Pronunciado: El 3 de abril de 1964, en una reunion de
la instancia local de Cleveland, Ohio, del Congreso por la Igualdad Racial
(Congress for Racial Equality, CORE) realizada en la iglesia Cory Methodist
Church.
Versión en castellano: Por Munir Valencia, para OtroMadrid.
Esta edición: Marxists Internet Archive, diciembre de 2012.
Derechos sobre la traducción: Licencia Reconocimiento 2.5 España (CC BY 2.5 ES) por
OtroMadrid.org.
Señor moderador, hermano Lomax[1], hermanos y hermanas, amigos y enemigos -porque sencillamente no puedo creer que aquí todos sean amigos y no quiero omitir a nadie-. Esta noche el tema es, a mi entender, “La revuelta negra y ¿ Qué rumbo tomamos de aquí en adelante?” o “, Qué hacer?” A mi humilde manera de entenderlo las alternativas son o el voto o la bala.
Antes de tratar de explicar lo que quiere decir eso del voto o la bala, quisiera aclarar algo con respecto a mí mismo. Todavía soy musulmán, mi religión sigue siendo el Islam. Esa es mi creencia personal. Igual que Adam Claytom Powell es un pastor cristiano; y que el doctor Martin Luther King es un pastor cristiano en Atlanta, Georgia; bueno, pues yo también soy pastor, no pastor cristiano, sino pastor musulmán, y creo en la acción de todos los frentes y por todos los medios que sean necesarios.
Pero aunque sigo siendo musulmán no vine aquí esta noche para hablar sobre mi religión. No vine para discutir ni polemizar sobre ninguna de las cosas sobre las que diferimos, porque ya es hora de superar nuestras diferencias y darnos cuenta de que es mejor para nosotros ver primero que tenemos el mismo problema, un problema común que te hace vivir en un infierno lo mismo si eres bautista que si eres metodista o musulmán o nacionalista.
Ahora bien, que hablemos así no quiere decir que estamos en contra del blanco, pero sí quiere decir que estamos en contra de la explotación, que estamos en contra de la degradación, que estamos en contra de la opresión. Y si el blanco no quiere que seamos antiblancos, que deje de oprimirnos y de explotarnos y degradarnos...
No soy político, ni siquiera soy estudioso de la política; en realidad no soy estudioso de nada. No soy demócrata, no soy republicano y ni siquiera me considero norteamericano. Si tú y yo fuéramos norteamericanos no habría problema. Esos europeos que acaban de bajarse del barco ya son norteamericanos; los polacos ya son norteamericanos; los refugiados italianos ya son norteamericanos. Todo el que venga de Europa, todo el que tenga ojos azules, ya es norteamericano. Y con todo el tiempo que llevamos aquí, tú y yo todavía no somos norteamericanos.
No, yo no soy norteamericano, soy uno de los 22 millones de negros víctimas del norteamericanismo. Uno de los 22 millones de negros que son víctimas de la democracia, que no es más que hipocresía en mascarada... yo hablo como víctima de este sistema norteamericano y veo a Estados Unidos con los ojos de la víctima. No veo ningún sueño norteamericano; veo una pesadilla norteamericana.
Fue el voto del negro el que instaló a la nueva administración en Washington. Tu voto necio, tu voto ignorante, tu voto malgastado fue el que instaló en Washington una administración que ha promulgado toda clase de leyes inimaginables, dejándote el último, y que encima de todo obstruye (la aprobación de la ley de derechos civiles). Y tus líderes y los míos tienen la osadía de andar aplaudiendo por ahí y hablando de cuanto estamos progresando, y hablando de qué buen presidente tenemos...
De manera que ya es hora de despertar en 1964. Y cuando los veas salir con esa clase de conspiraciones, hazles saber que tienes los ojos abiertos. Y hazles saber que hay otra cosa que también está abierta... Y si no... deberías regresar a la plantación algodonera, deberías volver a esconderte en el callejón. Ellos reciben todos los votos de los negros y, después de recibirlos, el negro no recibe nada a cambio. Lo único que hicieron al llegar a Washington fue darles buenos empleos a unos cuantos negros importantes. Esos negros importantes no necesitan buenos empleos, ya tenían trabajo. Eso es un camuflaje, es un truco, es una traición, un teatro.
El Tío Sam tiene las manos empapadas en sangre, empapadas en la sangre de los negros de este país. Es el hipócrita número uno de este mundo...
Entonces digo que al predicar el nacionalismo negro no nos proponemos hacer que el negro revalorice al blanco -ya tú lo conoces-, sino que el negro se revalorice a sí mismo. No hagas cambiar de ideas al blanco; no es posible hacer que cambie de ideas, y todo ese asunto de apelar a la conciencia moral de Estados Unidos... La conciencia de Estados Unidos está en quiebra. Hace mucho, mucho tiempo que perdió toda conciencia. El tío Sam no tiene conciencia. Ellos no saben lo que es moral. No trataron de eliminar el mal porque sea un mal ni porque sea ilegal ni tampoco porque sea inmoral; lo eliminaron solamente cuando amenaza su existencia. De manera que estás perdiendo el tiempo si apelas a la conciencia de un hombre que está en bancarrota moral como el Tío Sam.
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[1] Louis E. Lomax (1922 - 1970), precedió a Malcolm X en hablar esa noche. Lomax era un periodista y autor negro, y luego fue el primer periodista de televisión en los Estados Unidos.