Pronunciado: El 5 de septiembre de 1970.
Versión digital: Eduardo Rivas, 2015.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 1 de
febrero de 2016.
Allende.- Radomiro Tomic, a las doce y media del día y frente a la inmensa mayoría de los medios informativos nacionales y algunos extranjeros que estaban allí, expresó que había ido a saludar a su amigo el Presidente electo. Yo destaco esta actitud de Radomiro Tomic y la señalo como una lección democrática y como una firme convicción de que debe respetarse y se respetará la victoria popular.
Quiero agregar que también recibí en la tarde de hoy a representantes de la juventud de la Democracia Cristiana encabezados por el diputado Ramírez, de esa colectividad, quienes reiteraron la decisión de su colectividad política y de ellos de reconocer la victoria popular.
Igualmente significativo ha sido para mí, como candidato de la Unidad Popular, recibir la visita de la Asociación de Magistrados, vale decir del organismo que agrupa a los que trabajan en el Poder Judicial. En representación de esa asociación concurrieron hasta mi casa dos ministros de corte, una secretaria y dos redactores para señalar que no sólo ellos estimaban indiscutible nuestra victoria, sino, lo que es más importante, para decirme que con sumo agrado e interés deseaban contribuir con su experiencia y su trabajo a dar forma a las nuevas leyes que permitan una justicia eficaz, rápida y con un sentido social distinto. Por último, fuera de las múltiples visitas de distintas personalidades, quiero señalar por lo significativo que ha sido, el que hoy también estuvieran en mi casa los rectores de la Universidad Católica, de la Universidad Técnica y de la Universidad del Norte, y pienso que si el tiempo se lo hubiera permitido habría estado aquí asimismo el rector de la Universidad de Concepción, quien antes de la campaña anticipara su apoyo a la postulación popular. Por último, quiero señalar que tengo más de cien cables venidos desde el extranjero y fundamentalmente de los movimientos populares de América Latina, destacando la satisfacción de esos sectores ante la victoria del pueblo chileno. Lo cual viene a corroborar lo que el comando de la Unidad y el propio candidato sostuvieran en el sentido de que esta lucha nuestra, siendo auténticamente chilena, tenía proyecciones continentales y quizás, también lo dijimos, mundiales -al margen, por cierto, del candidato y aun de los dirigentes-, señalando que confluyeron en la Unidad Popular gentes de un pensamiento laico humanista y racionalista como las del Partido Radical, junto al pensamiento marxista de comunistas y socialistas y el claro pensamiento cristiano de los compañeros y amigos del M.A.P.U.
No hay otro país del mundo capitalista desarrollado o en vías de desarrollo que haya podido aglutinar un movimiento tan amplio y al mismo tiempo tan profundo, porque si bien es cierto, me imagino, que no habrá ningún periodista nacional que desconozca el programa de la Unidad Popular, quiero señalar para los corresponsales de otros países (y no uso deliberadamente el término extranjero, ya que no deben sentirse extranjeros en Chile), quiero destacar, digo, que la Unidad Popular ha demostrado la amplitud que alcanza por las fuerzas políticas y sociales que la integran, porque además de los cuatro partidos, radical, socialista, comunista, social demócrata, y los movimientos M.A.P.U. y A.P.I., las fuerzas sociales que apoyaron la postulación popular estuvieron expresadas fundamentalmente por los cuadros sindicales, la Central Única de Trabajadores, dos de los tres más poderosos movimientos campesinos y once de las doce federaciones de estudiantes de Chile. Quiero destacar, como un hecho también muy trascendente, que la Sociedad de Escritores de Chile, a través de sus once directores, estuvo junto a nosotros, y que los artistas, los creadores, los intelectuales, todas las gamas de la capacidad intelectual y creadora del hombre, tuvieron una participación activa, generosa y abnegada en nuestra victoria, lo que se expresó en una exposición que los plásticos hicieron a lo largo de cincuenta provincias, y en el apoyo de los artistas teatrales, que concurrieron a las poblaciones marginales, de los folkloristas, que llevaron también sus cantos y su anhelo renovado, o de los poetas, que llevaron sus versos hasta el pueblo. De la misma manera señalo la presencia de técnicos y profesionales.
Nosotros luchamos para que Chile deje de ser un país dependiente en lo económico, en lo cultural y en lo político, y no queremos que nadie se engañe, es un programa muy definido y no es el programa comunista, socialista o radical, social demócrata, mapista o del A.P.I. Es un programa donde confluyeron los trabajos y las opiniones de los representantes de los cuatro partidos y los dos movimientos, un programa esencial y categóricamente anti-imperialista, patriótico y nacional, destinado a hacer posible el desarrollo económico chileno con nuestro propio esfuerzo y nuestros propios recursos. En esencia implica recuperar para Chile la riqueza Patria que está en manos del capital foráneo, nacionalizar los monopolios de distribución, producción y comercialización que sean fundamentales para hacer posible el área de economía social que tendrá que orientar y dirigir el desarrollo económico del país, estableciendo además que habrá un área mixta de capitales privados asociados con el Estado, con mayoría del Estado siempre que sean capitales nacionales, y además un área privada para pequeños industriales o artesanos y comerciantes, que seguirán lisa y llanamente actuando como lo han hecho hasta ahora, con la diferencia de que encontrarán la ayuda, sobre todo crediticia, y la garantía que pueda otorgar el Estado respecto a la adquisición de sus productos.
Comprenderán los corresponsales de otros países que si eso queremos en el campo económico es para poner la economía al servicio del hombre y producir, no para una clase mayoritaria, sino para las amplias y vastas necesidades del pueblo chileno. Yo creo en la ética periodística, en la honradez de los que nos visitan para que se compenetren del drama de nuestra Patria, que se expresa en niveles brutales de desnutrición, de cesantía, de falta de viviendas, de incultura, de mala alimentación, que se manifiesta con una elocuencia también dramática en un proceso inflacionista que es crónico y más que centenario, que golpea en forma extraordinariamente dura a los que viven de un sueldo y un salario y que hace imposible la existencia de aquellos que habiendo trabajado cuarenta o cincuenta años tienen pensiones irrisorias.
Y quiero señalar aquí que no negamos lo que otros gobiernos hayan hecho, pero sostengo enfáticamente que ningún gobierno, sí, ningún gobierno de América Latina, y dejo al margen Cuba, por tratarse de un régimen distinto, ha sido capaz hasta ahora de solucionar los problemas del hombre. El hombre latinoamericano vive alienado frente a la inseguridad del diario vivir. Baste decir que en América Latina faltan diecinueve millones de viviendas y que hay ciento cuarenta millones de analfabetos y semianalfabetos, once millones de parados y seis de semiparados, vale decir sin trabajo, y que, según un informe de la F.A.O., el sesenta y dos por ciento de los hombres latinoamericanos se alimenta mal. Me parece que no debo citar aquí a hombres de la capacidad de Josué de Castro o del sentir humano y cristiano de Hélder Cámara para reforzar mis palabras y la cultura de ustedes los obliga a saber lo que pasa en este continente. Somos países potencialmente ricos y, sin embargo, somos países pobres, dramáticamente pobres. Somos países que estamos endeudados por cuatro o cinco generaciones y, sin embargo, somos países exportadores de capitales, y los estudios de la C.E.P.A.L. señalan dura y categóricamente que son mucho mayores las corrientes de dinero que salen de nuestras fronteras que las que ingresan por inversiones de los capitales privados o por la ayuda que recibimos.
En resumen, el drama de los pueblos latinoamericanos es similar, y en el caso de Chile, aun reconociendo que éste es un país políticamente más evolucionado, verdad es que la realidad del hombre común, de la familia chilena se expresa en lo que he dicho, y creo que es patriótico pedirles a los que nos visitan que entiendan y comprendan nuestro drama y que se gasten unos cuantos escudos y vayan a las poblaciones marginales, que vean que a diez minutos del Palacio de la Moneda hay miles de chilenos que chapotean en el barro y duermen bajo carpas o toldos de género que ni siquiera son un amparo mediocre para la lluvia, el frío o el viento.
Quisiera que preguntaran cuántos miles de esos chilenos tienen trabajo y cuántos están cesantes; quisiera que preguntaran cuál es la dieta alimenticia de ellos; me gustaría también que fueran a la puerta de los hospitales para ver cuánto esperan y cuántas veces tienen que volver las madres chilenas para poder recibir atención.
Entonces comprenderían que la Unidad Popular nace de un hecho muy claro y muy profundo: el fracaso del régimen capitalista y el fracaso del reformismo del gobierno demócrata cristiano del señor Frei. Quiero señalar todavía que la dependencia económica del capital foráneo se ha acentuado, y si antes nosotros podíamos denunciar que las riquezas básicas del país, las materias primas, estaban en manos del capital extranjero, hoy podemos lamentablemente denunciar que también lo están industrias medianas e industrias importantes. Ejemplo: hemos comprado parte de las acciones de empresas cupríferas, pagando por ello un alto precio; sin embargo, se han entregado al capital extranjero las manufacturas nuestras, como MADECO y MADEMSA y Cobre Cerrillos, en una actitud paradojal e increíble. A pesar de esto, a ustedes les habrá producido una impresión extraordinaria, y empleo este término porque creo que es justo, lo que han podido presenciar en el día de ayer, cuando han visto de qué manera los medios de difusión esenciales están acaparados por sectores poderosos del punto de vista económico nacional. Frente a esto se ha alzado un pueblo consciente, de alto nivel político, con un sentido de responsabilidad increíble. Ustedes han visto asimismo -después de una victoria no cuestionada, pero sí en cuanto a número no muy amplia- cómo espontáneamente se han reunido miles y miles de gentes, y lo hicieron con alegría, con fervor, con patriotismo, y al término de este acto nadie ha podido comprobar, nadie ha podido comprobar ni la más leve provocación, ni un vidrio roto, ni un auto abollado, porque el pueblo de Chile sabe que los problemas son mucho más profundos y más hondos, tiene conciencia de que esta victoria electoral no es la victoria de un hombre, sino que es la victoria de un pueblo, y que el pueblo será gobierno y que en noviembre no va a entrar el compañero Allende solo, va a entrar el pueblo a través de los partidos que integran la Unidad Popular y las fuerzas sociales a que he hecho referencia. He creído necesaria esta exposición preliminar frente, sobre todo, a los corresponsales venidos de otros países para enseguida someterme voluntariamente a la tortura de las preguntas que quieran hacerme. (Aplausos.)
Coordinador.- A preguntas exclusivamente de colegas de la prensa nacional o extranjera que den nombre, órgano o país al que representan.
José Enrique Tarido, de Circuitos Obelar, de Colombia.- Quiero preguntarle cuál será el planteamiento político del nuevo gobierno frente al régimen de Cuba, dado que en algunos países se ha mencionado la posibilidad de someter el reconocimiento de Cuba a la O.E.A.
Allende.- Compañero, el programa de la Unidad Popular dijo muy claramente que Chile mantendrá relaciones diplomáticas, comerciales o culturales con todos los países del mundo, al margen del régimen que ellos tengan como gobierno. Por lo tanto, nosotros no someteremos a ningún organismo internacional nuestro derecho soberano de tener relaciones con todos los países del mundo, y por cierto, díganlo muy claramente, que es nuestro propósito tener relaciones con Cuba, con Corea, con la República Democrática Alemana, con la República Popular China y con Norvietnam, y queremos acentuar y ampliar las relaciones con el resto de los países. Lo único que pedimos es que se respete la autodeterminación de los pueblos y la no intervención. En cuanto al Pacto Supranacional Andino, nosotros mantendremos todos los compromisos que representen la posibilidad de intensificar los vínculos con los países latinoamericanos y que sean favorables a Chile.
Coordinador.- Ahora el colega Tom Streiborg, de la N.B.C. de Estados Unidos.
Streiborg.- Doctor, ¿cómo ve el impacto de su victoria en otros países de América Latina?
Allende.- A juzgar por los cables que tengo aquí, en forma muy satisfactoria. De parte de los movimientos populares, no les puedo decir de parte de los gobiernos, porque, lógicamente, usted comprende que ellos no van a expresar sus puntos de vista todavía. Creo que la victoria popular señala un camino que podrá, de acuerdo con la realidad de cada país, ser o no empleado en esos países.
Enviado del Canal 4 de Caracas.- Doctor Allende, dado lo radical de su programa y ante el temor de que algunos grupos financieros tanto nacionales como internacionales provoquen una fuga de capitales, ¿usted iniciará de inmediato gestiones ante el Presidente Frei a fin de que se dicten medidas para evitar en lo posible situaciones tales?
Allende.- Yo pienso que el Presidente de Chile es un hombre muy patriota, que tomará, sin que yo se lo insinúe, las medidas para defender a Chile y sus nóminas.
Coordinador.- El colega… de la revista… de Hamburgo.
Periodista.- Doctor Allende, usted acaba de declarar que desea establecer relaciones diplomáticas con todos los países del mundo que respeten la soberanía de la República de Chile, pero especialmente con los países socialistas. Nosotros sabemos que existen diferencias profundas ideológicas y políticas, por ejemplo, entre China (la República Popular de China) y la Unión Soviética. ¿Desea usted aplicar una política igual o parecida a la de Rumania, que pretende mantener una relación cordial igualmente con la Unión Soviética y con China?
Allende.- Ya le he dicho que tendremos relaciones con todos los países del mundo. Al margen del régimen de gobierno que en esos países impere. Y al margen de la interpretación que tengan esos países de algunas concepciones doctrinarias. O de la interpretación que pueda darse, en el caso de países socialistas, de algunos aspectos del marxismo. Mantendremos iguales relaciones. Más claro no puedo ser.
Coordinador.- El colega Ted Córdova Claure, de la Televisión Nacional Boliviana.
Córdova.- Doctor Allende, mi pregunta se divide en dos partes. Una es: ¿Significa su triunfo un desaparecimiento definitivo de las tesis de la lucha armada de la historia chilena? Y la segunda: ¿Ha recibido usted cables entre la cantidad que menciona de movimientos tales como Tupamaros o el Ejército de Liberación Nacional de Bolivia?
Allende.- No, no he recibido. En cuanto a la primera parte, usted comprende que si los partidos que integran la Unidad Popular buscaban la vía del sufragio era porque no comparten dichas tesis. Si esos grupos las comparten, es responsabilidad de ellos. Nosotros no tenemos ningún compromiso político con ningún grupo, con ningún partido, con ninguna fuerza que no sea la Unidad Popular.
(Pregunta un enviado de un canal de televisión chileno. Le pregunta con respecto a la deuda con Estados Unidos.)
Allende.- Trataremos de renegociarla para pagarla a más largo plazo y con el mínimo de interés. Lo fundamental es darles de comer a los chilenos y darles trabajo. Podríamos emplear la frase bíblica: la caridad empieza por casa.
Coordinador.- Santiago Reyes, de Radio Mitre de Buenos Aires, Argentina.
Reyes.- Doctor Allende, usted estuvo con el candidato demócrata cristiano Radomiro Tomic esta mañana. Durante la entrevista de ustedes, ¿se habló en términos exclusivamente protocolares o se habló respecto a la posibilidad de que la bancada demócrata cristiana, que es la que, en definitiva, va a definir la posición del Congreso a partir del veinticuatro de octubre, apoye su candidatura?
Allende.- Yo creo que implícitamente la presencia de Radomiro Tomic y la presencia de la juventud demócrata cristiana y la propia declaración del partido Demócrata Cristiano señalan una actitud. Eso no significa que yo haya avanzado conversaciones de tipo político y mucho menos compromisos políticos. En la directiva de la Unidad Popular no hay un jerarca, hay un comando político, y este problema o cualquier otro que pueda plantearse yo habré de decidirlo con mis compañeros. Pero estaba ausente absolutamente de mi mente una posibilidad de un planteamiento de este tipo. Yo creo que la actitud de la Democracia Cristiana tiene ese valor moral de reconocer una victoria sin condicionarla a ninguna exigencia política.
Coordinador.- El colega Hernán Uribe, de Prensa Latina.
Uribe.- Doctor Allende, ¿cuáles son sus planes inmediatos?
Allende.- Inmediatamente después de librarme de ustedes, descansar. Por lo menos cuarenta y ocho horas. De los periodistas sobre todo. (Risas.)
Coordinador.- El colega Joseph Basehart, del Newsworld Reporter.
Basehart.- (Hace una pregunta ininteligible en inglés.)
Allende.- Yo creo que esa pregunta no tiene ninguna base. Es una pregunta que ya la he contestado en forma dura y no lo voy a hacer con usted. Porque eso es suponer que las Fuerzas Armadas chilenas son similares a algunas Fuerzas Armadas que no son profesionales, sino que son guardias pretorianas, y pongo un caso muy claro: Fidel Castro luchó en Cuba contra Fuerzas Armadas al servicio de un dictador y, por lo tanto, tuvo que triunfar con las armas en la mano y derrotar a esas Fuerzas Armadas, que por lo demás estaban pésimamente preparadas, a pesar de que estaban asesoradas por una comisión americana… El pueblo cubano las derrotó…; lógicamente no iban a quedar en pie esas Fuerzas Armadas. Allá hubo una guerra. Aquí no ha habido ninguna guerra; aquí ha habido una guerra de afiches, de propaganda y de votos; aquí no hay problemas entre las Fuerzas Armadas de Chile y el pueblo; yo creo que las Fuerzas Armadas de Chile han demostrado a lo largo de los años respeto a la constitución, a la ley y a la voluntad popular y que en esta ocasión también lo harán.
Cronista de Radio Magallanes, de Santiago.- Entre los cuarenta puntos de su programa de gobierno figura el Ministerio de la Familia. ¿Qué características concretas tendrá ese ministerio, que es el primero que se creará en la historia del país?
Allende.- Nosotros hemos dicho que lamentablemente la familia, como una realidad social, como un vínculo humano, como un hecho real, no existe en un porcentaje muy alto por cierto. Problemas de trabajo por una parte, la concepción de una moral canija y absurda, por otra, que coloca al hombre en situación de preeminencia, la irresponsabilidad social, hacen que en realidad en un porcentaje muy alto la familia chilena sea un mito. Para nosotros no puede haber una familia que tenga una base sólida si el hogar es una pieza en que viven seis o siete personas, si hay que compartir a veces entre seis personas una misma cama, si los hechos más íntimos y biológicamente más necesarios tienen que hacerse frente a niños ya crecidos. No puede creerse que haya una familia cuando no hay qué comer, nadie puede imaginar que puede haber tranquilidad en un hogar cuando el padre está cesante y la compañera no tiene con qué parar la olla; nadie puede imaginarse inclusive que cuando hay bajos ingresos que no alcanzan para satisfacer las necesidades esenciales, pueda asentarse la familia. Y tampoco puede existir la familia propiamente tal descansando sobre el esfuerzo y sufrimiento increíbles de la mujer chilena. Si no trabaja tiene el drama de tener que hacer de madre, de empleada, de cocinera y de compañera y no tiene tiempo para esas cosas, y si trabaja, tiene la angustia de dejar sus hijos abandonados. Por eso que el Ministerio de la Familia tiene un profundo sentido social y humano. Porque nosotros queremos coordinar a distintos organismos que de una manera u otra tienen relación con el niño, con el joven, con la madre y con el anciano.
Por ejemplo, cuando nosotros hemos dicho que podemos darle como mínimo medio litro de leche a los niños, ha habido un escándalo de parte de aquellos que piensan que esa medida no tiene importancia. Comprendo que para mí, senador, no sea problema comprar si se me ocurre cinco litros de leche al día; comprendo que para un profesional, para un general, para un comerciante, tampoco. Pero para una compañera que vive en una población marginada, comprar un litro de leche ya es un problema, y comprar dos, es una tragedia, y nunca puede hacerlo. Por eso hemos dicho nosotros que vamos a dar medio litro de leche. Pero aquellos que nos critican desconocen conscientemente o inconscientemente que hay una ley Olivia que obliga a dar leche a los niños en los consultorios del Servicio Nacional de Salud hasta los seis años, y que, por lo tanto, ese problema estaría solucionado en sus grandes líneas. También desconocen que existe lo que se llama el desayuno escolar y la Junta de Auxilios y de Becas, en los cuales la izquierda ha tenido una extraordinaria influencia. Por ejemplo, yo reconozco que comparativamente, en los dos primeros años del gobierno del Presidente Frei se compraron algo así como dieciséis millones de kilos de leche en polvo, mientras que en el gobierno de Alessandri hubo sólo un promedio de doce millones de kilos de leche en polvo.
Lamentablemente, en los dos últimos años bajó la compra a niveles similares a los de Alessandri. Lo que yo me pregunto es dónde está el problema y la dificultad. El Servicio Nacional de Salud podría darle leche cumpliendo con la ley a todos los niños hasta los seis años. Pero para eso los gobiernos deberán cumplir con la ley primero. Resulta que al Servicio Nacional de Salud, desde el gobierno de Ibáñez hasta el de Frei, se le debe la no despreciable suma de doscientos veinte mil millones de pesos chilenos. Entonces (quiero terminar) el Ministerio de la Familia está destinado a coordinar estas cosas. Por ejemplo, le digo a los corresponsales extranjeros: ¿creen justo, humano y socialmente aceptable que en Chile, donde hay trescientos ochenta mil jubilados, hombres y mujeres trabajadores, por la ley diez mil trescientos ochenta y tres, el ochenta por ciento de ellos reciba una pensión de doscientos cuarenta y siete escudos al mes? Una pieza en un conventillo vale cincuenta escudos, y hay algunos jubilados que reciben pensiones de ciento ochenta a doscientos y doscientos cincuenta escudos al mes. ¿Creen ustedes que un país puede seguir en estas condiciones y que no se está al borde de un justo estallido social frente a tan brutales discriminaciones e injusticias? El Ministerio de la Familia tendrá, entre otras cosas, esta preocupación. Que comience con la mujer que espera familia. Y es ley nuestra la que le da asignación familiar a la madre cuando el niño o la niña, cuando el futuro ser está en el vientre, y también al anciano que tiene derecho a un descanso legítimo y a una jubilación que le permita vivir como un ser humano las últimas horas de su existencia después de haber trabajado cuarenta o cincuenta años.
Periodista del Diario “La Tercera”, de Santiago.- Doctor Allende, ¿qué significado político atribuye usted a su triunfo electoral de ayer?
Allende.- No percibo bien la pregunta, María Eugenia.
Periodista.- ¿Qué significado político tiene su elección para usted?
Allende.- ¿El significado político? Es la victoria del pueblo, el ingreso del pueblo al gobierno y el ejercicio del poder por el pueblo.
Periodista del “Expreso”, de Lima.- Doctor Allende, siendo nuestro diario propiedad cooperativa de sus propios trabajadores, es de nuestro interés preguntarle: ¿cuál será su política frente a la prensa, a sus vinculaciones con los grandes capitales y a la libertad de los periodistas de defender y de difundir sus propias ideas?
Allende.- Sobre esta materia creo que no puede haber duda. He sido el único candidato a quien le ofrecieron una manifestación seiscientos trabajadores de los medios de difusión, y allí expresé con claridad meridiana nuestro pensamiento.
Señalé, por ejemplo, que de un tiraje más o menos, y perdón si me equivoco, porque no me acuerdo exactamente, pero digamos un tiraje diario de cerca de ochocientos mil ejemplares, quinientos y tantos mil pertenecen a dos familias o a dos grupos: El Mercurio y La Tercera. De las radios, el setenta por ciento de la sintonía pertenece a dos radios: Portales y Balmaceda.
Sostuve que en el régimen capitalista muchos clanes tienen sus medios de difusión para defender sus intereses; hice presente que en el mundo contemporáneo el comercio de la noticia es una cosa de extraordinarios beneficios pecuniarios y agregué que los latinoamericanos tenemos como biberón intelectual lo que nos quieran dar a través de las agencias informativas extranjeras, que nos dosifican la leche que necesitamos para pensar.
Poniendo el color que les ocurra y matizándolas como quieran.
Sostuve que si había una profesión postergada y desconocida en el capitalismo era la del periodista, que muchas veces se veía obligado, frente al imperativo de vivir, a tergiversar una información, no dar una cifra exacta, no comentar objetivamente un hecho político o escribir contra sus ideas. Destaqué que aun en el mundo capitalista europeo había, por ejemplo, cooperativas, es el caso, me parece, de Le Monde, dije que en la revista Der Spiegel, de Alemania Occidental, existía también una cooperativa, y expliqué que también existían en México y en el Perú. Agregué que con los periodistas discutiríamos la mejor forma para que a través de su agrupación gremial ellos tuvieran la más amplia garantía de información y se pudieran dignificar al máximo en su carrera, y que quisiéramos nosotros que ellos tuvieran acceso a la dirección y orientación de los rotativos, y nos parecía que el sistema cooperativo era interesante. Por ejemplo, lo reitero con una gran esperanza personal y nacional: que deje de ser El Mercurio solamente la avanzada para defender los intereses económicos de un clan, uno de los más poderosos de Chile, y se convierta en un diario que defienda de una vez los intereses de Chile y los chilenos.
Periodista del “Expreso”, de Lima.- ¿Tiene usted en cuenta la necesidad de realizar la tarea de formación o de concientización, como se dice ahora?
Allende.- Perdón, compañero, excúseme…
Periodista.- Le estoy preguntando, senador, si usted ha considerado la necesidad de realizar una tarea de concientización de las grandes masas populares para una mayor comprensión y un mejor respaldo a su programa de hoy.
Allende.- Efectivamente. Y por eso que hemos dicho que se organizaron los comités de acción popular, que no eran comités de tipo electoral, sino, además, de difusión y de elevación del nivel político de los que allí trabajan y laboran. Por eso dijimos que era obligación que en esos comités, además del empadronamiento electoral, la preparación de apoderados, el inscribir a la gente, se estudiara el programa y se le analizara, que cada hombre de esos comités y cada mujer supiera qué significaba para él y para su familia el programa. Ahora pienso que el resultado de la votación de ayer está señalando que lo que hemos sembrado durante años germinó. Porque usted sabe, compañero Gana, que la batalla ha sido dura y difícil y nuestros enemigos muy poderosos y, sin embargo, un programa tan decidido y tan claro, un lenguaje tan honestamente claro como el nuestro, donde decíamos que perseguíamos cambios estructurales, pero reales, que nuestra posición era definidamente anti-imperialista, anti-oligárquica y anti-feudal, ha cuajado en vastos sectores no sólo de campesinos y obreros y empleados, sino aun en sectores profesionales y técnicos, en pequeños y medianos comerciantes o industriales, es decir, en gente que ha comprendido que dentro del régimen y el sistema capitalista de hoy cada vez se concentra más el poder económico en menos manos y cada vez aumenta más el drama de las gentes.
Por eso es que nosotros podemos decir que hemos contribuido a crear una conciencia política y sobre todo una gran conciencia nacional, a crear una conciencia patriótica, a señalar que nada tenemos contra el pueblo norteamericano, por ejemplo, pero sí tenemos, y mucho, contra los monopolios norteamericanos; sí tenemos, y mucho, contra el capital americano, que ha deformado la economía de Chile; sí tenemos, y mucho, contra el capital americano, que se ha infiltrado en industrias medianas, en industrias grandes y aun en bancos que trabajan inclusive con el dinero nuestro. Sí, y mucho, con ese capital que a veces ni siquiera llega como aporte y que utiliza el crédito que consigue a través de la Corporación de Fomento. Hemos creado una gran conciencia nacional, y esa conciencia nacional ha germinado en la victoria de mañana, y ésa la vamos a afianzar y estamos seguros que cuando tomemos las medidas que vamos a tomar, miles de gentes que estuvieron del otro lado o que titubearon van a comprender la justeza de nuestra posición.
Luis Esteban Rey, de la Revista “Bohemia”, de Venezuela. Presidente Allende…
Allende.- Es una de las revistas más caras. (Risas.)
Rey.- Gracias. Aquí hay una pequeña noticia que tengo entendido que afecta al pueblo chileno y que apareció hoy en El Mercurio, procedente de Washington. Es de la Associated Press… (No se entiende la pregunta.)
Allende.- Hace muchos años que le enseñamos al país sobre la base de un informe hecho por una subcomisión del Senado norteamericano que seis hombres en el mundo controlaban la producción, los precios y el mercado del cobre, y en ese informe, bastante interesante, en la parte final, había una especie de telaraña tejida por las arañas financieras que hacían que el cobre girara en torno a los grandes y poderosos grupos financieros americanos. Chile, por lo demás, ha vivido una experiencia bastante clara. En la segunda guerra mundial se le fijó a Chile un precio de once centavos la libra de cobre, mientras el cobre que se producía dentro de Estados Unidos se pagaba hasta veintitrés centavos la libra de cobre. Ello significó un aporte de Chile, obligado porque se monopolizó la compra y significó que Chile aportó seiscientos millones de dólares al triunfo de las “democracias” contra el nazismo en la segunda guerra mundial. No me extrañaría que quieran “presionarnos”, aunque no les será fácil, entre otras razones, porque, según algunas informaciones, parece que la producción nuestra está vendida totalmente este año y parte del próximo. De todas maneras, creo que hay un mundo que también nos puede comprar cobre, y ese mundo tiene mil doscientos millones de habitantes.
Es el mundo socialista, al cual no le vendemos nada. Nosotros estamos dispuestos a comerciar con todos los países del capitalismo industrial y con todos los países del socialismo. Como no podemos comer cobre, lo vamos a vender, y no habrá fronteras que nos limiten el derecho a vender. Pero no lo vamos a vender como materia prima sólo: lo vamos a trabajar en Chile y vamos a hacer un esfuerzo en un proceso de industrialización mucho más profundo, porque no queremos seguir siendo productores de materias primas tan sólo. Su información yo se la agradezco, porque puede apuntar una amenaza. Ojalá no lo sea. Sabremos defendernos, no le quepa la menor duda, si eso ocurre.
Periodista Rey.- Tengo otra pregunta. Usted ha sostenido que para poner en práctica su programa popular, transformación del subsuelo, expropiación de empresas, va a necesitar leyes en cuyo marco quiere que se desarrolle dicho plan.
La pregunta es: ¿cree usted que contaría con la mayoría del Parlamento para la aprobación de esas leyes fundamentales para el desarrollo de su programa, y en caso de no contar con esa mayoría, cuál sería entonces su actitud?
Allende.- Desde luego la propia Constitución franquea un camino y es el del plebiscito cuando hay un rechazo de ideas esenciales por parte del Congreso.
Nosotros apelaremos a ese camino y a esos recursos. Y si ganamos la elección, con más razón ganaremos el plebiscito. Y eso nos abre el camino que a usted le inquieta y a mí también.
Como eso puede demorarse un poco, nosotros pensamos que algunas iniciativas legales encontrarán apoyo sin discusión en sectores de la propia Democracia Cristiana, porque pensamos que serán consecuentes con sus ideas y con el programa que Radomiro Tomic planteó frente al país. Si él ha sostenido que el capitalismo ha hecho crisis y el neocapitalismo también, y planteamos algunas iniciativas tendentes a crear una economía nacional, pienso que vamos a encontrar ese apoyo, como ellos encontraron apoyo, a pesar de que se dice que no es así, en nosotros. Cuando se derogó la ley “mordaza”, como la llamaban los periodistas chilenos, nosotros habíamos tomado primero la iniciativa de presentar el proyecto, pero votamos el proyecto demócrata-cristiano. y el más importante de los proyectos de la Democracia Cristiana, el de Reforma Agraria, no sólo contó, compañero, con nuestro apoyo, sino con el apoyo irrestricto de uno de los más queridos compañeros nuestros y quizás, y lo digo no porque esté muerto, el más capaz siendo el más joven de los senadores socialistas y los parlamentarios, Salomón Corvalán, que era Presidente de la Comisión de Agricultura, y a quien le rindiera un homenaje emocionado el ministro de Agricultura del gobierno de Frei, porque la mayoría de las indicaciones que mejoraron a ese proyecto tuvieron la capacidad, el esfuerzo y la convicción socialista de Salomón Corvalán. Yo pienso que algunas de las iniciativas nuestras es posible que encuentren en el Congreso ese apoyo de la Democracia Cristiana si son consecuentes, como espero que lo sean. La presencia de la juventud y del propio candidato en mi casa hoy día me dan una esperanza muy cierta, e iremos a buscar en definitiva, como lo he dicho, el plebiscito como una manera de solucionar también, en definitiva, los problemas que queremos enfrentar.
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Coordinador. En vista de que la hora avanza. (Habla un enviado de la Confederación del cobre.)
Enviado.- Hay un grupo de trabajadores del cobre, afortunadamente minoritario, que tal vez tomando como ejemplo la situación de algunos organismos del Estado, tiene miedo a la nacionalización total y auténtica del cobre. Como director de la revista Cobre, yo quisiera que usted me dijera cuál va a ser la posición de su gobierno del punto de vista económico y social de los trabajadores del cobre.
Allende.- En realidad, yo creo que para que los compañeros corresponsales extranjeros tuvieran una conciencia clara de los problemas habría que detallar.
Nosotros hemos ganado en El Teniente, que es cobre y poderoso. Hemos ganado en El Salvador y en Potrerillos, que es cobre y poderoso. Y hemos perdido en Chuquicamata, donde tradicionalmente perdimos porque perdimos en el año sesenta y cuatro: Ahí se hizo una campaña muy tenaz y muy fuerte de los sectores derechistas. Fundamentalmente el señor Alessandri apoyaba a la compañía para hacer creer a los trabajadores que los íbamos a convertir en empleados públicos. En primer lugar, desprestigiando a los empleados públicos, porque no creo que sea delito ser empleado público, y al contrario, creo que en un Estado popular el ser empleado público es una responsabilidad y una dignidad. Por otra parte, nosotros no somos partidarios de que haya oligarquías de obreros. Y si algunos trabajadores del cobre han perdido su sentido de clase, bueno, lo sentimos mucho, pero destacamos que la mayoría no lo ha perdido.
Por lo demás, esos que perdieron su sentido de clase también son ignorantes, porque no saben que su situación es muy inferior a la de algunas empresas del Estado, por ejemplo, la Empresa Nacional del Petróleo (E.NA.P.), la Empresa Nacional de Electricidad (E.N.D.E.S.A.) y la Compañía de Acero del Pacífico (C.A.P.), que si no es ciento por ciento estatal, tiene predominio y guía estatal. Las condiciones de vida, de salarios y de ingresos son muy superiores a las que tienen los propios trabajadores del cobre. Los trabajadores del cobre del punto de vista de la higiene industrial no tienen nada, absolutamente nada, que comparar, y yo sé esto y puedo hablar bastante porque he sido cinco años Presidente del Colegio Médico de Chile y he dado clases de medicina social; la psicotuberculosis es algo que golpea muy fuertemente a los obreros del cobre y el criterio preventivo no está a la altura de una industria con esa productividad y esos capitales invertidos. Las viviendas de los trabajadores de Chuquicamata no se pueden comparar con las viviendas de los trabajadores de la E.NA.P. Son muy superiores las de E.N.A.P. Con una diferencia: que no hay segregación, como la hay todavía en el cobre. A mí, como chileno, me avergüenza que los Carabineros estén allí para levantar o bajar las barreras, como si fuera un país extraño o una ciudad distinta, y me avergüenza más que en El Salvador, donde se acaban de invertir millones de pesos, haya una ciudad para los chilenos y una ciudad para los americanos. y que todavía se publique allí un periódico en inglés, donde sale la gente fotografiada de smoking, mientras los pobres compañeros nuestros tienen miserables viviendas, algunas mejores que otras, no niego, pero no tienen ningún club social, no tienen ningún estímulo, no tienen la posibilidad de perfeccionarse, no tienen la certeza de crearse un mundo distinto. Vamos a terminar con eso que implica no sólo que esté enclavado en tierra nuestra el capital extranjero, sino también, compañero, lo que es peor, la insolencia extranjera de segregar y separar por el color de la piel no, porque somos todos blancos aquí, sino por el acento y el idioma. Esta va a ser tierra de chilenos, donde todos van a tener el mismo trato.
Coordinador.- El colega de Radio Corporación, de Santiago.
Cronista.- Presidente, en el programa de la Unidad Popular está claramente establecido que se nacionalizarán los bancos. Usted lo reiteró en su último discurso. Se comenta que la actividad económica en torno a esta actividad se paralizaría a raíz de esta medida. Son nacionalizaciones y medidas en general tendentes a tener una economía auténticamente nacional que se harán con respeto de la ley. ¿Qué medidas concretas tomará su gobierno en los primeros meses para impedir una crisis económica en esa actividad?
Allende.- Yo no veo por qué lo van a paralizar. y quiero manifestarle a usted que para mí fue muy grato que más de ochocientos empleados de bancos me hicieran magníficas proposiciones para ser Presidente de Banco, ya que es muy distinto ser banquero a empleado de Banco. (Risas, Aplausos.)
Periodista de “Bahía Blanca”, Argentina.- Doctor…
Allende.- No le veo, pero le oigo…
Periodista.- En el sur de Argentina viven cientos de miles de chilenos que en los últimos años han llegado a nuestro país…
Allende.- Doscientos cincuenta mil.
Periodista. Buscando trabajo. ¿En qué forma su gobierno va a resolver la repatriación de esos chilenos?
Allende.- Compañero, si fuera por un impulso patriótico le diría de inmediato. Si me atengo a la realidad económica, en la forma que podamos, pero lo vamos a hacer. Yo creo que debe ser muy duro para un hombre abandonar su Patria, su hogar, su familia, su provincia, su tierra, para ganarse el pan, aunque sea con la fraternidad con que puede hacerlo en Argentina.