible, y yo creo que el compañero Ministro Martones habrá considerado arreglar este asunto; es necesario arreglarlo. No es posible que en una empresa de cierto nivel no se tenga una preocupación fundamental con la mujer que trabaja que tiene familia, que tiene guaguas, y que debe tener una guardería infantil, para su niño o niñita, mientras ella labora en esa empresa. Creo que esto será resuelto favorablemente. Así es que en esto ha sido provechoso, también, mi visita a Talcahuano.
¡Ah!, también me bajé en un almacén; pregunté qué faltaba. Me dijeron que faltaban los detergentes, nada menos. Una mirada me permitió ver que había aceite, que según dicen también se había evaporado. Había unos artículos importantes, como cigarrillos, había papel toilette, que es muy importante; pregunté si había en alimentos: fideos, azúcar, me contestaron que sí.
Después entré en una carnicería por suerte o lamentablemente, encontré al Presidente del Sindicato de Carniceros de Talcahuano. Así es que el compañero ese sabía muy bien de lo que se trataba.
Me dijo que se había regularizado en un 80 o 90% la distribución de carne. Con un poco más llegaría a niveles anteriores.
Pero yo quiero decirle al pueblo, a través del micrófono de Uds., que el problema de la carne es un problema mundial. Países como Argentina, que han ganado millones exportando carne, hoy día exportan carne en cantidad muy pequeña. Tenemos que reconocer, honestamente, que al único país de América Latina que le venden carne los argentinos es a Chile, como una deferencia especial. Y, en Argentina, país productor de carne, de toda una vida, hay veda 15 días al mes; queremos entonces reemplazar la carne de vacuno, porque no podemos gastar, millones y millones de dólares en carne. Piensen Uds. una cosa: en Estados Unidos, un hombre consume 90 kilos de carne al año; en Chite consume 15. Hoy tendríamos que aumentar de 15 a 90, porque somos seres normales. Pero eso significaría tener que comprar en carne 500 u 800 millones de dólares al año, ¡imposible! Tenemos que reemplazar la carne de vacuno por carne de cerdo, por ave y sobre todo, por pescado. Tenemos que impedir que se beneficien los vientres, para que tengamos, después de 5 o 6 años, una masa ganadera. En definitiva: después de 10 o 12 años, tendremos todo el ganado que este país necesita; antes no.
Las vacas no se reproducen como los conejos, compañeros, se demoran un poco más. Por lo tanto, una masa ganadera no se hace en un país en dos años. Todas estas cosas quería expresárselas aquí, porque también se ha exagerado mucho. El pueblo tiene que entender cuáles son las dificultades que tenemos. Con la redistribución del ingreso hemos aumentado los salarios más bajos mucho más allá del alza del costo de la vida, incorporando 200 mil cesantes al trabajo; disponiendo que los que viven de un sueldo y sobre todo de un salario, logren un mayor poder de compras. Hemos agotado la capacidad ociosa que antes tenía la industria. Aquí está el compañero de ODEPLAN. Él tiene las cifras muy claras. El incremento industrial, la producción industrial, alcanza un 13%, cifra extraordinariamente alta. El servicio nacional bruto un 8,9%, cifras nunca alcanzadas en los últimos 15 años y muy pocas veces en nuestra historia.
Hemos bajado la cesantía de 8,3 a 3,8%. En Concepción todavía quedan cesantes y en Talcahuano también. Lo sé perfectamente bien, y me duele. Ha bajado más la cesantía en Lota, porque era muy alta. De un 17% ahora está en un 12%. Pero todavía es muy alta. En Talcahuano no ha bajado lo suficiente, por eso nos interesan estas obras. Pero compañeros, lean el diario, ¡lean el diario! y verán que Estados Unidos se ha enfrentado a los problemas de cesantía, de desocupación. Estados Unidos, el país más poderoso del capitalismo del mundo, está esperanzado en bajar de un 6 a un 5% la cesantía que tiene. Nosotros hemos bajado de un 8,3 a 3,8. Y eso es importante, porque cada cesante tiene un drama individual y un drama familiar, compañeros.
Por eso, para terminar -tengo que ir al Apostadero Naval-, para terminar compañeros y compañeras, ciudadanos y ciudadanas, y compañero Alcalde y Regidores de Talcahuano: He querido tener una actitud de honestidad y de claridad de Compañero Presidente con el pueblo, para plantearle los problemas. Es difícil la hora que está viviendo Chile. Si no renegociamos la deuda externa, las horas serán muy duras, extraordinariamente duras y renegociándola, de todas maneras, tendremos que aumentar las exportaciones y producir más, para tener los dólares que necesitamos para comprar lo que no podemos producir.
Tenemos que hacer producir más la tierra. Todos los años en Chile entraban de 2.000 a 2.500 tractores. Éste año vamos a importar 10 mil tractores. El próximo año queremos importar 15 mil tractores. No hay posibilidad de progreso agrícola sino hay tractores, si no hay mecanización de la tierra, si no se eleva la conciencia del campesino, si no damos fosfato, si no damos abono, si no damos semillas, si no damos ayuda técnica.
Chile, hasta hoy, ha importado 180 a 200 millones de dólares al año en alimentos. No podemos en un año suplir este déficit, pero tenemos que meter en la conciencia de la gente, que hay que producir más en la tierra. Por eso también somos partidarios de la aplicación de la Ley de Reforma Agraria, pero dándole seguridad al pequeño y mediano productor agrícola.
Somos contrario a las “tomas”, lo decimos rotunda y categóricamente. Somos partidarios de modificar la Ley, pero mientras no se modifique la Ley, aplicar la Ley actual, darles seguridad y garantías al pequeño y mediano agricultor.
Así como hemos firmado un Estatuto con el pequeño industrial y artesanos chilenos, vamos a firmar un compromiso con los comerciantes detallistas; así hemos creado un organismo distribuidor que se llama DINAC.
Pero todo no se puede hacer de la noche a la mañana, compañeros; y vamos caminando, y vamos caminando en un país donde no hay un preso político; vamos caminando en un país donde la libertad es irrestricta.
Yo me arruinaría si comprara todos los días los diarios que me insultan y que escriben en contra mía. Sin citar algunas revistas que no leo por higiene mental y moral. Por eso, compañeros, puedo decir que en este país la democracia funciona ampliamente. Y, por lo tanto, nos sentimos satisfechos de lo que hacemos, porque no lo hacemos castigando, persiguiendo a nadie ni lo hacemos a espaldas del pueblo.
Los errores los reconocemos. Las futuras tareas reclaman el apoyo de Uds. y, yo estoy para cumplir el Programa. ¡Y lo haré, pase lo que pase y suceda lo que suceda!