Pronunciado: El 30 de abril de 1971.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2 de
febrero de 2016.
Queridos compañeros, jóvenes estudiantes. Es para mí motivo de profunda e íntima satisfacción estar una vez más con ustedes. Sé, que cuando llego a una casa universitaria llego a mi casa, pero sé que este sentido de hogar lo he vivido a mayor plenitud con ustedes en la etapa de la lucha electoral, después de la victoria de septiembre, y ahora, en que no vengo a dictar una clase magistral, sino que a conversar con ustedes simplemente como el Compañero Presidente.
Saludo a toda la comunidad universitaria y agradezco la presencia además de ustedes, del personal administrativo, académico y técnico, la de las esposas, compañera del rector de la Universidad y del Ministro de Educación. He venido acompañado con el Ministro de Educación, compañero Mario Astorga, con la compañera Tencha y con el edecán militar Comandante Mela.
Qué satisfactorio es, no sólo para mí, no sólo para el gobierno popular, sino para Chile, escuchar las claras, breves, precisas y profundas palabras con que mi amigo de siempre y rector de esta Universidad Enrique Kirberg, reseñara la amplia y profunda labor revolucionaria que aquí se ha realizado en el esfuerzo común de maestros y alumnos, proyectando con visión de futuro esta Universidad en el amplio panorama de un pueblo, que busca su camino pleno de liberación.
Agradezco, no en lo personal, a pesar de la deferencia de las palabras de Enrique Kirberg.
Agradezco el contenido de ellas, por lo que representa de superación revolucionaria; y como Presidente de Chile me siento orgulloso de la Universidad Técnica del Estado.
Y si acaso las palabras del Rector, son el resumen de lo realizado, que profunda e importante trascendencia tienen las que aquí dijera el Compañero Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Técnica. Mientras él hablaba yo miraba por sobre las fronteras de la Patria, miraba hacia otras latitudes, de este o de otros continentes y veía universidades clausuradas, fuerzas represivas ocupando las aulas, estudiantes detenidos, presos, encarcelados. Maestros privados de sus cátedras, es decir, las comunidades universitarias en la mayoría de los países del mundo, fundamentalmente en Latinoamérica sacudidas violentamente en su interior, con ansias profundas de renovación y con diques represivos para poner atajo a su inquietud tan justificada. Mientras hablaba Alberto Ríos, yo decía con satisfacción íntima y profunda, en el interior de mi propio ser, cómo llegaban sus palabras a los amplios y lejanos rincones del orbe, cómo penetrarán por las viejas universidades de este continente, cómo son de aleccionadoras. Qué extraordinario cambio se ha producido en nuestra Patria cuando los estudiantes se reúnen para comprometerse frente al pueblo a ser mejores alumnos, mejores técnicos, mejores profesionales. Qué extraordinario y que significativo es ver como se ha elevado la conciencia política del estudiantado chileno y fundamentalmente la de ustedes, qué gran lección dan en un auténtico sentido patriótico.
Gracias Compañero Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Técnica, sus palabras son el mejor rechazo a la mentira y a la calumnia, son una gran lección de ética moral estudiantil y revolucionaria.
Responsabilidad con la revolución chilena
He pensado siempre que la Universidad es un punto de confluencia de exigencias políticas, por una parte, y técnico-culturales por otras. Y eso es muy importante entenderlo ahora, con la amplitud debida, en el momento que vive nuestra Patria. Y es mejor que los jóvenes, quién mejor que los jóvenes universitarios para comprender y participar activamente en el momento histórico de la lucha combativa del pueblo chileno por su independencia económica y su plena soberanía. Quiénes con más limpieza y claridad, quiénes con menos compromiso con el pasado, quiénes con más compromisos con el futuro, que los universitarios. Quiénes pueden entregar sin reticencias ni trastiendas sus críticas justas que necesitamos para alcanzar mejor las metas y superarlas. Quién con más obligación que los estudiantes universitarios, que aún dentro de la realidad de un Gobierno Popular son privilegiados en comparación con cientos y miles de jóvenes que aún no pueden, a pesar del gran es fuerzo realizado, integrar a la Universidad, a los Liceos; y los niños en menor escala, a la educación Básica. Quién mejor que el estudiante universitario para hacer comprender que la juventud no puede evadirse de su responsabilidad con su propia conciencia, con el pueblo, con la historia, con la Revolución Chilena. Quién mejor que el estudiante universitario, para con su ejemplo arrancar del escepticismo, del cansancio prematuro, de la desviación del delito o del vicio en que caen, por desgracia, un porcentaje no pequeño de nuestros jóvenes. Quién mejor que el estudiante universitario, que a pesar de que las puertas se han abierto con esfuerzo para que ingresen a ellas sectores que representan a clases obreras; y que siendo la Universidad, en su mayoría, la expresión de sectores de clase media, medianos o bajos. Pero quién mejor entonces, que el estudiante universitario para comprender la necesidad imperiosa de su vínculo con los trabajadores, de su contacto con las masas, de su entrega a las batallas comprometidas con el pueblo.
Baste recordarle a ustedes que Francia y el continente europeo se vio convulsionado en un mes de mayo por la presencia combatiente de los estudiantes, que en los muros del viejo París y de las viejas universidades, escribieron pensamientos, ideas y consignas que aún perduran.
Pero ese esfuerzo, esa inquietud, esa violencia y esa ansia de los universitarios habría desaparecido si no se fortalece su inquietud, cuando estuvieron presentes, con la voz ronca del trabajo y el paso firme de los obreros, millones de trabajadores franceses que apoyaron a los estudiantes. Con ello estoy señalando la necesidad imperiosa que existe de entender con claridad, que los estudiantes deben estar cada vez más identificados, más vinculados, más hundidos en las ansias palpitantes del pueblo y más amarrados a la lucha del proletariado.
También es fundamental que el estudiante universitario comprenda en esencia y en profundidad, lo que es la revolución, la diferencia que hay entre la estrategia y la táctica, que cada país tiene sus características propias, su historia, su idiosincrasia. Que cada pueblo tiene que recorrer su propio camino frente a la realidad objetiva en que vive y se debate.
Desterrar la impaciencia y el sectarismo
Los estudiantes en el diálogo y la discusión ideológica, tienen que ir asentando sus convicciones para desterrar la impaciencia de algunos que creen que la revolución es algo muy sencillo y muy fácil de alcanzar, pero que no miran lo ocurrido, que sucede, lo acontecido y lo que acontece en el mundo y en este continente en que vivimos.
Yo no vengo aquí a pedir calma a la juventud, pero tampoco vengo a decirle que es justo que a veces se afiebren y que sean, sobre todo, algunos sectores, intolerantes y sectarios. Debemos ser amplios corno jóvenes, deben serlo ustedes, deben buscar la persuasión, la discusión, el debate ideológico, deben conquistar a otros jóvenes que no tienen militancia partidaria, que no tienen ubicación ideológica; deben buscar a otros jóvenes que teniendo militancia partidaria, bien pueden estar con nosotros, como sectores juveniles de la Democracia Cristiana en la gran batalla que queremos dar por la Patria.
Los estudiantes, fundamentalmente los universitarios, deben tener a mi juicio tareas concretas, entre ellas la más fundamental de todas es elevar el nivel ideológico de las masas, es crear una conciencia política en vastos y amplios sectores. Es dialogar, discutir, persuadir a aquellos que no han tenido la oportunidad de informarse, de leer, de conocer. Deben los estudiantes entonces, sobre todo Uds. los universitarios, ser el contacto más íntimo y más profundo, que permita llevar a las más distantes latitudes de Chile la labor del Gobierno, las conquistas alcanzadas, las dificultades que tenemos, los errores que cometemos. Deben los estudiantes hacer que el hombre de Chile entienda lo que es nuestro programa y su aplicación práctica y al mismo tiempo, ella debe una colaboración directa que yo diría casi profesional, aunque sean Uds. estudiantes frente a las múltiples actividades que Chile reclama y necesita.
Ya lo dijo el Rector y lo reafirmó Alberto Ríos, trabajo voluntario de Uds. en los más amplios matices, empresas, industrias, obras públicas, construcción, siempre habrá cabida para que entreguen la energía creadora de Uds. y Chile lo necesita ampliamente. Yo no tengo que pedírselos, después de haber escuchado las palabras del Rector y del Presidente de la Federación de Estudiantes, pero que esto se realice con apremio, con premura, pasión juvenil, por ejemplo vaciar todas las energías de Uds. en estos meses que quedan en que aún el sol entibia a Santiago y a Chile para que sean los pioneros y contribuyan al nuevo invierno que ampare a millares y millares de chilenos que no tienen techo ni abrigo. Que atiendan a los niños que son el futuro de Chile y a trabajar en esta tarea que es llevarles el fuego de la juventud a los que nunca supieron del calor humano.
Por eso, es que repito y reitero, que ha de vivirse siempre en contacto con el pueblo, con su realidad, positiva y negativa. No en la abstracción y menos en la utopía. Y por eso es que quiero también, frente a Uds. decir unas cuantas palabras frente a la realidad chilena. Para muchos lo que sucede en Chile ha sido producto de la suerte, de que se dividió la derecha y la Democracia Cristiana. Me parece un poco simplista el considerar los hechos sociales de esta manera. Los hechos históricos de nuestro país señalan una lucha del pueblo jalonadas de victorias parciales, y de cruentas derrotas, pero siempre una lucha, lucha en que también otras generaciones pusieron su acento de convicción y estuvieron junto a los trabajadores. Yo soy de la generación llamada del año 30, heredamos de la generación del año 20 una visión muy amplia sobre los problemas de los trabajadores de Chile y del continente. Nosotros recibimos la herencia del sacrificio estudiantil simbolizada en la muerte de Domingo Gómez Rojas aquel que dijera: “Hasta la muerte misma que los llore tendrá su muerte miserere”. Yo soy de la generación del año 30 que como símbolo de su lucha implicaba el sacrificio olvidado de Jaime Riesco y de Zañartu, por eso es que hay que entender que el proceso histórico de la lucha del pueblo en el campo sindical, en el campo de las reivindicaciones, estuvo marcado con el sacrificio de miles de chilenos en Ranquil, en San Gregario, en la Escuela Santa María, en la Federación Obrera de Magallanes, en Puente Alto, en José María Caro. Es decir ha sido esta lucha del pueblo y la conciencia de los partidos populares, vinculada a estas luchas lo que ha hecho posible la unidad y dentro de este concepto unitario, hacer posible el instrumento necesario para la conquista del Gobierno y avanzar a la conquista del poder. Por eso, es conveniente que los estudiantes piensen, que aquí en Chile hemos roto moldes que se estimaron tradicionales. Yo quiero recordar con satisfacción, que cuando vine aquí en la etapa preelectoral, o en la etapa electoral, yo les decía Uds. jóvenes, la lucha revolucionaria no sólo es, la insurgencia, el brazo armado, también puede ser la lucha electoral. Todo depende que las masas tomen conciencia de la significación que esta lucha tiene. Por ello, es que debo insistir que necesitamos vivir la realidad de Chile, no con esquemas pre-fijados o fijos, necesitamos estar creando constantemente nosotros mismos, porque no hay experiencia en el mundo de otro pueblo, que por los cauces legales haya alcanzado el Gobierno. No hay antecedente de otro país en que se busque y tendremos que conseguir realizar la revolución para transformar dentro de la propia democracia burguesa las conquistas políticas, transformar las libertades políticas en libertades sociales. Modificar la constitución y abrir el camino del socialismo dentro de los propios cauces y dentro de las propias leyes de la democracia burguesa. Necesitamos crear, repito, tener imaginación, ponerla en juego. Ver que la experiencia de otros pueblos puede servirnos, pero que hay que aplicarla a una realidad que es distinta y adecuarla entonces. Hay que tener convicción absoluta de cuál es nuestra configuración estructural y adónde vamos. Y es conveniente que esto lo entiendan, por su contenido político, los universitarios, los estudiantes deben entenderlo, y por cierto, los técnicos, los profesionales, sobre todo las masas obreras y campesinas. Y mañana, primero de mayo, día de la recordación por el sacrificio de tantos y tantos trabajadores. Les hablaré a ellos, para decirles cuál es mi pensamiento y el pensamiento del Gobierno frente a la responsabilidad que han asumido los trabajadores chilenos en esta etapa de transición para construir la Nueva Sociedad.
Si acaso, repito, en el campo político, es fundamental no olvidar lo que estaba señalando, con mayor razón, deben Uds. entender la exigencia que tiene Chile en esta etapa, para contar con mejores técnicos y profesionales en una superación constante; por eso, qué satisfactorio es oír decir a estudiantes, vamos a estudiar más, vamos a esforzarnos más, vamos a aprender más, vamos a ser mejores técnicos, porque eso es lo que Chile necesita.
Desarrollo, ciencia y tecnología
El desarrollo económico moderno requiere fundamentalmente del conocimiento científico y tecnológico, no se trata de caer en el cientificismo por el cientificismo, sino que adecuar los conocimientos a las realidades concretas del país.
Este es entonces, un frente fundamental compañeros jóvenes universitarios, tan importante y tan trascendente, como el frente político a que he hecho referencia.
Recuerden ustedes que el Programa de la Unidad Popular señala como punto esencial para el desarrollo económico la creación del área del capital social, es decir vamos a incorporar a Chile no sólo las empresas que están en manos del capital foráneo, sino que además, los monopolios que inciden en el proceso general de la producción, de la distribución y del consumo de nuestro país.
Pero necesitamos fundamentalmente y esencialmente, la presencia de técnicos y profesionales junto a los obreros que deben cada vez prepararse más. Junto a ellos, motor dinámico del desarrollo económico, y que van a participar en la dirección de las empresas, necesitamos los técnicos y necesitamos aun de ustedes, que no alcanzaron título profesional, necesitamos su presencia en el carbón, en el petróleo, en el cobre, trabajando en los meses de vacaciones o trabajando sacrificadamente, si es necesario, hasta el cansancio, en esta etapa tan dura para Chile; y si bien es cierto que tenemos ejemplos extraordinarios de responsabilidad de sectores obreros, técnicos, profesionales y universitarios; hay también algunos puntos negros que evidencian que hay sectores que no comprenden el contenido revolucionario en que el pueblo de Chile está embarcado.
Y con la misma franqueza y con mayor dureza le diré mañana a los trabajadores chilenos que no vamos a aceptar oligarquías ni aristocracias obreras, que no porque se trabaje en el cobre, en el petróleo o en ENDESA, se puede olvidar que hay cientos y miles de trabajadores que no tienen cómo ganarse la vida, que no tienen ocupación, que están cesantes, que las empresas del cobre, del acero o del salitre, son propiedad de los obreros, en cuanto ellos forman parte del pueblo, pero que no son empresas para satisfacer tan sólo las apetencias de ellos o de un grupo reducido, sino que son empresas del Estado para servir a Chile y a todos los chilenos.
Por eso, el socialismo requiere fundamentalmente del desarrollo técnico. Sin ello, no es posible el socialismo. Es la gran significación, el dominio de la naturaleza alcanzado por el socialismo, en función de la preparación científico-tecnológica en el campo socialista. De allí es que necesitamos dominar la naturaleza para ponerla al servicio del hombre, como necesitamos poner la economía al servicio del hombre y terminar con la explotación del hombre por el hombre.
Por eso, concretando mi pensamiento, quiero señalar una vez más lo que representa la conciencia universitaria que palpita a lo largo de la Patria. Puedo señalarles a ustedes que legítimamente están orgullosos de la Universidad Técnica, de los compromisos, por ejemplo, de la Universidad de Concepción con los trabajadores carboníferos de Lota y Schwager e iré el 15 de este mes a inaugurar la sede de la Universidad de Concepción, allá en la abandonada y miserable región carbonífera de Lota, en donde los obreros, sus mujeres y sus hijos brocha en mano le han cambiado la imagen a la ciudad para darle colorido, así como han cambiado el espectro negro de sus vidas con la esperanza que verán el sol, porque ahora las minas del carbón están dirigidas por los trabajadores del carbón.
Quiero saludar y felicitar, y me congratulo de la presencia aquí del Rector de la Universidad del Norte; porque ellos están comprometidos con los trabajadores del salitre y es grato dejar constancia de este hecho. Para qué hablar de nuevo de la Universidad Técnica y su convenio con la Central Única de Trabajadores, y ya hemos oído la amplitud de la matrícula en las nuevas carreras y la apertura hacia sectores obreros. De igual manera, las otras Universidades.
A un ritmo distinto del de ustedes, han avanzado en este aspecto que revela y dignifica al nuevo Chile.
Un hombre nuevo para la nueva sociedad
Compañeros y compañeras universitarias: han pasado varios meses, no muchos, desde la victoria popular para dar nacimiento al Chile Nuevo, que es necesario un Hombre Nuevo para la Nueva Sociedad y esto sólo será posible en ustedes, en ustedes que no están comprometidos, en ustedes que tienen la pujanza y claridad diáfana de la juventud. Por eso yo como viejo combatiente, les pido y les exijo que se preparen para la larga lucha revolucionaria que tenemos por delante, les pido que dejen de lado todos los prejuicios burgueses generados por el sistema que debemos reemplazar, por el régimen capitalista que debemos superar; les pido que utilicen sus mentes creadoras para hacer posible el afianzamiento de la revolución.
Que cada palabra de ustedes sea una denuncia, un reto, un grito de lucha y de combate, que sepan que nuestros adversarios están despiertos, hoy día aparentemente sometidos, pero esperando cualquier error, buscando el caos económico, el sabotaje, la disminución de la producción, creando la tentativa de dificultades internacionales y esperanzados en que se pueden tomar represalias cuando Chile avance en la conquista de sus riquezas fundamentales.
Es conveniente entender entonces que las conquistas alcanzadas por el pueblo de Chile, que respetamos nosotros y que son las libertades políticas, son una garantía también para que ellas se amplíen más y más, cuando el pueblo alcance plenamente una nueva sociedad y hayamos terminado con la alienación del hombre por el hombre. Por lo tanto, hay que capacitarse más, aprender más y ensenar más para construir la nueva sociedad. Por eso, el método más fundamental para ello es la autocrítica, el diálogo, la necesidad de discusión ideológica y por ello que insisto tanto y tanto en ello.
Ustedes deben entender y comprender el instante que vive Chile y deben entender también que hombres que ya hemos transitado largos años por la vida política de la Patria hemos llegado a entender lo que representa la presencia de la juventud y su responsabilidad en el Chile de mañana. Nosotros, mal que mal, hemos cumplido con el mandato del pueblo y seguiremos cumpliéndolo. Son ustedes, compañeros jóvenes, son ustedes muchachos y hermanos menores los que tienen la más amplia responsabilidad. Nosotros abrimos el camino para que pase el pueblo; y con su fuerza, su fe, su sacrificio empiece a construir el socialismo.
Ustedes lo van a vivir a plenitud, ustedes lo van a edificar, ustedes van a hacer posible la superación en la más amplia dimensión humana, ustedes llevan en sí mismo, nosotros no, ustedes sí, el Hombre Nuevo para la Nueva Sociedad. No defrauden su propia conciencia, no defrauden a Chile y al Pueblo.
Yo tengo fe en que ustedes serán los sembradores del socialismo y cosecharán el socialismo para el pueblo.